John Williams – Star Wars

El cine nació mudo, pero no sin música. Aunque los diálogos tardaron en escucharse treinta años –El cantante de jazz, 1927-, las películas siempre fueron acompañadas por una banda sonora, directamente interpretada en la sala de proyección por una orquesta, un pianista, o simplemente un disco fonográfico. Desde siempre banda sonora y cine son indisociables; al igual que el eructo cervecero y el ingles bebido espatarrado en su tumbona en Benidorm, una BSO transmite todo los que las imágenes y los diálogos no pueden decir. El cine ha tenido grandes maestros de la banda sonora. Uno de ellos es indudablemente John Williams.

A lo largo de sus sesenta años de carrera, John Williams ha recibido más premios que cualquier otro. Marea la lista. Ha sido nominado 49 veces a los Óscar, sólo le gana en este particular ranking Walt Disney (59). Se llevó la estatua cinco veces –El violinista en el tejado, Tiburón, Star Wars, E.T. y La Lista de Schindler-. Se ha llevado asimismo cuatro Golden Globe -21 nominaciones-, 21 grammy –por 51 nominaciones-,  seis Saturn Award –galardón que recompensa específicamente las bandas sonoras-, siete premios Bafta ingleses. Este estajanovista de la composición también ha trabajado para las orquestas más prestigiosas del planeta, es el autor de la música de cuatro ceremonias de apertura de JJOO, y last but not least, compuso la banda sonora de la ceremonia de investidura de Barack Obama en 2009. Tiene 81 años, es el amo.

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Nacido en 1932, empieza con la música muy joven –no me digas-. Con doce años ya tocaba el piano, el trombón y la trompeta, con quince formaba su primera banda de jazz, y con diecinueve componía su primera obra –una sonata para piano-. Con veinticuatro entabla amistad con Bernard Herrman, autor de algunas de las bandas sonoras de las pelis de Hitchcock, empieza a trabajar para la Columbia y la 20th Century Fox. Sus primeros trabajos van dirigidos a algunas series TV, pero no tarda en pasar a la gran pantalla. En 1958, se estrena la película Daddy-O –de Lou Place-, que pasó a la posteridad únicamente por ser la primera en tener una banda sonora realizada por John Williams. Hasta su primer óscar, ganado en 1971, compone un mínimo de dos BSO al año –¡cinco en 1966!-. A principios de los 70’s, se especializa en el cine de catástrofes –Poseidón, Terremoto, El Coloso en Llamas, etc-, todas películas de gran éxito que llevan Steven Spielberg a fijarse en él. Empieza una colaboración de leyenda entre los dos hombres, que llevará el músico a ganar tres óscar más, para Tiburón, E.T. y La Lista de Schindler. A mediados de los 70’s, gracias a Spielberg, conoce a George Lucas, que andaba buscando ideas para la banda sonora de la película que estaba rodando, Star Wars –incomprensiblemente traducido por La Guerra de las Galaxias en lugar de Las Guerras de la Estrella, pero esa es otra historia-. Quería una colección de obras a lo 2001 de Kubrick, todos temas ya existentes de grandes compositores clásicos. Spielberg le convence para que utilice la maestría de Williams. De este encuentro nacerá una de las BSO más famosas de todos los tiempos, icono del inconsciente colectivo. En 2005 es elegida como la mejor banda sonora jamás escrita para una película norteamericana por el American Film Institute -en la lista de las veinticinco figura también la de Tiburón en sexta posición y la de E.T. en el #14-.

Te dejo con algunas piezas de esta obra magistral, en especial mi preferida, The Imperial March, también llamada Tema de Darth Vader. El guapo malvado con su neopreno negro y el macetero al revés. Como decía en este divertido anuncio de TomTom, You should have seen his face when i told him i was his father.

Escucha los principales temas de Star Wars, de John Williams

The Supremes – Stop! In The Name Of Love

Vestido ajustado de lentejuelas, tres metros cúbicos de pelo en la cabeza, ojos rasgados y mirada sensual, piernas ligeramente abiertas, mano izquierda en la cadera, brazo derecho estirado hacia delante, palma abierta como si fueran a parar a alguien. Stop! In the naaaame of looooove….

Cerca de cincuenta años después, no se sabe si la canción llegó al #1 de los charts US por la música o por la coreografía, inventada por dos miembros de los Temptations pocos minutos antes de que Diana Ross y sus acolitas subiesen al escenario para la première del tema en un show televisivo. Aquel mes de 1965, The Supremes afianzan su papel de mejor banda de soul femenina, con su cuarto #1 en dos años –de un total de doce en toda la carrera del trio con la Ross al mando-.

