Dave Stewart & The Spiritual Cowboys

Todos los días que dios Elvis hace, compruebo que el post ha salido correctamente, no vaya a ser que me mate escribiéndolo, para que luego se quede en el limbo de WordPress. En el de esta mañana, Play it again Moby, como entrada relacionada salía la de Annie Lenox de relacionado, escrita hace siglos. Al releerla, me di cuenta de que mencionaba a Dave Stewart -el músico que le hizo grande a la cantante de Eurythmics-, prometiendo dedicarle un post a este pedazo de guitarrista, cantante, arreglista y productor, aunque pésimo conductor. Aproveché para re-escuchar su primer disco en solitario, qué gran álbum. Venga Dave, ahí vamos.

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Moby – Play

A simple vista, Moby parece tener una carrera deshilvanada, hecha de éxitos y de fracasos, de momentos de gloria y otros de olvido, de ganas de brillar y otras de retirarse. Pero en el fondo, es un tipo coherente consigo mismo. Y esto a Fiouck le gusta. Uno puede tocar la peor bazofia musical, pero si hay coherencia y abnegación en el propósito, entonces se puede perdonar e incluso quitarse el sombrero –tal como hice para Bobby Farrell, el “cantante” de Boney M, en esta entrada-.

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Boulpik – Neg Dafrik

Hay países así, olvidados por todos –yo el primero, vergüenza de tomate-, de los que se oye hablar sólo cuando las desgracias que asuelan sobrepasan el entendimiento. Haití ha sufrido en treinta años lo que pocos países en el mundo: dictaduras, terror, desidia de los organismos internacionales, abandono por parte de la inversión privada, huracanes mortíferos y terremotos aniquiladores. En estas condiciones, que sigan existiendo chispas de buen humor gracias a la música, roza el milagro.

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James Blake – Overgrown

Cuando yo era joven, los chicos teníamos en Arthur Rimbaud a un feroz competidor. Su cara angelical, su pelo loco, su mirada perdida y sus versos melancólicos hacían derretirse a las chicas, por la noche, solas en la cama. Hoy suspiran por James Blake. Se imaginan abandonándose en sus casi dos metros de estatura, repeinando su melena artísticamente descolocada, calmando sus penas, escuchándole gimotear, con la imagen subliminal de un pollito negro con cáscara en la cabeza estropeando el momento.

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Til Tuesday – Welcome Home

Ayer, el blog recibió una visita de uno que buscaba en google “magnolia escena canción aimee maan minuto save me”. Al igual que muchos, se equivocó, realmente no buscaba Save Me, sino Wise Up. Ambas canciones, interpretadas por Aimee Mann –con dos n y una sola a- figuran en la BSO de Magnolia, de Paul Thomas Anderson. Ambas son magníficas, nada que decir, a la altura de esta sublime película.

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Meridian Brothers – Guaracha UFO

De Tailandia –ayer- a Colombia, en platillo volante, reformado con mini pista de baile y azafatas colocadas y bailarinas. Acabo de tropezar con la propuesta musical más gozosa de los últimos 20.000 años, es para celebrarlo. Francamente, si a Colombia ya habíamos ido para encendernos con Bomba Estereo y su ¡Fuego!, no me imaginaba tener que volver throwing out milks –esta me gusta mucho, tiene su gracia traducir literalmente dichos y expresiones españolas a inglés-. Pero resulta que en Bogota ha nacido un nuevo genio, Eblis Álvarez, así que súbete a mi nave, hay Seagram.

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Limousine – Siam Roads

No pensaba que fuéramos a visitar Tailandia en este blog, y menos en clase Business. Hoy es lo que toca, un viaje de lujo –preguntaré si hay botellitas de Seagram-. La música es un sueño de reino, no entiende ni de pasaporte, ni de saldo disponible. Sólo se alimenta de pasión, curiosidad, creatividad y una pizca de osadía. Y hoy toca un disco que reúne todo esto y un poco más. Encima tengo asiento de pasillo, ¡qué más quiere uno!

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