Todos los días que dios Elvis hace, compruebo que el post ha salido correctamente, no vaya a ser que me mate escribiéndolo, para que luego se quede en el limbo de WordPress. En el de esta mañana, Play it again Moby, como entrada relacionada salía la de Annie Lenox de relacionado, escrita hace siglos. Al releerla, me di cuenta de que mencionaba a Dave Stewart -el músico que le hizo grande a la cantante de Eurythmics-, prometiendo dedicarle un post a este pedazo de guitarrista, cantante, arreglista y productor, aunque pésimo conductor. Aproveché para re-escuchar su primer disco en solitario, qué gran álbum. Venga Dave, ahí vamos.

Con trece años, David Allan Stewart –nacido en 1952- no iba para músico. Lo suyo era el deporte, todos, aunque se le daba especialmente bien nadar y jugar al fútbol. Pero un primer accidente de coche –supongo que no conducía él- troncó sus aspiraciones de convertirse en David Fuente de Suspiros Femeninos y Tacos Masculinos Beckham, muchos años antes que el molusco rubio. Durante su larga convalecencia, le ofrecieron una guitarra para que pudiera pasar el rato. Una estupenda idea, teniendo en cuenta que hoy Dave Stewart es uno de los grandes guitarristas, con él que muchos artistas quieren tocar y cantar, empezando por Mick Jagger.

Al salir del hospital, integra una primera banda, los Amazing Blondel y a principios de los 70, monta la suya propia, The Longdancer, con Pete Coombes, futuro comparsa en la aventura Eurythmics. Pero hete aquí que Dave Stewart no es hombre de coches, vuelve a sufrir un nuevo accidente en Alemania, que le deja fuera de combate durante otro largo periodo. A su vuelta a UK, monta una tienda de discos –sana ocupación- y conoce a Annie Lennox, camarera en un restaurante cercano, con la que entabla una relación sentimental. Montan The Catch, luego The Tourists y finalmente Eurythmics, última formación esta con la que triunfan durante los 80 con grandes álbumes y enormes singles. 75 millones de discos vendidos después, se separan, y Dave Stewart se lanza en solitario.

Antes del Split, Dave Stewart ya había empezado a participar en la grabación y la producción de trabajos de otros artistas, como Tom Petty & The Heartbreakers, Daryl Hall, Bob Dylan y Mick Jagger. La crème de la crème. Así que cuando saca su primer trabajo en solitario con el nombre de Dave Stewart & The Spiritual Cowboys, aunque menos conocido que Annie Lennox, se le espera como que a la vuelta de la esquina.

El álbum, homónimo, es enorme, rebosa calidad y talento. Pero de este pedazo de músico se esperaba menos clasicismo, algo más arriesgado, más original. Todas las canciones son magníficamente interpretadas y arregladas, pero les falta un poquito de locura. Y eso que contaba con la presencia de Martin Chambers –Pretenders– y John Turnbul –Ian Dury & The Blockheads-. Un pop rock de estantería, menos de escenario. Posiblemente haya sido yo de los pocos en comprarlo –no me arrepiento-.

Desde entonces ha hecho miles de cosas. Más discos como él mismo, más discos con Eurythmics –se reformaron en 1999 para un par de álbumes más y un recopilatorio para hacer caja antes de la jubilación-, más discos para SuperHeavy, curiosa banda que reúne a Mick Jagger, Joss Stone, Dave Stewart, Damian Marley –hijo de- y A. R. Rahman –maestro de Bollywwod, creador de la BSO de Slumdog Millionaire-, y colaboraciones sin parar con un montón de artistas, porque, en el fondo, Dave Stewart es grande y todo el mundo le quiere a su lado.

A mi no me importaría tomarme un par de Gin Tonic con él, así podría saber para quien Annie Lennox se quitó su camisa en aquel concierto en Francia, hace treinta años.