Bachar Mar-Khalifé – Ya Balad

Ay, ¿pero qué he hecho de mal? Una lectora del blog me ha pillado por sorpresa, adivinando cuál será el último post. Mi tan anhelado número 1.000, socorroooooo. He tenido que comprar su silencio, le he dicho que ponga ella el precio, a cambio de no revelar nada. Dice que quiere un tomate Raf verde, con un lacito con nudo alrededor. Lo que quiera, pero no puedo dejar que se sepa. ¿Tan obvio era? No daré más pistas, aunque me interesa saber si otros también lo intuyen. Entre comprar un tomate o diez, qué más me da. Pero si son muchos más, habrá que pensar en otra variedad más barata.

Sigue leyendo

Umm Kalzum – Alf Lila Wa Lila

Tenía a Umm Kalzum en mi chuleta donde guardo grupos y artistas para los días de sequía inspiracional –bonita palabra que me invento- desde tiempos inmemoriales. Hoy toca, porque no puede no estar. Sería como no poner a Dios Elvis Presley o Maria Callas, posiblemente los únicos cantantes cuya muerte trascendió tanto como la del Astro de Oriente. O la de Nusrat Fateh Ali Khan, quien enmudeció a Pakistán y a cientos de millones de árabes en el mundo cuando falleció en 1997.

Sigue leyendo

Anoushka Sankar – Karsh Kale – Breathing Under Water

Esta mañana, mirando a lo lejos, cuando el sol todavía se hacía esperar, vi doblemente la luz. El alba preciosa. Veintitrés años en España y justo hoy acabo de entender esta regla gramática, un pelín retorcida bien hay que decirlo, que me dio más de un quebradero de cabeza: ¿por qué EL si luego el adjetivo se conjuga en femenino? Vale que sabía que se decía El alma, pero no entendía por qué estaba pura o apaciguada, debiendo ser suciO o atormentadO o lo que sea, pero terminando con una O bonita y redondita. El hada buena. El ala blanca. El águila altiva. El Anoushka hermosa. ¡Champagne! I am the milk.

Sigue leyendo

Nauru – Música muy muy muy lejana

Tú ya estás de vacaciones. No mientas, lo sé. Lo dulçón de la crema olor coco no llega hasta aquí, pero lo veo en las visitas al blog. La semana pasada te metías con el cepillo de dientes en mano, ahora lo haces a mediodía, ni duchado. Pedazo de vago, en tu tumbona despatarrado. Espero que haya un montón de niños berreando y de macarras con bazofia musical a la sombra de su Seat León. Ja, un poco de justicia para los idiotas que nos hemos quedado.

Sigue leyendo

Dead Can Dance – Into The Labyrinth

Lisa Gerrard nació en 1961 en Melbourne, Australia. Hija de padres irlandeses, vivió toda su juventud en el barrio de los inmigrantes chinos, italianos, turcos, griegos y árabes. Toda su educación musical se la debe a mil sonidos que salían por mil ventanas abiertas de vecinos procedentes de todos los rincones del mundo. Adolescente en plena ola punk –más bien un tsunami, para que llegara una ola hasta las costas australianas-, abrazó la causa de Rotten y Strummer cual chaval madridista porque sí que se hace del Atleti cuando ve la luz.

Sigue leyendo

Dhafer Youssef – Birds Requiem

Dhafer bin Youssef bin Tahar Maarref practica el sufismo –corriente mística del islam- como yo paso la aspiradora: sin ganas. Para sus vecinos barbudos bizcos, vivir el sufismo sin sharia es propio de los herejes. Pero Dhafer Youssef, músico tunecino místico, se las apaña para no provocar la ira en un país afortunadamente más preocupado por mantener la paz social y levantar una economía atrofiada por la revolución.

Sigue leyendo

Songhoy Blues – Music In Exile

En 2012, los músicos que luego formarían la banda Songhoy Blues, de Mali, huyeron del norte del país después de que la región quedara invadida por unos yihadistas borrachos perdidos –digo yo, si no cómo explicar la conducta irracional de estos barbudos-, que entre otras manías persecutorias –por llamarlo suavecito, que estoy un poco plof-, prohibieron cualquier actividad musical. Borraron la M Ú S I C A de un chasquido.

Sigue leyendo