Domingo veraniego, domingo soleado, domingo templado, domingo barbaco o –para la rima-. Por consiguiente domingo vino, domingo salchicho, domingo piscino, domingo risa tonto, domingo al acecho de un control de alcoholemio –uno vuelve desde lejos-. Con música, mucha, de todas las épocas y procedencias. Y claro, no podía faltar la artista que mola y de la que no has oído hablar en tu vida. De lo que me he dado cuenta al alimentar este blog a diario, es que cuanto más descubro, más me queda por descubrir, y esto es pelín cansino. Hoy le ha tocado a una tal Caro Esmerald.

Es holandesa. Sí, de los del 5-1. Pero fuera de un campo de fútbol, no puede ser motivo de ostracismo. Por si no te acordaras, Holanda mandó a la última edición de Eurovisión a The Common Linnets, la mejor propuesta musical que se recuerde en este certamen en tres siglos –no recuerdo cuándo empezó Eurovisión, pero con esto, seguro que cubro buena parte del histórico de charts-.

Caro Esmerald nació en Amsterdam, hace un poco más de treinta años, canta un jazz soul alegre, ligero y veraniego. Aquí no sé, igual soy el último en enterarme, pero no creo que se la conozca mucho. En Holanda es la estrella absoluta. Empezó de casualidad en una tele local holandesa en 2008, al interpretar lo que se convirtió en su estandarte, Back It Up. Al día siguiente, miles de millones de holandeses –sé que no hay tantos, pero corrían tanto que daban la sensación de ser muchos más-, salieron en busca de un álbum que no existía. Al percatarse del fenómeno, el sello y la artista se pusieron mano a la obra para sacar cuanto antes un disco entero.

De Deleted Scenes from the Cutting Room Floor –nombre del disco en cuestión-, se vendieron más de un millón de copias, de las que buena parte en Holanda. Batió un record que se creía imposible relegar a la página dos de google, el número de semanas que permaneció en el #1 de las listas de ventas de álbumes en Holanda. Veintisiete. Una más que Thriller, de Bambi.

Hace un año, publicó su segundo álbum de estudio, The Shocking Miss Esmerald, no tan confinado al reino naranja. Llegó al #1 de las listas de discos vendidos en UK, y este año, abrió el mismísimo festival de Glastonbury. ¿De qué va? Es jazz, soul, pop, es ligero pero francamente bien hecho, con corazón y voz de terciopelo. Mola.

Sí, que me voy, ala, adiós, mañana más.