Pero no lo tuvieron fácil. Diana Ross, Florence Ballard y Betty Travis eran amigas de la infancia. Acostumbradas a cantar cada vez que podían por su barrio, crean un primer grupo, ayudado en ello por Eddie Kendricks y Paul Williams, miembros de The Primes -que terminaría siendo The Temptations-. The Primettes graba primero para un sello marginal, pero las canciones nunca se llegan a publicar. Estamos a finales de los cincuenta, Diana Ross tiene quince años, Ballard uno más. Dos niñas, pegajosas. Durante semanas asedian la sede de la Tamla Motown, después de que desapareciera el sello para el que habían estado trabajando en vano. Smokey Robinson, ex vecino de las chicas, les permite entrar, y durante un año se dedican a hacer coros –“baby, baby, oooh”- y dar palmaditas, en sesiones de grabación de otros artistas, por 2,50$ la semana –al FMI le encantaría estos sueldos-. El dueño de la Tamla, Berry Gordy, termina fijándose en ellas, viéndolas interpretar un tema compuesto por Robinson, I want a guy. Firman en enero de 1961 –Diana Ross sigue sin cumplir dieciocho-, se convierten en The Supremes, y empieza una nueva bonita historia.

Las primeras grabaciones, obras de Smokey Robinson, son un fiasco. Todas las interpreta Diana Ross, menos una, Buttered popcorn, cantada por Florence Ballard. Como otros 37.208 grupos de la época, la música de The Supremes huele a coches enormes, barbacoas dominicales, amoríos de asientos traseros, pero no cuaja. Berry Gordy, él, huele a dólares. Nombra al trio prioridad absoluta de la Tamla y encarga a Robinson que se busque la vida para dar con un hit. Después de múltiples intentos infructuosos, a The Supremes le pasa lo mismo que a The Temptations en su momento, empiezan a arrastrar un mote humillante, The No-Hit Supremes. Gordy echa a Smoky y llama a los responsables de otro grupo femenino en plena gloria, Martha & The Vandellas, con Martha Reeves de cantante. Los compositores Holland/Dozier/Holland sacan título tras título para The Supremes, que ven como empiezan a integrar los charts. Empiezan con un #23, When The Lovelights Starts Shining Through His Eyes.

SupremesLa gloria llega durante el verano de 1964, cuando se publica el segundo álbum de las chicas, Where did our love go, disco superlativo a todos los efectos. Ochenta y nueve semanas seguidas en los charts, primer álbum en toda la historia de la música popular en tener tres singles que llegarán al #1, buque insignia del sonido Motown. Primer single coronado, el tema Where Did Our Love Go, #472 en la lista Rolling Stones de las 500 mejores canciones de todos los tiempos, versionada diecisiete años más tarde por Soft Cell, un millón de copias vendidas en un plis plas. Y luego Baby Love. Y finalmente Come see about me. Y se repetirá la rutina otras nueve veces. En total doce #1 –de los que diez fueron obra del trio Holland/Dozier/Holland, que dejo más abajo para la escucha- para una de las bandas ícono de los sesenta. Luego se separarán, se odiarán, una seguirá una brillante carrera en solitario, otra fallecerá, otras –hubo bastantes movimientos en la composición del trio a lo largo de los años- verterán hiel en los medios, nada que no hayamos visto mil veces. Rock’n’roll.

Stop! In the naaaame of loooove…

 

Escucha las mejores canciones de The Supremes

Soulsavers – Broken

Soulsavers es un dúo británico formado por dos pedazos de vagos, Rich Machin y Ian Glover. No sólo publican poco –cuatro álbumes en más de diez años- sino que además ni se molestan en cantar, piden a otros que carguen con el muerto. Por ejemplo en el último disco –The light the dead see, 2012-, le toca la faena a Dave Gahan. Sííííí, el mismísimo Dave Gahan. El pobre hasta tuvo que traer su propia letra, que el dúo no está para más. Así que el Davidinho, que no puede hacer lo que le da la gana en Depeche Mode -death is no business-, se cebó con las composiciones de Soulsavers y contó todas sus miserias, todas derivadas de su relación a la muerte. Entre la sobredosis que le llevó a estar clínicamente muerto en 1996 y el tumor de la vejiga afortunadamente detectado a tiempo en 2009, el cantante tiene material. Las doce canciones del disco hablan de la muerte en modo confesión, sinceras, melancólicas, oscuras a veces. Pero en fin, el disco da un poco la sensación de haber comprado –apunta la indirecta, “comprado”- un álbum en solitario de Dave Gahan.

