Rock sintético, epiléptico, hipnótico y estroboscópico. Esta era la música que tocaba Kas Product, a principios de los 80’s, en una Francia que parecía darse cuenta, por fin, de que no había que pedir necesariamente permiso a los ingleses para sacar música original e innovadora. Y que las tendencias las podía marcar un oscuro dúo de Nancy. No, no me preguntes acerca de Nancy. Es como si un guiri te preguntara acerca de Valladolid. ¡Qué vas a decir!

Fíjate si ambas ciudades tienen un algo que les une. En Valladolid nació Zapatero. En Nancy nació Emile Coué, el psicoterapeuta autor del famoso método que lleva su nombre, basado en la autosugestión consciente de ideas positivas. ¿Y no fue Zapatero el más acérrimo defensor del método Coué, cuando repetía una y otra vez “no hay crisis no hay crisis no hay crisis”? Never come back, la canción más conocida de Kas Product, le va como anillo al dedo.

Finales de los 70’s. Mona Soyoc, nacida en EEUU y crecida en Argentina, desembarca en Nancy por culpa de sus padres. Un choque térmico y cultural que va a despertar en ella su faceta más rebelde. Conoce a Spatsz, enfermero en un hospital psiquiátrico –una época de la que hoy prefiere no hablar, siente algo de vergüenza por los tratamientos que se les daba a los enfermos hace treinta años-, apasionado de teclados y sintetizadores. La química, entre dos artistas que al principio todo opone, es inmediata.

Spatsz hacía de Martin Rev galo –teclista de Suicide-, ella de Siouxsie Sioux, aunque nunca copiaron a nadie. Por rellenar la casilla “te gustará si te gusta”, diría que The Cramps, en menos rockabilly y más cold wave industrial. El resultado fue una verdadera descarga eléctrica en un país dormido, aunque su propuesta fue quizás demasiado arriesgada e innovadora. Nunca llegaron a ser un grupo de primera en Francia, mientras que se les daba mucho mejor acogida en UK y Estados Unidos –en 1983 en Nueva York ya se hablaba de la french touch para referirse a Kas Product, mucho antes de que Daft Punk se pusieran los cascos-.

Después de algunos singles publicados sin pena ni gloria, en 1982 sacaron Try Out, su primer álbum. El más representativo de un dúo vanguardista, que contenía sus canciones más conocidas, Never Come Back y So Young But So Cold. Tenían prisa, prácticamente ningún tema supera los 3’20”. Pequeñas piezas de orfebre de rock electroclash nervioso, una delicia para los oídos de un joven Fiouck que iba en busca de música diferente. Tenía el vinilo, me lo quitaron. Malandrín, te encontraré, no lo dudes.

Hoy no sólo su música no ha envejecido -aunque lleve el sello de la infamia, “música de los 80’s”-, sino que siguen siendo todo un referente para el gremio de la electro francesa. Venga, sube el volumen, escucha las cuatro canciones que te dejo, luego ya sabes, zumito y a misa.