Robert Palmer – Clues

Clues, publicado en 1980, fue algo así como una bocanada de aire fresco. Con este disco los años 80 pintaban bien, pensábamos, ilusos de nosotros. La música no terminaba de acabar con el rock progresivo, el punk, las tendencias góticas y demás cold wave, y Robert Palmer desembarcó en el momento justo para todos aquellos que se desesperaban por volver a escuchar algún día música sin huellas de vómito en la camiseta. Con su look de inglés de clase media impoluto al que cualquier suegra daría sin rechistar a su hija, dandy de segunda –no es Brian Ferry todo lo que reluce-, abrió el camino hacia un pop elegante y moderno y, sí, fue de agradecer.

Robert Palmer, nacido en 1949, pasó toda su infancia cambiando regularmente de domicilio, debido a los múltiples destinos de su padre, oficial del servicio de inteligencia de la Royal Navy. A falta de amigos de larga duración, el pequeño Robert entabló una relación especial con la música que emitían las radios de las fuerzas americanas basadas en Europa. Atraído por el Jazz, el blues y el soul, Palmer no tardó mucho en integrarse a un primer combo, The Mandrakes, con quince años, del que no queda rastro. Con veinte se convirtió en el cantante de The Alan Brown Set después de que este grupo se separara de su líder. En youtube hay un trocito de 29” de Gipsy Girl, la primera grabación en la que se puede escuchar a Robert Palmer, pero ojo el sonido es malo.

Posteriormente se quedó al mando de otra formación, Vinegar Joe, con Elkie Brooks –la de Pearl’s a Singer, mega hit UK de 1977-. Publicaron tres discos como que para nada, ya que no tuvieron apenas notoriedad. En 1974, salió pitando e inició su carrera en solitario, gracias al empeño de su sello, Island Records. De 1974 a 1979, Robert Palmer publicó cinco álbumes, en los que mezclaba numerosos estilos, desde el funk hasta el reggae, pasando por el calipso, el soul y la pop, hasta que por fin dio en el clavo con el tema Every Kinda People, del disco Double Fun. En los US no pasó de una palmadita en la espalda, pero en Europa se convirtió en un mega hit cuando Heineken decidió sacar un spot TV con esta canción de fondo. El spot estaba muy en la línea de los años que se avecinaban, beautiful people, ambiante selecto y estético, sonrisas forzadas, alegría de vivir –cosa que habría que comprobar, 35 años después, contando los veinteañeros del anuncio que siguen vivos-, miradas lascivas, escotes generosos, y en medio de todo esto un gay con bigote un poco perdido –todavía no se había acunado la expresión «políticamente correcto»-.

Robert Palmer Clues

Y llegó Clues, en septiembre de 1980. Un álbum brillante brillante brillante. Recuerdo perfectamente ponerlo en el toca discos y decir, “esto mola”. No era increíblemente innovador, pero la calidad de las canciones, ese inconfundible sonido synthpop moderno, soft y elegante, convirtió a Robert Palmer en el símbolo de estos primeros años 80’s. Resulta que había vida después de Joey Ramone, Johnny Rotten y Ian Curtis. Del álbum se extrajeron dos mega hits, Looking for Clues y Johnny and Mary –que fue durante veinte años la música de los spots tv de Renault en el país vecino-, aunque contenía algunas perlas más, como I Dream of Wires, con un genial Gary Numan en los teclados. O esta curiosa versión de Not a Second Time, uno de los temas de los cuatro sosos de Liverpool menos conocidos –del álbum Meet The Beatles, de 1963-. Lo tengo en vinilo, aquí, en mis manos, oooh Fiouck you are the fucking milk.

 

 

 

 

4 comentarios en “Robert Palmer – Clues

  1. Alzo mi copa virtual de Veuve Clicquot y brindo por el empleado que por fin solucionó el problema de la playlist. Venga, alzar la copa, yo invito a esta ronda… (virtual. Eh!)

  2. Pingback: Bryan Ferry – Avonmore | Un día, un disco.

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