Recuerdo que una vez, al escribir esto de “nunca la había escuchado en mi vida”, se extrañó un lector, medio indignado, en plan “¿cómo se puede no haberla escuchado?”. Algo así, pero con muchas más interrogaciones. Ya sólo le faltaba llamar al 112. No recuerdo la canción en cuestión, pero valen ambas reflexiones para un montón de temas y grupos. En el fondo no es tan difícil, si no to prestas al juego de los grandes medios, sean televisivos, radiofónicos o escritos, puedes perfectamente pasar a través incluso de la carrera entera de uno de los grupos que más discos ha vendido en la historia de la música popular.

Nunca había escuchado a Mettallica hasta esta mañana. Pumpa, así, tal cual, y que conste que duermo bien. Y si algo oí, será de refilón, sin saberlo. No me gusta el hard rock, no puedo con ello, salvo contadas excepciones, como The Jack, de AC/DC. Esta aversión remonta a una época en la que había que pelear para defender otros amores. Siempre pasaba lo mismo, se inclinaban para mirar de cerca las chapitas redondas que yo exhibía orgullosamente en mi cazadora, esencialmente de los Sex Pistols y del famoso Too Drunk To Fuck de Dead Kennedys , y no sólo no les evocaba nada, sino que terminaban preguntando: “¿y dónde están las de AC/DC y Deep Purple?”. Anda que no se perdieron soplamocos, menos mal que solían pesar quince kilos más.

El hard rock era súper cómodo, les daba la sensación de ser diferentes, cuando en realidad todos escuchaban lo mismo, como ir a misa. Y para mi no deja de ser un género caricatural. Pelo grasiento, cazadoras de vaquero sin mangas, ropa plagada de calaveras agresivas –siempre la misma ilustración, se habrá forrado su autor-, botas de tres kilos en cada pie incluso en plena canícula. Y estas guitarras, cero arte, sólo las estridencias de un sonido que por mucho que le ponían empeño, no llegaba a la energía bruta del punk. Ah, casi se me olvidaba, la voz de falsete del cantante, ¡que no falte! Siempre he preferido los berridos de Johnny Rotten a los chillidos de los cantantes de hard rock.

Pero luego los años pasan, alguna cana y arruga irrumpen, empiezas a necesitar una semana entera para reponerte de media cogorza, encima te pones tontamente a escribir a diario sobre música durante 1.000 días, y a medida que se acerca la meta, no paras de pensar en ello y algún día te vence el “buf, Fiouckiño, tomate cretino, te quedan nueve entradas para hablar de Mettallica, sé fuerte, sólo es un mal trago”.

¿Por qué ellos y no otros? Yo qué sé, anda que tú y tus preguntas… Digo yo que será por ser el grupo de hard rock de todos los records, quitando a AC/DC. Me resulta más fácil hablar de números que de sus canciones, indudablemente. He mirado la wiki que tienen, kilométrica. No sé qué se contará de ellos, porque lo dejé en la primera parte, donde a modo de introducción se recopilan cifras vertiginosas de ventas.

Superan los 200 millones de álbumes vendidos en el mundo. Esto es una palabra mayor, hay muy pocos grupos o artistas que llegan tan alto. Que sí, que me quito el sombrero, ¡chapeau!, como decimos nosotros los franchutes. Y todo ello con tan sólo once álbumes de estudio. El promedio de ejemplares vendidos por disco es de otro planeta, aunque bien es cierto que los números están inflados por el quinto, homónimo, publicado en 1991. También llamado The Black Album. Ya, como otros tantos.

Dicen que es el más rock de la banda, quiero decir, el menos hard rock. No sé si esto lo explica todo, en todo caso agárrate por lo que viene: dieciséis millones de ejemplares vendidos sólo en los US, más de treinta y cinco en el mundo. Estos números hacen de este disco el más vendido hasta hoy desde que existe el famoso Nielsen Soundscan, el sistema de medición de ventas discográficas profesional, creado en marzo de 1991. Y te ahorro otros datos numéricos aburridos.

He escuchado cada canción que te dejo en el player más abajo. A las 7h30, también hay que tenerlos bien puestos. Me esperaba un suplicio, pero hay un par de ellas que se escuchan sin que te entren ganas de prenderle fuego al Mac. El tema Enter Sandman tiene su punto, la batería es enorme, eso sí, hasta que se ponga a cantar James Hetfield –la pregunta de siempre, ¿cómo un tipo tan fornido y cara de pocos amigos puede tener una voz así?-. No lo voy a negar, en cuestión de arreglos y producción, no hay nada que decir. Un dato más, sumando el número de visionados de los vídeos oficiales de estas seis canciones –no incluyo los que puedan haber subido fans en trance-, se llega a más de dos cientos millones. The milk. The fucking milk.