Wallace Collection – Daydream

Jolines con Metallica. Vale que lo escribí con dos “t”, como me hicieron observar con sorna al rato de publicarse la entrada. Ya, lo siento para los fans, no me di cuenta, lo juro por Elvis. Vale que me despaché a gusto con el grupo y el hard rock en general, pero no había mala intención más allá de restar un día más. Y dejad de mandar whatsapp y mails avergonzados e indignados, yo soy un simple tomate cretino al que le cuesta un riñón acabar con el blog.

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Jacques Brel – Ne Me Quitte Pas

Martes 10 de octubre de 1978. Clase de francés en un minuto. No me gusta el profesor, un tipo frío y seco. Además nos toma por cretinos incultos. Vale, sí, lo éramos, pero con quince años es lo último que quieres admitir. De repente pasa por la puerta y entra en clase como un autómata. Algo no va bien, tiene la cara deshecha, los ojos rojos. Guardamos silencio –tan idiotas no éramos-.

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Selah Sue – Reason

Vaaaaaale. Pongo a Selah Sue en el blog. Con pocas ganas, medio forzado por una actualidad musical más propia del Desierto de los Tártaros. Estamos de lleno en el periodo de vacas flacas. Parece que las discográficas tienen un convenio distinto, con derecho a ocho semanas de vacaciones. En realidad, que Elvis me pille confesado, están de vacaciones todo el año, malditos vagos agarrados a su silla y sus contratos leoninos.

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Anna Domino – 88

Hubo una época, no tan lejana, en la que los sellos importaban de verdad. Como escuchar música requería un soporte físico, vinilo o cassette, y comprarlos no generaba suspicacias del vecindario ni miradas atónitas de tus amigos, vendían, luego existían. Así podían permitirse auténticos lujos y producir música alternativa –en su acepción ochentera- de calidad, sin caer en concurso de acreedores al día siguiente.

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Samantha – Eviva España

Armaggedon. Catástrofe de alcance incalculable. This is the end. Apaga y vámonos. Resulta que Canal Sur no ha emitido correctamente las doce campanadas. Jatetu. Veintidós años llevo en este país. Créeme, me siento muy identificado con esta tierra que, si bien no me ha visto nacer, sí me ha visto crecer como ciudadano y mejorar como persona –bueno eso espero-. Pero que los medios puedan llevar 48 horas dedicándole recursos y espacio a esta inocua metedura de pata, como si fuera el peor terremoto social por el que España ha pasado en sus últimos tropecientosmil años, qué quieres que te diga, puede conmigo. Me saca de quicio.

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Soeur Sourire – Dominique

Fiouck’s Summer Series #25.

¿Por qué Soeur Sourire en un blog de música principalmente rock y en el que las religiones salen generalmente mal paradas? Es una mala buena pregunta, gracias por hacértela, tomate catequístico. Realmente ha sido fruto del azar, me encontré con su biografía leyendo la de La Lupe, la Queen of Latin Soul. Va a ser cierto que todos los caminos llevan a Roma. Pero, lo he de admitir, su famosa canción, Dominique, forma parte de mis primeros años de vida. Que conste que no por elección propia, cuando se estrenó yo todavía ni caminaba y el aparato de radio pesaba demasiado para darle una leche y conseguir que reventara.

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My Little Cheap Dictaphone (MLCD) – The Smoke Behind The Sound

El año pasado, un cantante belga llamado Stromae arrasó en los países francófonos con su disco Racine Carrée -raíz cuadrada-. Ganó todos los honores, los premios, las portadas y el cariño del público. Una cara angelical, un estilo indefinible y un no sé qué que de verdad le hace simpático, perfecta combinación que le ha permitido vender más de millón y medio de ejemplares del álbum. Difícil hablar mal de él. Creo que no he escuchado nada de este señor, menos el famoso vídeo del tema Formidable, donde una cámara escondida le pilla aparentemente borracho en una estación del tranvía de Bruselas. Setenta y dos millones de views en Youtube. Y mientras tanto otras propuestas musicales belgas apenas tienen visibilidad, como que eclipsados.

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