Angel Olsen – Burn Your Fire For No Witness

Hoy toca de nuevo un post calimero. No tengo tiempo, cero ganas, inspiración por los suelos. La sola visión de la montaña de cosas que me quedan por hacer -estas que me dan de comer-, me recuerda que hay que ser idiota por haberse fijado el reto tonto de sacar un post al día hasta llegar a 1.000. Me pongo a imaginar a mis amigos, tan panchos en casa viendo fútbol y comiendo bolsas de patatas de 2012, las mejores, o en un bar con los colegas, copa de vino blanco en mano puntuando a las chicas, y me dan ganas de colgar el cartel de “ya está, 1.000, se acabó, iros a otro blog, hala, hop, fiu fiu”. Pero no hay manera, idiota nací, idiota me iré.

Eso sí, hoy no me estiro. Voy de batidor, abro una pista para que me sigas si quieres, te dejo tirado por ahí en medio de la nada –llévate un buen saco de piedrecitas blancas- mientras yo vuelvo al campamento. Angel Olsen, ¿te suena? Si la conoces, eres un crack y te agradecería me mandaras más pistas para los días de sequía como hoy. Si no, sígueme, que la Angel no pesa mucho y sus huellas desaparecen rápido bajo la suave brisa indie folk. Sí, lo sé, una más. Es que ya lo dije, el género indie folk es con creces el más prolijo, con una producción diaria interminable. Claro que en muchos casos hablamos de jovencitas con melena auto-cortada con tijeras infantiles, guitarra con cuerdas nuevas, malestar existencialista a lo Baudelaire, voz de haberse olvidado de aprender a cantar. Graban sus delirios prepúberes con el iMac de casa y a esperar a que el hada buena se digne en sacar la batuta. Hombre, a veces funciona. Ays, mañana me compro una guitarra.

Angel Olsen

Angel Olsen es de estas pocas cantantes que ha logrado superar la caricatura. Es joven, muy joven, aunque no he logrado averiguar cuánto de joven. Resulta que la moza no tiene wiki. Además en su web oficial, parece estar sólo preocupada por anunciar sus conciertos, no cuenta nada de ella. ¡Vete tú a sacar un post digno con esto! Y si me fijo en los medios o los blogs que se han hecho eco recientemente de su último disco –el segundo, después de Half Way Home, de 2012-, pues no vamos a ninguna parte.

Burn your Fire for no Witness, este es el título del segundo álbum, no lleva ni un mes publicado. Al igual que ayer, no logro traducirlo bien, de hecho invito a un Gintonic de Plymouth con Fever Tree a quien me de una traducción correcta. ¿Qué? Me estoy estirando mucho? Apenas te quedan piedrecitas blancas? Vale, te cuento: es americana, canta como lo haría el hijo improbable de Cat Power con Roy Orbison. Fue corista de Bonnie “Prince” Billy, aquel poeta punk folk que mencionaba en un post sobre Soulsavers. De vez en cuando recuerda a Lana del Rey, o Nico, menos glamour, más auténtica. Canta temas que pasan de cierta rabia a una gran delicadeza. Tiene mucho talento, indudablemente. He mirado detenidamente su programación de conciertos, no sale Madrid. Ni Barcelona ni Bilbao ni leches. Como no…

 

 

 

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