Trent Reznor y Atticus Ross – Millenium

Blomkvist, Salander. El periodista incorruptible y justiciero, cual Bob Woodward o Carl Bernstein en el país de los caribúes, y la hacker diminuta, perro de presa de metro y medio y cuarenta y dos kilos, más lista que el hambre. La asociación improbable de estos dos personajes fuera de lo común, nacidos de la mente brillante del escritor sueco Stieg Larsson, ha invadido las librerías, los medios y las pantallas de cine del planeta entero desde 2005, año de publicación del primer volumen de la trilogía Millenium, íntegramente publicada a título póstumo -habiendo fallecido Larsson en 2004-. A fecha de hoy, más de cincuenta millones de libros se han vendido de las aventuras de Lisbeth y Mikaël, demostrando que sí, coño, es posible vender mucho y cautivar a sus lectores sin escribir bazofia sexual de dos duros para cincuentonas bien peinadas.

En 2009, se estrena una primera adaptación cinematográfica del volumen uno. Director sueco, actores suecos, caribúes suecos. Éxito sueco que no se esperaban los productores –suecos-, por lo que deciden llevar los otros dos volúmenes a la pantalla. Le dan el papel de Lisbeth –elección muy arriesgada teniendo en cuenta el cariño que le tienen los lectores masculinos a la chiquitina veloz- a Noomi Rapace, hija de madre sueca y padre pacense –jatetú, Rogelio de Badajoz, cantaor flamenco-. La trilogía le sirve de trampolín a la actriz, desde entonces ha actuado en películas de Guy Ritchie y Ridley Scott –en Prometheus, con la Charlize, ays-. Total, que vale que éxito, pero la trilogía tenía más potencial, de ahí que los yankees deciden comprar también los derechos y rehacer su propia adaptación. David Fincher, realizador de, entre otras películas, Seven, The Game, Panic Room y The Social Network, elige a Daniel Craig para el papel de Blomkvist y a Rooney Mara para el de Lisbeth –gran elección, es enorme-. Pero sobre todo elige al mismo equipo musical que para The Social Network, Trent Reznor y Atticus Ross.

lizbeth

Trent Reznor es un crack. Es músico 360 grados: cantante, compositor, productor, instrumentalista y arreglista. Empezó en 1988 con Nine Inch Nail –es su único miembro oficial- veinte años de rock industrial y alternativo, ocho álbumes de estudio que han vendido más de treinta millones de ejemplares. Tropecientos mil nominaciones a múltiples premios. En 1997 la revista Time le incluyó en su lista de las personas más influyentes de la industria cultral, y Rolling Stone en el #94 de los cien cantantes más importantes de la historia. Atticus Ross –vaya nombre- es compositor, productor y músico inglés. En el año 2000 se marcha a Estados Unidos, donde conoce a Reznor. Colabora con él en cuatro de los álbumes de Nine Inch Nail. En 2010, David Fincher les llama para componer la banda sonora de The Social Network, que relata la creación de Facebook –prefiero no opinar, dicen que la película es muy buena-. Su trabajo les vale el Globo de Oro y el Óscar a la mejor BSO. Cuando Fincher inicia en 2011 el rodaje de Los Hombres que no amaban a las mujeres, solicita al dúo que se encargue de la música. Dada la historia, la música que crean no respira mucha alegría. Es oscura, minimalista, angustiosa, aunque con algún que otra pieza hermosa, como el tema What if we could, cuatro minutos de piano a lo Erik Satie. Pero la joya es el tema principal, esa versión salvaje y esquizofrénica de la legendaria Immigrant Song de Led Zeppelin, percusiones y bajo enormes, aullidos locos de Karen O., tigresa loca de la banda Yeah Yeah Yeahs. Me la pongo en bucle.

 

 

 

 

Escucha la versión de Immigrant song para Millenium, de Trent Reznor y Atticus Ross

 

Miles Kane – Come Closer (EP)

Miles Kane bien podría ser el hijo desconocido de Paul Weller. Se parece físicamente a él, como él cada poco reorienta su carrera desechando bandas y creando otras, cual fénix con chupa de cuero, y cuando está falta de inspiración, le llama para co-escribir canciones para su álbum. Y lo más importante, Miles Kane parece estar tomando el relevo de Weller en este pop rock tan british, tan vital, tan esencial.

Algunos ven en él al nuevo niño prodigio de la escena musical UK. Otros como a un empollón bueno que se ha aprendido la lección de memoria –léase los Cuatro sosos de Liverpool, T-Rex, Bowie, Kinks, Blur, Oasis, y un largo etcétera que va de los 60’s hasta los 2000-. Tiene clase y talento el chaval -27 años a fecha de hoy-, en menos de siete años ya lleva publicados un álbum con The Little Flames -2007-, uno con The Rascals -2008-, otro con The Last Shadow Puppets -2008-, y dos con su nombre, editados en 2011 y 2013. Un estajanovista de la producción y la colaboración. Además parece buena persona, simpaticón sonriente. “El yerno perfecto” suspiran las madres inglesas, “un buen polvo” piensan sus hijas, mientras abrazan contra su pecho el CD con los mp3 descargados gratis.