Broken

Retrocedamos tres años en el tiempo y centrémonos en el tercer álbum del dúo –no tengo ni he escuchado los dos anteriores, ya ya muy mal-. Broken, se publica en 2009. En agosto. El 17. A las 12h07. Y 28 segundos. Las 11h07 en Canarias. En pleno verano –playa, chicas en bikini, risas despreocupadas, gin tonic en la cantimplora- sacar un disco para pegarse un tiro no es de recibo. Quince temas de blues rock soul con algo de electrónica. Furia lacónica. Y por si fuera poco, canta Mark Lanegan. El casi cincuentón –uch-, después de pasar por bandas como Screaming Trees, Queens of the Stone Age y Gutter Twins, no es precisamente la alegría de la huerta. Un día un crítico de Pitchfork dijo que tenía la voz “tan áspera como una barba de tres días aunque tan flexible y maleable como el cuero de un mocasín”. Las canciones reflexionan sobre la pérdida y el desaliento, el dolor y la redención. Amores perdidos y desconsuelo, con tanto bikini a la vista, duele. El disco también cuenta con la colaboración de un montón de músicos más. Will Oldham, 43 tacos aunque aparenta 60, también conocido como Bonnie ‘Prince’ Billy, cantante americano punk folk por decir algo, deja una bella balada triste, You will miss me when i burn. Richard Hawley, casi cincuentón, ex Pulp, interpreta Shadows Fall con Lanegan, con armónica incluida. Mike Patton, 45, cantante de Faith no more, se encarga de Unbalanced Pieces, posiblemente la más marchosa menos triste de todas. Jason Pierce, casi cincuentón, ex Spacemen 3 neo Spiritualized, canta Pharaoh’s Chariot, con Lanegan, llantos para todos. Y All the way down, interpretada en solitario por Mark Lanegan, con coros melancólicos y hermosos. Por dios, qué maravilla…

Broken, Soulsavers. Un disco de viejetes que los jóvenes harían bien en escuchar, porque es jodidamente bonito. Regalo veraniego muy currado de dos pedazos de vagos improbables. En mi top 30.

 

Escuchar entero Borken, de Soulsavers

 

Al Jarreau – Breakin’ Away

Al Jarreau, rey del soft jazz soul pop, vocalista con técnica propia –consiste en dormir con calcetines mojados y la ventana abierta, pillar resfriado y así cantar con la nariz- nació en 1940, en Milwaukee, como Alwyn López Jarreau. López… López,  esto me suena… Su padre era pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día –no era ese el día que iban de vagos?-. Ya lo he dicho en este blog otras veces, es increíble la cantidad de cantantes que fueron hijos de pastores y curas. La Iglesia, segunda cantera de la música soul, pop y rock’n’roll, después de las calles de los suburbios de Londres y NYC.

Desde muy chiquitín, muestra dotes para la interpretación. Cada vez que puede, canta en la iglesia de su padre, con su madre al piano; de adolescente, monta una pequeña banda de jazz llamada The Indigos, pero no deja de centrarse en sus estudios de psicología. Después de conseguir su diploma de especialista en rehabilitación, empieza a trabajar en hospitales de San Francisco con gente con problemas de adicción de todo tipo –bendita época en la que podías trabajar de lo que habías estudiado-. En paralelo, empieza a producirse en un chiringuito llamado Gatsby’s, acompañado por la guitarra acústica de un tal Julio Martínez. Martínez… Martínez, esto me suena… Las buenas críticas recibidas le llevan a dar un giro en su vida, y decide dedicarse a su pasión. Con su comparsa Martínez, bajan hasta Los Angeles, donde tocan en una multitud de bares y night clubs. Pero la figura de papa no anda muy lejos, por ello entra en distintas entidades religiosas pseudocientíficas, como la Iglesia de la Cienciología –vade retro hijos de satanas!!!-, de la que confesó haber salido tiempo después. Mff… no sé yo…

En 1975, un representante de Warner da con una de sus representaciones y al día siguiente le hacen firmar un contrato. Tiempo después –poco, time is money-, sale el primer álbum de Al Jarreau, We Got By, aclamado tanto por la critica como por el público, sobre todo en Europa, donde recibe varios premios, para este disco y el segundo, Glow, publicado en 1976. Jazz, pop, soul, R’n’B, el artista pasa de un estilo al otro con total naturalidad, talento que le permite ser el único artista en haber ganado un premio Grammy en tres categorías distintas: jazz, pop y rythm and blues. Sin embargo su estilo vocal singular –era capaz de imitar a la perfección guitarras y percusiones-, la calidez de su voz, sus alegres composiciones, nunca le llevaron a la cima en las ventas, ni con el best-off que salió en 1996. Ays, Al Calimereau.

