Fatboy Slim, el único DJ que gusta a los que nos gusta el rock. No he encontrado mejor formula para resumir a un tipo totalmente iconoclasta, el rey del big beat hecho con las tripas y eso sí, también algo de éxtasis, pastillas, polvo mágico, anfetaminas, alcohol, vamos, lo normal en el gremio, sobre todo cuando te has coronado en Ibiza. A veces sirviendo m… house para recargar la American Express Platinum, pero hasta esto se le perdona. Fatboy Slim, un talento para componer y crear, equivalente a la suma de los talentos de todos los DJs que han pasado por los Pacha y Space de turno, desde los últimos 233 millones de años -época de las primeras rocas de la isla, cuando el Mediterráneo se llamaba el Mar Masajeas-.
Oye, cuento muchas chorradas lo sé, pero también sé informar. Apúntate lo anterior, para lucirte después del cuarto gintonic en el Amnesia este verano. Seguro que encuentras a un público cautivo –se reconocen al sudor que tienen en la frente, la mirada bizca, los ojos amarillos y una total incapacidad a considerar soltar el taburete antes de muchos miles de años-. “Como mola la cultura tronco, ¡camarero!, llénale la copa a la muchacha, es fan de paleontología”.
Odio las macro discotecas, como entenderás. Pero me encanta Norman Leo Cook, verdadera identidad de un eterno niño nacido hace cincuenta años –eso, todo un chaval, ¿verdad?-. Desde muy muy muy joven, decidió que lo suyo sería la música, y en eso se empleó a fondo. Es más, no ha dejado de emplearse a fondo, ha pasado por tantos ciclos buenos y malos que no tiene más remedio que seguir. Empezó con quince años, tocando la batería en una banda de new wave llamada Disque Attack. En paralelo se ganaba algo de dinerillo haciendo de DJ en pequeñas salas, hasta convertirse en DJ Quentox en algunos de los sitios de moda de su Brighton natal, como The Basement.
En 1985 monta The Housemartins con unos amigos. A él le toca el bajo, aunque lo mismo le daba al triangulo, con tal de subirse a un escenario, único sitio donde se sentía a gusto de verdad. Rápidamente conocen el éxito con su primer single, Happy Hour. Recuerdo perfectamente la canción cuando se estrenó, era…. Soft. Cool music para soft people. Me chirriaba un poco. Tuvieron más hits del estilo, como Caravan Of Love, un poco infumable de lo meloso que era. En 1988 se separaron, momento en el que Cook empezó a crear utilizando sonidos de otros. Sampleando vamos. Su primer “éxito”, Dub Be Good To Me, terminó costándole caro. Perdió en un juicio frente a dos grupos denunciantes, The Clash y The S.O.S. Band. Tuvo que pagar dos veces lo que había ganado en royalties.
En 1993 montó Freak Power, una banda especializada -¿a pesar suyo?- en crear músicas para cuñas publicitarias de grandes marcas. Turn On Turn In Cop Out es el tema más característico de esta época en la que todo valía para llenar la nevera y reconstituir el stock de latas de sardinas, por si las moscas. Luego pasó a llamarse Pizzaman, luego The Mighty Dub Katz, mientras abría una sala en Brighton, The Boutique. También conocida como The Big Beat Boutique.
Finalmente, presionado por amigos suyos, que sabían de su potencial, se lanza en solitario, rebautizándose como Fatboy Slim, en 1996. Su primer ensayo da en el clavo, subiendo Everybody Needs a 303 hasta los puestos de honor en los charts ingleses. Pero la explosión llega con Rockafeller Skank, single precursor de su segundo álbum, You’Ve Come a Long Way, Baby. A mi este tema me pone de un humor fantástico, es de estas canciones que me arrastraría hasta cualquier rincón del mundo. ¿Es esto posible tanto ritmo euforizante, movedor de los culos más improbables? Una perla de big beat divertida, Funk Soul Brother! Qué grande es.
Luego sacó una cantidad increíble de temas electro soul rock rap de los más chiflados e inventivos que se recuerde. Es el crack, el puto amo de las pistas que, cual Obelix ante el invasor, resiste a la house ibicenca facilona. Muchas veces servidos por unos vídeos tremendamente locos, vitales y originales, divertidos y locos. Basta con ver la canción Weapon of Choice, con una coreografía de Christopher Walken en el hall de un hotel abandonado que roza lo maravilloso. Pero la joya es Ya Mama, también conocida como Push The Tempo. Ays. El vídeo más tarado y desmadrado que he visto en mi vida. Una gozadaaaaaaa con G de muchos metros de alto. Aquí. Es simplemente enorme.
Fatboy Slim, no nos dejes, todo es más fácil con tu arte de genial trastornado. A parte de que unos cuantos necios quieren tu trono, y esto no puede ser.
Amén
Palabra de Elvis…
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