Post #996. Huele estupendo…
Ayer por la mañana, terraza, café descafeinado, pitillo matón. Último momento de paz antes de darle perezosamente al botón ON, para arrancar el día. La mirada perdida, hasta que me fijé en un señor mayor, sentado a pocos metros, desayunando. Me llamó especialmente la atención su cara de setentón largo: la tenía iluminada por una hermosa y perpetua sonrisa. No hablo del rictus idiota provocado por las imágenes chorras que viajan por whatsapp. No no no, lo suyo era pura felicidad. Y yo sabía muy bien el motivo: era la sonrisa de quien es el héroe de su amada. No por un día, sino por toda la vida.
El 23 de septiembre de 1977, cuando un joven Tomate cretino estaba a cuatro días de cumplir 14 años, un dandy de ojos raros y un grupo punk con bajo rabioso me hicieron cada uno un regalo por separado. El primero publicó una canción llamada Heroes y el segundo hizo lo propio con No More Heroes. La fecha no me la invento, la coincidencia tampoco, es una anécdota que no deja de sorprenderme nunca. Porque hablo de dos de las canciones que más veces habré escuchado en mi vida, y los títulos chocan.
En la historia de la música rock, sólo una pasó a la posteridad. La otra quedó relegada en el cajón de los recuerdos de los viejos gruñones nostálgicos como yo. A los Stranglers les vi seis veces en concierto, a Bowie ninguna. Mataría por reparar esta incongruencia, escucharle en directo cantar Heroes tiene que ser como tocar el cielo. Pero va a ser que no, anunció hace poco que ya nunca más se subirá a un escenario. ¿Oiga Tele Búlgaro? Tengo un último trabajo para vosotros. ¿Dónde decís? No a los ojos no, que ya tuvo su merecido hace muchos años.
Yo también quiero ser un héroe. Oh, descuida, del mundo entero no, ya me resigné hace mucho y además pululan los que no se merecen ser salvados. Na, quiero ser el héroe de quien me sepa mirar como tal. Como un niño hace, cuando ve a Superman aterrizar a su lado. ¿Acaso hay sensación más hermosa? Eso sí, yo el slip no pienso ponérmelo encima, hay un límite a la indecencia. Y la S en el pecho la sustituiría por un bonito tomate raf. Me llamaría Súpercretino, mola.
Así que el 23 de septiembre de 1977, apareció Heroes en el imaginario colectivo musical. En el mío tardó un tiempo, más que nada porque en aquella época los álbumes no aparecían en tu toca discos al segundo de ser publicado. ¿Cuánto tiempo pasó para que me rindiera a la evidencia de que Heroes iba a ser una de mis canciones preferidas para lo que me queda todavía de vida? Yo qué sé, estas preguntas te las haces décadas después, cuando tu memoria es lo primero que te recuerda que las cosas no son eternas.
Es tal maravilla que ni me hace falta mirar la wiki para seguir adelante. Heroes es el título tanto del álbum como de su canción más famosa. Publicado en 1977, el disco fue el segundo de la época berlinesa dorada del elegante duque, después de Low y antes de Lodger. El único de los tres íntegramente grabado en esta urbe visceral partida en dos, con el estudio a menos de 500 metros del muro y los guardias del este apuntándoles con sus potentes prismáticos.
La canción fue escrita por Bowie y Brian Eno. La música se inspiró en el tema Hero, de Neu!, publicado dos años antes. A la guitarra, un Robert Fripp retirado, pero que aceptó el reto después de que se lo pidiera Eno. Voló de noche desde los US y al día siguiente ya estaba grabando, dándola este particular sonido y atmósfera. Qué tipo más genial el Fripp. La leyenda cuenta que a Bowie le vino a la mente la letra después de pillar in fraganti a su amigo del alma Tony Visconti, amorosamente abrazado a una de las coristas, Antonia Maass, a los pies del muro.
El disco tuvo una gran acogida y recibió las criticas dignas del álbum antológico que fue. NME y los medios especializados lo nombraron álbum de año. Pero la canción pasó un poco desapercibida. Tardó años en convertirse en una de las más famosas y queridas por fans y no fans. Hoy figura en un irrisorio puesto #44 de la lista de las 500 canciones más grandes de la historia de la música popular. Vamos, para repartir una cantidad industrial de soplamocos a los editores del ranking. A mi, cerca de cuarenta años después, me sigue provocando los mismos escalofríos. Qué emoción. Quiero ser un héroe, just for one life.
Ese Berlín inspirador…
Por cierto, la versión de Heroes en alemán también mola.
