Soulsavers es un dúo británico formado por dos pedazos de vagos, Rich Machin y Ian Glover. No sólo publican poco –cuatro álbumes en más de diez años- sino que además ni se molestan en cantar, piden a otros que carguen con el muerto. Por ejemplo en el último disco –The light the dead see, 2012-, le toca la faena a Dave Gahan. Sííííí, el mismísimo Dave Gahan. El pobre hasta tuvo que traer su propia letra, que el dúo no está para más. Así que el Davidinho, que no puede hacer lo que le da la gana en Depeche Mode -death is no business-, se cebó con las composiciones de Soulsavers y contó todas sus miserias, todas derivadas de su relación a la muerte. Entre la sobredosis que le llevó a estar clínicamente muerto en 1996 y el tumor de la vejiga afortunadamente detectado a tiempo en 2009, el cantante tiene material. Las doce canciones del disco hablan de la muerte en modo confesión, sinceras, melancólicas, oscuras a veces. Pero en fin, el disco da un poco la sensación de haber comprado –apunta la indirecta, “comprado”- un álbum en solitario de Dave Gahan.
Retrocedamos tres años en el tiempo y centrémonos en el tercer álbum del dúo –no tengo ni he escuchado los dos anteriores, ya ya muy mal-. Broken, se publica en 2009. En agosto. El 17. A las 12h07. Y 28 segundos. Las 11h07 en Canarias. En pleno verano –playa, chicas en bikini, risas despreocupadas, gin tonic en la cantimplora- sacar un disco para pegarse un tiro no es de recibo. Quince temas de blues rock soul con algo de electrónica. Furia lacónica. Y por si fuera poco, canta Mark Lanegan. El casi cincuentón –uch-, después de pasar por bandas como Screaming Trees, Queens of the Stone Age y Gutter Twins, no es precisamente la alegría de la huerta. Un día un crítico de Pitchfork dijo que tenía la voz “tan áspera como una barba de tres días aunque tan flexible y maleable como el cuero de un mocasín”. Las canciones reflexionan sobre la pérdida y el desaliento, el dolor y la redención. Amores perdidos y desconsuelo, con tanto bikini a la vista, duele. El disco también cuenta con la colaboración de un montón de músicos más. Will Oldham, 43 tacos aunque aparenta 60, también conocido como Bonnie ‘Prince’ Billy, cantante americano punk folk por decir algo, deja una bella balada triste, You will miss me when i burn. Richard Hawley, casi cincuentón, ex Pulp, interpreta Shadows Fall con Lanegan, con armónica incluida. Mike Patton, 45, cantante de Faith no more, se encarga de Unbalanced Pieces, posiblemente la más marchosa menos triste de todas. Jason Pierce, casi cincuentón, ex Spacemen 3 neo Spiritualized, canta Pharaoh’s Chariot, con Lanegan, llantos para todos. Y All the way down, interpretada en solitario por Mark Lanegan, con coros melancólicos y hermosos. Por dios, qué maravilla…
Broken, Soulsavers. Un disco de viejetes que los jóvenes harían bien en escuchar, porque es jodidamente bonito. Regalo veraniego muy currado de dos pedazos de vagos improbables. En mi top 30.
Escuchar entero Borken, de Soulsavers
Pingback: Angel Olsen – Burn Your Fire For No Witness | Un día, un disco.