Al Jarreau

En 1981, se publica Breakin’ Away, el quinto álbum del artista, posiblemente su mejor trabajo. Se trata de una pequeña joya jazzy soul pop con temas geniales, como el que lleva el nombre del disco. La noche anterior de la sesión de grabación, dormiría directamente en el balcón, bajo la lluvia, sino cómo explicar esta voz? Y Blue Rondo à la Turk, una versión ligeramente cantada de la obra original de Dave Brubeck. En los años 2000, Al Jarreau declaraba al periódico Virginian Pilot que “me siento como que estoy empezando la segunda mitad de mi carrera. Espero estar lo suficientemente afortunado para seguir haciendo música en mis 70 y 80 años …. Yo sé que esto no es así para todo el mundo a mi edad, o incluso más joven”. Ays, ni para ti Al. Fue hospitalizado en 2010 en Francia por problemas respiratorios y cardíacos, cuando se disponía a dar un concierto en Barcelonette, en la Provenza francesa. Habrá que dejar el truco de los calcetines.

 

 

Escucha entero Breakin’ Away, de Al Jarreau

 

Daft Punk – Stephen Colbert

No me gusta Daft Punk. Je n’aime pas Daft Punk. I don’t like Daft Punk. Hop, tal cual. No me sacan de quicio, simplemente me irritan. Primero el nombre, hay palabras –para que me sigas, la segunda del nombre- que uno debería de usar con más cuidado, sobre todo cuando le sirves al mundo entero sopa disco soporífera. Segundo, tanta maquinaría de mercadotecnia es cansina, nunca antes un disco se había beneficiado de tanto teasing. A su lado los gurús marketing de Apple parecen principiantes. Y me fastidia que haya grupos –los cuatro sosos de Liverpool, Muse, Radiohead, y algunos más- que te llevan directo a la picota por crimen de lesa majestad, cuando no puedes reprimir una mueca al escuchar sus nombres.

Total, que por qué Daft Punk hoy en el blog si no me gustan? Porque antes de cualquier otra cosa, me gusta el humor -el mayor de todos los talentos-, y hoy me he reído mucho al ver una versión de Get Lucky, interpretada por Stephen Colbert, el presentador más divertido de todo el panorama televisivo americano.

Resulta que los tenía programado para su show, Colbert Report, en Comedy Central, cuando –por lo visto- muy poco antes de la fecha prevista, cancelaron su participación por un oscuro problema de exclusiva de derechos con la MTV. Stephen Colbert no sólo los puso a parir –con la sorna que le caracteriza- sino que interpretó una versión graciosísima de la canción, en la que participaron actores de la talla de Matt Damon, Jeff Bridges, Hugue Laurie, Brian Cranston –serie Breaking Bad-, otro presentador famoso, Jimmy Fallon, y algunos más que no me suenan.

No te digo más, te dejo abajo el link hacia el vídeo en youtube. Stephen Colbert es un crack, a mi me ha dejado con la sonrisa puesta para el resto del día. Hasta baila genial el capullo!

Por cierto, ya que se trata de un blog musical, también te dejo el link hacia una canción de la banda pre Daft Punk, Darlin’, allá por los 90’s. Se vendieron 1.500 copias del single en vinilo, así que si tienes uno, eres rico. Hay una anécdota, claro, resulta que esta canción está en el origen del nombre del grupo: después de escucharla, un crítico del Melody Maker les trató de daft punk –punk chalado-. Les gustó y se quedaron con el nombre. Lo curioso es que la canción mola, esa especie de blues con nervios. Algo se avecinaba. Pero se perdieron por el camino.

 

Links: Colbert report, Get Lucky – Canción pre Daft Punk, Darlin’

 

Líneas Albies – Taxidermista

Marieta Rabieta tenía un curro que más de uno quisiera para sí: Jefa de Prensa Internacional de ARCO, la feria de arte contemporáneo de Madrid, la más importante de España y una de las más codiciadas de Europa. Pero los carcas rancios de IFEMA, la entidad gestora del parque ferial, le despidieron por “anarquista”. Spain is different.

