Mayrén Beneyto, concejal de Cultura del Ayto de Valencia –¿sabía alguien que existía tal puesto en esta ciudad?-, se despidió de su cargo el pasado viernes, publicando la noticia en las redes sociales con una carta repleta de horrores errores de ortografía y puntuación. Concejal de Cultura, duele.

Se podía haber conformado con disculparse y adoptar un perfil bajo durante unos poquitos días, el plazo usual para que la plebe como nosotros nos olvidemos de esta mini Rita, ante la continua avalancha de traspiés más o menos surrealistas de la gente «importante». Bastaba con que se inventara el argumento kleenex tan propio de los políticos mediocres, “…Ha sido por las prisas y créenme que lo lamento mucho”.

Anda que no tenía un buen ejemplo recién salido del horno en la persona de Pedro Sánchez y su desafortunado -por decir algo- voto a favor de la nueva reglamentación sobre el aborto, promovida por los pro vida del partido de Mariano.

Pero no, hete aquí que Mayrén, a la que se recordará por su pésima salida, tratando de justificar lo insalvable para el puesto que ostentaba hasta hace poco, se hundió en su miseria como otros tantos políticos bling bling incapaces de situarse a la altura de su cargo, defendiéndose con un miserable argumento: “…Es que estoy acostumbrada a escribirme con mis nietas y amigos que no le dan importancia a estas cuestiones”.

Sra Beneyto, ¿se da usted cuenta de que si no le dan importancia, es por culpa, entre otras, del fracaso de su política cultural? ¿No entiende usted que un pueblo, un país, lo que tiene de más sagrado es su –sus- idioma? ¿No ha aprendido en los libros que muchas veces si un país no habla el idioma del vecino es porque a lo largo de la historia miles de personas dieron su vida para defender un legado que es de todos, independientemente de sus creencias y aspiraciones políticas y sociales?

Me da una rabia…

A mi, el franchute de turno, en este blog se me podrá echar en cara fórmulas en castellano un tanto raras e inventos sintáctitos curiosos, lo admito, pero errores de ortografía, que yo sepa, poquísimos, por no decir cero patato –tengo el copyright de esta expresión, por lo tanto no es un error, ja-.

No me sale de un chasquido, me esfuerzo, con la lengua fuera como los niños pequeños en el colegio. Me habré convertido en el usuario que más veces se conecta al día en la web de Wordreference. Por una única y sencilla razón, cada vez que me dispongo a escribir una entrada, lo hago con el máximo respeto a la lengua y la sangre que se derramó para salvarla. Sí, así de carroza soy.

[Como se trata de un blog de música, te dejo con Fuck You, del grupo Archive, el tema que le dedico a la ex concejal. Muy buena canción por cierto, rockera y épica como a mi me gustan; y cierto, esta banda se merecía un post más centrado, pero esta señora me sacó de quicio.]