Ayer leí una noticia que me dejó cogitabundo. Cómo mola la palabra, no la conocía. Según la Fiouckipedia se puede sustituir por “Mierda, éramos tan jóvenes” o frases morriñosas y calimeriscas del estilo. Una noticia de las que no requieren de mucha extensión para sumirte en un estado semi nostálgico. Concretamente, esta no llegaba ni a cuatro líneas.
Decía en la primera de ellas que se había muerto Dave Ball el uno de abril. Casi se me cae el móvil de las manos, y esto sería el colmo porque ya le he cambiado dos veces la pantalla, gastándome el presupuesto anual para conciertos, y la nueva ya tiene una grieta. La madre que lo parió al cristal ese, más frágil, parece un delantero del Madrid en el área –juas, me río yo solito-.
Pero… ¡Aleluyah! no era el Dave Ball que yo creía. El muerto era el de Procol Harum. Bueno, exactamente era el guitarrista que sustituyó a Robin Trower después de publicarse el tercer álbum del grupo rock progresivo y baroco de los 70’s. Un mindundis vamos…
Na, mi querido Dave Ball, el verdadero, el auténtico, la leyenda de la electro pop new wave ochentera, está en perfecta forma, que yo sepa. Hacía mucho que quería colar en el blog una de las canciones de culto de mis veinte años –por ahí-. De hecho avisé cuando saqué la entrada sobre Soft Cell, del que Dave Ball era co-fundador con Marc Almond.
Es claramente el menos conocido de los dos, sin embargo no el menos interesante. Bueno digo interesante por la famosa canción en cuestión, Sincerity. Cuando el dúo se separó en 1984, ambos se lanzaron a la aventura en solitario. Le duró más tiempo el invento a Marc Almond que a Dave Ball, bien hay que decirlo.
Sin embargo al segundo le dio tiempo suficiente para sacar un álbum un poco mítico, In Strict Tempo, esencialmente por contener Sincerity. Esta canción realmente no innovaba en ningún género en particular pero lograba mezclar brillantemente varios de ellos. Hoy no estoy muy inspirado para decir cuáles, más te vale escucharla. Como curiosidad, la canta Genesis P. Orridge, uno de los artistas y performers británicos más inenarrables. Pero ya me conoces, te lo narraré.
El autor de esta nota califica de «mindundis» a Dave Ball, quien fuera primera guitarra de Procol Harum en el célebre concierto que realizó esa banda con la Sinfónica de Edmonton (1971). Es evidente que no sabe que habla así del guitarrista que produjo los mejores arreglos y performance en vivo vistos y oídos hasta el día de hoy en un concierto en vivo. Las versiones de la suite «In held ‘twas in I», y de «Whaling Stories» y «Conquistador», son piezas antológicas y ya clásicas no sólo dentro del género del rock sinfónico, sino de la historia de la música. Dave Ball, aunque no fue compositor, vino a superar al excelente Robin Trower tanto en concepto, como en expresión y sonoridad. De no haber diversificado su tarea artística hacia la literatura y el dibujo, quizás su legado hubiese sido más vasto y mayor su fama. Gracias a la vida por esa guitarra delicada y a la vez tormentosa de Dave Ball.
Bueno ya sabes, gustos y colores. Eso de «el guitarrista que produjo los mejores arreglos y performance en vivo vistos y oídos hasta el día de hoy en un concierto en vivo» lo dirás tú, no va a misa.
Por cierto, también tuvieron su entrada aquí: https://undia-undisco.net/2014/02/24/procol-harum-a-whiter-shade-of-pale/, aunque tampoco te gustará mucho.