La madre que lo parió a WordPress, contesté todos los comentarios de hoy desde el móvil, pero veo que ninguno se ha grabado. Anda ya…
A Bowie le escuchaba con devoción hace 20 años. Heroes…siempre me tocó la fibra. Por cierto, fotaza del Sr. Jones!
Dí que si, era guapo el cabrón…
Yo, por ser ese héroe de mi amada, sería capaz de ponerme el slip, fíjate lo que te digo. Pero Bowie nunca ha sido santo de mi devoción, qué rara es la vida, no?
La vida es algo más que rara, por eso la amamos. Ponte el slip en la cabeza, a ver si recuperas créditos…
En 1987, mi padre se propuso una misión evangelizadora con sus dos vástagos mayores y nos iba a llevar de concierto, pero por separado.
Así que preguntó primero a mi hermana mayor si prefería ver a David Bowie o a Tina Turner, los cuales iban a Barcelona con un par de meses de diferencia. Escogió ella a Bowie y su Glass Spider Tour y yo, no creas que menos contento, fui a la Monumental a ver a la Turner.
Ese es el recuerdo que tengo del Duque Blanco, el artista que no pude ver, y quizá por eso lo he seguido un poco a distancia, pero siempre lo redescubro en nuevas y viejas canciones y me viene a la mente «debería escuchar más a Bowie, joder».
Su versión de «Wild is the wind» es de piel de gallina y, lamento la obviedad, pero «Space Oddity» es atemporal, sus clips de «China Girl», «Ashes to ashes», «Let’s Dance» y «Blue Jean» los tengo grabados en la retina y en la inconsciencia de mi época post-adolescente, en cambio «Heroes» me llegó pasados los 30, parece mentira.
Gracias de nuevo Super-Tomate
Un buen hombre que tu padre, sin duda, llevar a sus retoños a conciertos es parte de de la mejor educación. Yo también me he llevado a mi hija en algunas ocasiones.
Eso sí y si me lo permites, haber sido más rápido que tú hermana!! Ay Pere, seguro que ella se sigue riendo 28 años después…
tan sólo quedan 4? snif. Ayer me ha llegado al corazoncito galo lo de fiel entre las fieles. Peepjordan, el día que te atrevas, n ome pienso perder lo del slip.
gabacha, le propuse al tomate que hiciera una fiesta en tu terraza y que se sintiera DJ por una noche, pero le da miedo. Si sirve para animaros, yo acudo con el slip y un tomate tatuado en la frente
¿Fecha y hora?
A las 10h30 del 7 de febrero de 2013. No haber entrado aquí con año y medio de retraso Pere 🙂
Me parto…
Pues sí mémère, formas parte del círculo restringido de los idiotas que leyeron el blog desde el post #1. Ya sabes, idiotas a los que quiero mucho…
Una de mis canciones preferidas de Bowie y la que salva por completo un LP, que, según mi modesta opinión, no hay por dónde cogerlo… Un saludo.
Para todos aquellos que no conocen a Antonio Martin, él tiene el único otro blog con entrada diaria que conozco. Sobre cine, con un arte muy especial. Y a la gran diferencia del Tomate cretino, nunca se queja, ni un tímido gemido calimerisco. Un día le llamé el Chuck Norris de WordPress. El blog se llama Diccineario (www.diccineario.com/), échale un vistazo, merece la pena.
Me encanta la etapa de Berlin de Bowie inclusive me atrevo a decir que es mejor que su etapa Glam rock, me encanta el tono krautrock que le dio a sus trabajos, en fin en saludo y chao. 🙂
En mi caso corrían los años 90, tenía 12 años, y de ese entonces fánatica de su majestad Bowie hasta la fecha. Llegó a mis manos el Ziggy Stardust, disco escuchado y requetecontraescuchado, luego vendría la trilogía de Berlín, con Heroes a la cabeza dándome con todo al cerebro y el corazón. Hoy, a los 38 años sigo siendo la reina por un día, y todos los días de mi vida.
Da queen.
Esto mola.
Buf, Bowie nos ha dejado… buf…
acabo de leerlo, madre mia qué pena…no sabía que luchaba contra un maldito cancer…
al final no le veré con concierto, porca miseria
cierto, ese sueño no lo podrás cumplir…
Esto no se hace, el lunes es aún más gris. No me lo podía creer esta mañana, creí que sería la eterna broma de twitter.
Con la de chusma que se podría ir antes que él.
La lista de las chonis culonas que se quedan es interminable. Y me apuesto una copita de rueda que a alguna se le caerá una lágrimilla de pena, a ver si ayuda a vender más discos. Ay…
Me gustaría despertar y darme cuenta de que ha sido un sueño