KIC 8462852. Apúntate este “nombre”, este es mi nuevo rumbo. Ya me he puesto en el congelador y he dado órdenes para que me manden hacia esta estrella. Es que el viaje dura 1500 años -si es que me dan suficientemente fuerte como para ir a la velocidad de la luz-, así que mejor ir congelado. Quiero verlo con mis propios ojos, estos artilugios artificiales posiblemente obra de alguna civilización tan avanzada que logran chupar la energía de las estrellas.
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AWOTT – K R A I
¡Si este blog es una ruina! Ayer tuve que pagar por ampliar el espacio de almacenamiento disponible en WordPress, a tan solo un mes de acabar con la faena. Vale que 10.000 mp3 ocupan mucho, pero en treinta días apenas subirá el número. Me puse el traje de calimero y les pedí un poco de consideración, a lo que un geek disfrazado de banquero contestó “Congrats on almost reaching 1,000 posts in 1,000 days, that’s an amazing accomplishment!”, para luego exigir el pago. Porca miseria, 50 dólares más. Ya van 300 desde el principio.
Biting Elbows – Dope Friend Massacre
Biting Elbows. Los Codos Sarcásticos, en español. No sé lo que beben estos rusos, probablemente Verdejo con aguarrás. En una proporción claramente a favor de la trementina. Es más, no creo que se molesten en echarle vino al cóctel, total que pa’qué. Están chiflados, acabo de ver los dos video clips con los que se han hecho famosos en youtube y todavía estoy un poco… pasmado, y no por el frío que acecha.
Igor Stravinski – La Consagración De La Primavera
Año tropecientos mil. Un platillo volante pequeñito trata de hacer trampa y zigzaguea desesperadamente para no ser engullido por otro platillo volante enorme, dirigido por un tipo vestido de negro, con casco de plástico inverosímil, respiración bucal ruidosa –tiene que oler a cuadra ahí dentro- y una mala leche que enfría las aspiraciones de cualquier tripulante a convertirse en Almirante. En el pequeñito, una chica con peinado espantoso da sus últimas instrucciones a dos artilugios pre-iPhone –un quejica chapado en oro que se hace llamar Ronaldo C3PO y otro que no hay quien le entienda-, antes de expulsarlos del platillo hacia un planeta desértico. Ahí dan sus primeros pasos en la arena al son de una música ligera de Igor Stravinski.
Motorama – Alps
Anteayer fui a ver a mi primera banda rusa en concierto, en el Mobydick. No me disgusta esta sala, tiene una barra en el fondo que se suele vaciar en cuanto empiezan a tocar las bandas, momento que aprovecho yo para pegarme a ella. Mola ver grupos en discotecas; como no te guste la actuación, siempre tienes la opción de tomar una copa. En mi caso, me guste o no, siempre opto por no alejarme demasiado de mi Plymouth -ah sí, me estoy pasando a esta marca, la más antigua de todas, wow-. La música con agua y sudor, va a ser que no, o sólo en festivales, con escenarios grandes y mucha mucha gente. Pero en garitos, barra y ginto, luego el grupo. Eso, había empezado por ahí pero se me fue la olla. Motorama. el jueves por la noche tocaba Motorama en el Mobydick. Fue un soplo, no me había enterado, como siempre. Además llegué un minuto antes de que empezaran, eso también me encanta, parece que me estaban esperando. Oye y por qué no, ¿eh?
Motorama es la banda rusa más conocida fuera de sus fronteras, con ello te quiero decir que a las demás, ni su madre. Si lees este blog con regularidad, sabrás que sólo dos veces hemos ido hasta Rusia, en algo más de 300 posts, y en ambos casos para cosas bastante inverosímiles. Primero fue Eduard Khil, el genio del Trololo, la obra musical que más me fascina, no me canso de decirlo. Y luego hace pocos días, con Los Coros del Ejército Soviético, en una grabación en París en el año 1963. Grandioso vinilo, soberbio, un pedazo de historia. Así que teniendo el listón tan alto, no podía regresar a la tierra de Laika –mi héroe canina- para un grupo que no estuviera a la altura.
A Motorama les sigo desde hace dos o tres años. No tengo ni CD ni vinilo, aunque me lo estoy pensando, pero sí algunos mp3 que me pasarían en su día. No es fácil encontrar información de ellos. La única wiki que tienen está en ruso y el traductor de google es de risa para estos idiomas. Se formaron en 2006 en Rostov Veliki –algo así como el Chinchón de por aquí, no es mucho más grande- y desde el principio tenían claro quien era su dios. Aunque lo más probable es que no habían nacido cuando se encontró a Ian Curtis ahorcado en su cocina, parece que se han marcado como reto el seguir dándole vida vía sus canciones. Al principio hasta se les acusaba de plagiar a Joy Division, pero en 2010, cuando sacaron su primer álbum, Alps, el tono depresivo ya se había suavizado para dar paso a un sonido más new wave. El nombre del grupo procede de una película americana súper rara de 1991, sobre un niño de diez años que roba un Ford Mustang –para qué robar un mierda coche cuando te puedes hacer con el coche de mi juventud ¿verdad?-, para recorrer distintos estados imaginarios en busca de ocho cartas regaladas por una marca de gasolineras, cada una con una letra para formar la palabra Motorama y así embolsar un premio de 500 millones de dólares. Parece ser que la película algo cuajó en Rusia, de ahí la referencia. El cantante y líder del combo se llama Vladislav Parshin. También toca la guitarra, aunque no tan bien como el guitarrista oficial, Maxim Polivanov. Menudo crack, me impresionó en el concierto, es capaz de arrancarle a su guitarra sonidos tanto a lo Durutti Column como a Toy -. Luego está la bajista, Airin Marchenko, mola la moza, tan menuda y mona, el batería, Román Belenkil y por fin el teclista, Alexander Norets.
