Lonelady – Hinterland

Esta mañana mientras tomaba mi café al sol, pude observar el curioso comportamiento de un insecto volador caminando por la mesilla. Cada pocos segundos se ponía boca abajo, estiraba las alas al máximo y, eso creo haber visto, también las patas, ofreciendo su recto a los dardos del sol –suponiendo que lo tenía donde impera cierta lógica biológica-. Luego se ponía de nuevo sobre sus patas, caminaba pocos centímetros, y otra vez, cual ruso ebrio en la calle. Le di un capirotazo antes de que se diera un baño en mi café.

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Dead Can Dance – Into The Labyrinth

Lisa Gerrard nació en 1961 en Melbourne, Australia. Hija de padres irlandeses, vivió toda su juventud en el barrio de los inmigrantes chinos, italianos, turcos, griegos y árabes. Toda su educación musical se la debe a mil sonidos que salían por mil ventanas abiertas de vecinos procedentes de todos los rincones del mundo. Adolescente en plena ola punk –más bien un tsunami, para que llegara una ola hasta las costas australianas-, abrazó la causa de Rotten y Strummer cual chaval madridista porque sí que se hace del Atleti cuando ve la luz.

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Dave Ball – Sincerity

Ayer leí una noticia que me dejó cogitabundo. Cómo mola la palabra, no la conocía. Según la Fiouckipedia se puede sustituir por “Mierda, éramos tan jóvenes” o frases morriñosas y calimeriscas del estilo. Una noticia de las que no requieren de mucha extensión para sumirte en un estado semi nostálgico. Concretamente, esta no llegaba ni a cuatro líneas.

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Jessica 93 – Rise

Esto de limitar la longitud de los posts, dadas las fechas que son, igual no es ninguna tontería. En plena época de opulencia –léase calorías y grados de alcohol-, lo lógico es que el tiempo libre disponible para escribir aquí vaya a ser inversamente proporcional a la atención que se le preste. Cero patato, justo lo contrario. Un fan de Papa Noel siempre dará con el regalo perfecto, aunque sea de camino al chino de noche para rehacer el stock de bolsas de patatas… un crack; mientras que el resto de mortales se volverá maestro de la procrastinación, convencido de que el 24.12 el Todo a 100 abre hasta las 21h, y teniendo que reducir a su mínima expresión la franja reservada al blog para ir en busca de los regalos.

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kas Product – Try Out

Rock sintético, epiléptico, hipnótico y estroboscópico. Esta era la música que tocaba Kas Product, a principios de los 80’s, en una Francia que parecía darse cuenta, por fin, de que no había que pedir necesariamente permiso a los ingleses para sacar música original e innovadora. Y que las tendencias las podía marcar un oscuro dúo de Nancy. No, no me preguntes acerca de Nancy. Es como si un guiri te preguntara acerca de Valladolid. ¡Qué vas a decir!

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Grauzone – Eisbar

¿Qué es una canción de culto? No creo que admita una única respuesta, pero para que un tema acceda al honor de ser considerado como tal, se tienen que respetar algunos criterios y normas. Estos son los míos. Lo primero, la antigüedad. Una canción del año pasado no puede ser de culto. Tiene que haber pasado mucho tiempo desde su publicación, décadas diría yo. Luego la tiene que conocer poca gente. Cuanto más afamado es el artista o grupo, menos probabilidad hay de que tenga una canción de culto en su repertorio. Sobre todo ahora con internet, nada se queda escondido mucho tiempo. Tercero se suele (re)escuchar con alguna sustancia euforizante en el cuerpo, alcohol, cigarros LP, cuscús –espero que este post no te pille siendo las 8h de la mañana-. Y cuarto, se suele poner en el toca discos –no soy especialmente desfasado, es solo que es más de culto aún si la tienes en vinilo- para lucirte cuando tus amigos han cumplido de sobra con la tercera regla. Encanta oírles decir: ”y esta canción, ¿wtf?”. En ese momento reanimas el fuego en la chimenea, pides silencio y les cuentas…

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Gary Numan – Are Friends Electric

Generalmente, el mejor truco para valorar el grado de trastorno de un cantante de rock, es mirar cómo se llaman sus retoños. En una escala de 0 a 10 –de menos a más chalado-, la mayoría de las estrellas de rock se sitúan entre 7 y 9. Gary Numan, él, no figura en este barómetro. Simplemente porque se ha saltado el límite, estará en quince por ahí. Raven, Persia y Echo. Así se llaman los pobres niños del cantante. A qué tipo de descerebrado se le ocurre llamar a su hijo Cuervo? Por mi que le puede llamar Pterodactyl, me la refanfinfla, pero ya me puedo imaginar los titulares, “El hijo de una vieja gloria rock de los 80’s salta por la ventana en busca de migas. Se estampó a escasos metros de ellas”. Tú que conoces personalmente a Gary Numan, dile que recapacite.

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