El domingo es un día raro. En principio no tienes que ir a currar y deberías de alegrarte por ello, pero al final muchas veces lo pides a gritos. Ya desde muy chiquitín aprendes a mirarlo mal, porque no tienes más remedio que hacer los deberes, aún cruzando los dedos para pillar un buen trancazo y no ir al cole al día siguiente. Es un día que huele a aburrimiento, a comilona con sobremesa excesiva, a reflexión implacable sobre la fatuidad de nuestras vidas y a juramento solemne de que esto va a cambiar. Hasta el domingo siguiente. Así que ya que tienes el día jorobado, te lo voy a estropear un poco más, con uno de los grupos más raros que recuerde.
The Cramps no se parece a nada. Creo que ya utilice esta misma expresión en otra ocasión para otra banda, pero ahora mismo creo que es la que más se la merece. No son precisamente novatos, decidieron meterse a músicos en 1972, cuando Erik Lee Purkhiser –más adelante Lux Interior– recoge a Kristy Wallace –posteriormente Poison Ivy– cuando ésta estaba haciendo auto stop en una de estas interminables carreteras californianas. Azar de la vida, ambos se descubren gustos musicales idénticos. Y no era precisamente fácil que coincidiesen, teniendo en cuenta que les gustaba la cultura underground de los 45t de rock raro y oscuro, las películas de serie B y todo lo trash de la época. Aleluyah! Milagro! Llamad a Paco -el Papa-. Porque si yo recojo a una chica haciendo auto stop, la probabilidad de que le guste los Sex Pistsols, la comida india, el Plymouth con Fever Tree en vaso de sidra con poco hielo y una cáscara de lima, los comics de Tex Avery y mirar las estrellas, es bastante remota por no decir nula. Así que ante la emoción del encuentro se olvidaron de comprar lotería. Ays, estos románticos…
Tres años más tarde, desembarcaron en Nueva York. Durante los dos años que tardaron en lograr subirse al escenario del CBGB, probaron la mitad de lo que la ciudad contaba de músicos sin banda, hasta conseguir formar una banda digna. El primer concierto estaba previsto para el uno de noviembre de 1976, como teloneros de The Dead Boys. Lamentablemente, esta primera experiencia en la mítica sala salió nefasta. Para no verse pillados por alguna cuerda desgastada, las sustituyeron todas por unas nuevas pero no les dio tiempo a ensayar, por lo que el sonido salió desafinado total. El dueño del local les echó, pidiéndoles que no volviesen a presentarse. Sin embargo al año volvieron, aupados por los propios Ramones con los que se habían vuelto amigos en otra sala rock de NYC, el Max Kansas City. Ahí se cruzaron con Suicide, de Alan Vega y Martin Rev, posiblemente el combo del que más cerca se encuentran musicalmente hablando.
En 1978 empiezan a sacar sus primeras canciones, que editan con su propio sello, Vengeance Records. Tocan una especie de rockabilly inspirado en los grandes artistas de los 50’s y 60’s, mezclado con sonidos y energía proto punk muy saludable. Los cinco primeros temas son recopilados pocos meses después en un EP llamado Gravest Hits. Contiene una enorme versión del Surfin’ Bird de los Trahsmen, que relega a estos últimos a un baile del imserso. El disco se completa por otras versiones, la del The Way I Walk, del cantante de country Jack Scott, y Domino, de Sam Philipps -no la tengo, así que en su lugar te he puesto una curiosa versión de Fever, de Peggy Lee-. Hay una cuarta canción de la que no tengo idea si es versión o original, Lonesome Town. Y Human Fly, tema original en la que se escucha claramente guitarras a lo Elvis. El resto pertenece a un estilo tan propio que no se les conoce ningún compañero de viaje. Dejaron de componer, sacar discos y subirse a los escenarios –tenían fama de montar conciertos legendarios aunque por desgracia nunca he podido asistir a uno de ellos- en febrero de 2009, cuando Lux Interior falleció por problemas cardiacos.
Venga, pon el Surfin’ Bird, sube el volumen, zumito y a misa. Qué harás esta tarde? Reflexionar?
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Ay, ¡Fiouck!
¿Aquel domingo no hiciste los deberes?
Lonesome Town es un tema que hicieron famoso Ricky Nelson y, después de The Cramps, Tarantino:
Es que no puedo con el Tarantino, y menos aún con el p… sectario de Travolta!