Alps tuvo buena acogida, en Rusia son con creces la referencia de la escena rock indie post punk, con otros grupos como Human Tetris y Manicure. En 2011 sacaron un nuevo single, One Moment, que empieza por un trozo de diálogo de una película francesa. Dice “Mon Dieu qu’il était maigre. Enfin c’était juste avant que l’on se rencontre …”, tiene que ser una película de los 60, la voz me suena mucho pero no doy con ella. Un caluroso apretón de manos a quien me de la respuesta. En 2012 publicaron su segundo disco, Calendar, más indie pop ligero. Anoche supieron hace un mix bueno de ambos álbumes, igual que yo con mi Plymouth y mi Fever tree.
Camaradas Motorama, la patria puede estar orgullosa de vosotros.
Escucha las mejores canciones del disco Alps, de Motorama
Los Coros Del Ejército Soviético – Campo Gran Campo
Ayer estuve en una feria de vinilos, en Madrid. Me decepcionó un poco la verdad, mucho disco nuevo –para eso voy a una tienda-, y muchos estándares de casi todos los repertorios. Eché en falta, a parte de un montón de grupos de mi juventud, cosas raras, de estas que dices what the fuck este pollo, que te invita a coger el disco, darle la vuelta para descubrir de qué va, sacar la funda interior para seguir indagando, a ver si te suena de algo. Claro que algunos había, pero no del tipo de los discos bizarros que a mi me gustan. Cuando yo me hice con la colección de LP’s que quedaban en casa de mis padres, aproveché para llevarme unos discos que siempre estuvieron ahí, a mi alcance, por muy lejos que recuerde. Cosas raras de verdad, o no tanto.
Les Choeurs de l’Armée Soviétique à Paris. 1963-194. Dirección Boris Alexandrov. Qué c… hacía este disco en mi casa? Desde luego políticamente no tenía cabida, mi padre fue, es y se irá como fan de De Gaulle, como yo lo soy de Johnny Rotten, signos de los tiempos. Musicalmente es otra cosa. La verdad es que es suntuoso. Los Coros del Ejército Soviético forman uno de los conjuntos vocales más afamado del mundo, desde su creación en 1928. Nacido en el seno del ejército rojo, reúne las voces más graves, profundas y potentes, seleccionadas de entre los cientos de miles de soldados que integran los batallones y regimientos soviéticos. Y también músicos y bailarines. Fue creado para servir y apoyar la patria, darle ánimo a sus soldados y exaltar el ideal revolucionario del país. Los Coros no son una única entidad. Hay dos conjuntos que se pueden prevalecer de esta prestigiosa apelación: el Conjunto Aleksandrov, fundado en 1928, y el Conjunto MVD, de 1939. El primero dependía del Ministerio de Defensa soviético y el segundo del Ministerio del Interior. El repertorio se inspira en la música tradicional rusa, de cantos sagrados y de óperas populares.
El primer Conjunto contaba inicialmente con tan sólo doce artistas. Se produjo por primera vez bajo la dirección de Aleksandr Aleksándrov en el este del territorio, para ofrecer algo de distracción a los soldados designados para construir el ferrocarril de extremo oriente. Falta hacía. Cinco años después, ya son tres cientos los soldados que lo integran, separados en tres clanes: el Coro propiamente dicho, los músicos y los bailarines. Durante la segunda guerra mundial, se produjo más de 1.500 veces en los distintos frentes abiertos por el ejército, en trincheras, hospitales, campos de batalla, allá donde la fe se resquebrajaba y la razón se perdía. Un año después de finalizar la guerra, fallece Aleksandr Aleksándrov y le sustituye su hijo, Boris Aleksándrov, hasta su jubilación cuarenta y un años después.
En 1963, un sello francés, Le Chant Du Monde, especializado en música clásica francesa y rusa, invita al Coro a Paris, para grabar un disco, este que tengo entre mis manos. Esto es lo que dice el director del sello en la contraportada del vinilo: “Los días 17 y 18 diciembre de 1963, tuvimos el privilegio de grabar, Sala Wagram en Paris, el admirable Coro del Ejército Soviético, que dirige el Coronel Boris Aleksándrov. Este disco restituye las voces incomparables de algunos de los más grandes solistas del Coro y los Coros propiamente dichos. Tenemos grabado en nuestro corazón lo que este disco no puede exprimir: la alegría, la felicidad, la pasión de todos estos artistas, la autoridad sonriente del inmenso Director de Orquesta Boris Aleksándrov, la calurosa amistad que reúne a todos estos hombres, que supieron compartir con nosotros”. Te dejo con dos de los temas del disco. Campo, Gran Campo –en ruso Póliushko Pole-, uno de los cantos militares soviéticos más famosos, wow, fascinante. Y el himno ruso, uno de los más bellos del planeta. Estremecedor.
Eduard Khil – Trololo
Domingo. A puntito de entrar en mayo. Y a puntito de nevar. Así que, puesto que los elementos se están poniendo del revés, te dejo con la canción y actuación más inverosímil de toda la historia de la música moderna. Moderna es un decir. Sigue leyendo