A veces, da gusto, me lo ponen a huevo. Estaba yo preocupado por encontrar el disco nutricio para la entrada de hoy, cuando más que un artista, me encontré con un cretino. Ya sé que muchas veces es como un pleonasmo, pero en el caso presente, el cretino no es artista. Es un DJ. Marcando distancia, ¿verdad?. Un DJ raras veces es un artista, si bien aquí he alabado algunos –muy pocos-, como DJ Shadow, Fatboy Slim, Todd Terje, sólo por mencionar a los más recientes en el blog.
Archivo por meses: julio 2014
Percusiones Del Mundo
Hoy tocaba vaciarme. Aliviarme de todo el peso y los nervios acumulados. Para ello nada mejor que una larga sesión de percusiones y tambores, tribales y brutales, con el volumen alto. El tambor –en todas sus formas, materiales y acepciones posibles- tiene esa ventaja: con una alta dosis, te deja reventado, feliz, como nuevo. No por nada es el instrumento más universal, presente en prácticamente todas las culturas, desde hace miles de años. Conlleva reunión y comunión, aunque al final uno lo siente dentro de si, reparador, regenerador y euforizante. Como el chocolate. Quiero decir, el de cacao.
Captain Sensible – Wot
¡Si Madrid ya está vacío! A mediodía subí la Gran Vía, aquello se parecía al Uno de Enero pasado, a las 9 de mañana, sin el zigzagueo y la música a tope saliendo del Seat León de al lado. Deduzco que estáis todos en la playa. Eso de “Este año vamos a visitar todos estos bonitos rincones de España que no conocemos”, lo pronunciaste un día de febrero con dos gramos, y pasaste los tres meses siguientes cruzando los dedos para que nadie se acordara. ¿Qué pasa, hay ganas de seguir con el Ken Follet empezado hace tres veranos?
Caro Esmerald – Deleted Scenes from the Cutting Room Floor
Domingo veraniego, domingo soleado, domingo templado, domingo barbaco o –para la rima-. Por consiguiente domingo vino, domingo salchicho, domingo piscino, domingo risa tonto, domingo al acecho de un control de alcoholemio –uno vuelve desde lejos-. Con música, mucha, de todas las épocas y procedencias. Y claro, no podía faltar la artista que mola y de la que no has oído hablar en tu vida. De lo que me he dado cuenta al alimentar este blog a diario, es que cuanto más descubro, más me queda por descubrir, y esto es pelín cansino. Hoy le ha tocado a una tal Caro Esmerald.
The Japanese Popstars – Take Forever
Pues sí, me encanta Ibiza. Bueno, digamos que sólo una parte, la isla de día. Desde las 10h –café- hasta las 2h, como mucho –gin tonic, Seagram-. La otra, la que se despierta a las 2h y cae rendida y atontada a las 10h, prefiero olvidarme y se la dejo a los nocturnos. Los rusos de dudosa ética, las rusas de dudosa plástica, los macarrillas con pantalones cortos y medio gayumbos visibles, las chonis con tatuaje tribal, los M&M psicotrópicos, el ruido ordinario. El target preferido de las macro discotecas, que copan nueve de cada diez carteles publicitarios en las carreteras de la isla. Siempre he dicho que la humanidad toca fondo en los atascos, pero no descartemos que los Pacha, Space y demás Amnesia se cave un poco más. Por lo menos en un atasco puedes escuchar buena música.
Nancy Dupree – Ghetto Reality
Mr. Suizo es bizarro –en la acepción que él defiende-, y me enerva –en la acepción que a mi me gusta-. Su increíble blog de erudito enciclopédico musical, “The Songs We Love”, casi sólo habla de grupos y cantantes que no conozco. Parece que lo hace a posta para hundirme en mi miseria. De haberse fijado también el reto idiota de llegar a 1.000 posts antes de tirar la toalla, es muy probable que 1.800 de ellos (900 + 900, a ver si sigues) no coincidieran. ¿Tan vasto es el panorama musical para que ocurra ese permanente desencuentro entre dos amantes de la misma música? Pues será cierto. De hecho le tengo preparado una pequeña venganza, es radicalmente imposible que conozca el disco de hoy. En caso contrario, me como mis palabras, con salsa vindaloo para más inri.
Robert Palmer – Clues
Clues, publicado en 1980, fue algo así como una bocanada de aire fresco. Con este disco los años 80 pintaban bien, pensábamos, ilusos de nosotros. La música no terminaba de acabar con el rock progresivo, el punk, las tendencias góticas y demás cold wave, y Robert Palmer desembarcó en el momento justo para todos aquellos que se desesperaban por volver a escuchar algún día música sin huellas de vómito en la camiseta. Con su look de inglés de clase media impoluto al que cualquier suegra daría sin rechistar a su hija, dandy de segunda –no es Brian Ferry todo lo que reluce-, abrió el camino hacia un pop elegante y moderno y, sí, fue de agradecer.