Pablo Pómez tenía un curro que muy poca gente quisiera para sí: banquero. Se hartó de la corbata y los zapatos con cordones, y se piró [fíjate en el cartelito de “aplausos”, se acaba de iluminar].

En plena crisis económica, Marieta y Pablo decidieron marcharse a México DF, y en sus maletas se llevaron a uno de los grupos de la escena subterránea madrileña más sólido, original y divertido de los últimos diez años, Líneas Albies. O veinte, treinta, es igual, ellos se mueven en un terreno en el que no hay prácticamente nadie más. Y por qué lo bueno del rock español se nos va, dejándonos con toda la chusma musical –de verdad hacen falta nombres?-. Líneas Albies lo confesó de esta forma en un medio mexicano: “Madrid es más drogas, rock and roll y nosotros vivíamos en el centro neurológico. Todos los miércoles nos llamaban al timbre para la fiesta, era imposible trabajar. En DF, hay una tranquilidad que en Madrid no tengo. Madrid es una fiesta continua”.

Lineas

La música de Líneas Albies no se resume así de fácil. Ya han publicado tres álbumes, desde Confusión de 2004 hasta L.A. Rosa de 2012 –editado en tres EP’s distintos-, pasando por el que dejo para la escucha, Taxidermista (2007). Se dice que hay influencias de bandas como B-52’sDevo, Aviador Dro, Talking Heads, Pere Ubu, Gang of Four. Y la No Wave de principios de los 80’s. Yo añadiría Les Rita Mitsouko, en su época The No Comprendo a mediados de los 80’s. Post punk ácido, histérico, loco y alegre. ¡Madre mía cuánto talento tienen! Basta con escuchar la versión que hicieron del Sweeling Itching Brain de Devo, fabuloso cover irreverente de la banda más irreverente de finales de los 70’s. ¡Enorme! –también lo dejo para la escucha, good fiouck-.

Por cierto, les descubrí gracias a mi amigo Alberto Acinas –el pintor español con más talento del momento-, y que ahora también se ha marchado para DF. Otro gremio que nos deja, p… crisis.

 

 

 

Escucha entero Taxidermista, de Líneas Albies.

 

 

The Woodentops – Stop This Car

Domingo once de agosto. Madrid vacío, Madrid asfixiante. Vacaciones a la vuelta –yo no, ya me he ido, buaaaaah-, descanso merecido dices, ni zumito ni misa. Una mierda. Venga, de pie, esta mañana te espera una rareza que te va a poner las pilas. Un tema que no escuchaba en más de veinte años, y en su versión remixeada –uch, qué palabra más fea- para más inri. Ocho minutos, sólo para ti.

The Woodentops, grupo rock new wave electrizante de mediados de los 80’s. Tenían tanta prisa en sus composiciones que resbalaron sobre el éxito y desaparecieron enseguida. El líder y cantante de la banda, Rolo MacGenty, procedía de la escena de Liverpool, tocando o relacionándose con grupos importantes de la época, Teardrops ExplodeJulian Cope, amigo de Rolo-, Wild Swans, Jazz Butcher. Los medios los adoraban –Allmusic le da un 4,5/5 al primer disco, Giant-, pero el público no reaccionó, incomprensiblemente. Estuvieron una temporada tocando en la costa mediterránea, desde Barcelona hasta Valencia, pasando por Mallorca e Ibiza, con su estilo esquizofrénico inconfundible. Well well well, Move me, Travellin man, todas canciones rock con un tempo increíblemente rápido, gracias a la labor de Benny Staples, único batería que he visto tocando de pie, por la intensidad de su juego. Porque sí, yo les vi en concierto, en Francia, en 1988. Recuerdos emocionantes para contar a los nietos.

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Pero si hay que quedarse con una, que sea Stop This Car. Publicada en 1988 en el segundo y último álbum de estudio, Wooden Foot Cops On The Highway, parece haber inspirado el No Cars Go de Arcade Fire. O será el violín que me confunde? Total, algunos meses después se publica una versión remix del tema, de cerca de ocho minutos, arrancando muy lento, para terminar en la explosión de guitarras y batería marca de la casa Woodentops. Enorme.

Venga, sube el volumen, escucha Stop This Car, luego zumito y a misa.

Escucha Stop This Car, de The Woodentops