Miles Kane nace en una provincia de la que nunca has escuchado hablar –apuesto-, el Merseyside, cerca de Liverpool por decir algo; en plena ola britpop –este género tan controvertido, ventas millonarias vs falta de innovación-. Con doce años coge su primera guitarra y se pone a imitar a su primo James Skelly, líder de una banda llamada The Coral. En 2004 integra The Little Flames como guitarrista. Canta una tal Eva Petersen, especie de Lana del Rey del pobre –dicho eso sin ánimo de ofender-. Con un disco en mano se van de gira con Arctic Monkeys por toda Inglaterra, antes de disolverse. Al rato, con otros dos ex Little Flames, Miles Kane monta The Rascals. Con un EP en mano, se van de gira con Arctic Monkeys –no es un error de redacción, es así-. Después de este golpe de efecto, publican su único álbum de estudio, Rascalize. Como tampoco funciona, Miles Kanes deja el grupo para intentarlo solo, o como mucho con quien se ha convertido en amigo de tanto actuar de telonero, Alex Turner, líder de Arctic Monkeys. Estos dos, con la ayuda de James Ford de Simian Mobile Disco, sacan un disco raro raro raro, The Age of the Understatement, especie de BSO de película del oeste que hubiera realizado el nieto de Ennio Morricone. Entró directo al #1 de los charts en UK, recibió muy buenas notas de los medios, y fue nominado –sin suerte- al Mercury Prize 2008. Yo lo compré, me encanta. A Miles Kanes también le encanta versionar, y ya puestos, grandes canciones, como A Girl Like You de Edwyn Collins. O The Responsible, cover de Le Responsable de Jacques Dutronc, crooner cachondo atemporal francés. O Doom & Gloom, la última nueva canción publicada en 2012 por los Rolling Stones.

Miles Kane

En 2011 publica su primer álbum de estudio, The colour of the trap. Nada del otro mundo en recepción por parte del público, y eso que la prensa especializada tiende a alabar un trabajo en el que Alex Turner no anda nunca lejos –co-escribe la mitad de las canciones-, ni Noel Gallagher –el ex Oasis canta en el tema My Fantasy-, y la actriz francesa Clémence Poésy interpreta un dúo con Miles Kanes, Happenstance. En el se encuentra sobre todo Come Closer, sin duda la mejor canción, la más rock por cierto. Esta la vuelve a publicar el mismo año en un EP de cuatro títulos, con otras tres perlas: Do i want you, Kaka Boom y el famoso cover The Responsible. Este es el disco que te propongo escuchar. Gracias Fiouck. De nada.

 

Escucha el EP cuatro temas Come Closer, de Miles Kane

Eddie Cochran – C’mon Everybody

Eddie Cochran iba para grande entre los grandes, inquilino vitalicio del altar del rock’n’roll, con su nombre en el perchero y su botella de whisky en el armario, pero no pudo ser. Lo absurdo de la vida parece siempre aún más absurdo cuando le toca a un famoso, aunque sumamente joven (21 años). Un año después de fallecer su amigo Buddy Holly en el vuelo del famoso “The day the music died”, con Richie Valens y el Big Bopper, Eddie Cochran encuentra la muerte en Londres, en el taxi que le llevaba a Heathrow, empotrándose el coche contra una farola. De los tres ocupantes –cuatro con el conductor- sólo falleció Eddie Cochran, mientras que Sharon Sheeley, su novia, salió con las caderas fracturadas y Gene Vincent, otro que apuntaba a ocupar su parcela arriba, con una pierna destrozada.

Eddie Cochran nace en un entorno familiar víctima como otros muchos de la gran depresión de los años treinta en los US. Originarios de Oklahoma, se tienen que mudar a otras regiones menos siniestradas. Dando sus primeros pasos con una guitarra en Minnesota y posteriormente en California, está claro que el joven Eddie tiene un don. De las clases de música del colegio huye, porque le obligan a tocar el piano. Lo suyo es la guitarra. Acústicas primero, eléctricas luego, cuando se democratiza su uso y precio. Su destreza con las cuerdas le permite codearse rápidamente con músicos profesionales y conocer a un tal Hank Cochran, cantante de música country. A pesar de no tener ningún parentesco, montan un primera formación llamada The Cochran Brothers, mintiendo sobre sus enlaces familiares. Se les propone actuar en muchos sitios, pero en esta época Eddie todavía es demasiado joven (¡15 ans!) para ir muy lejos. Dos años más tarde, deja definitivamente el colegio para dedicarse de lleno a su pasión. En 1955, graban sus primeras canciones, country a tope. A principios de 1956, conocen a un tal Jerry Capehart, autor y compositor, con él que la música de los Brothers va a evolucionar a toda velocidad. Saben que juegan contra reloj, porque un tal dios Elvis ha empezado a llevarse el corazón de las chiquillas. Los temas se vuelven naturalmente cada vez más rock’n’roll, cosa que no le termina de convencer a Hank, por lo que se separan enseguida como buenos amigos. Seguimos en 1956, Eddie pueba de todo, versionea canciones exitosas como Blue Suede Shoes de Carl Perkins o Long Tall Sally de Little Richard, pero el verdadero arranque de su carrera no llega hasta el verano, cuando se publica su primer single en solitario, Skinny Jim. Mal distribuido por un sello menor, el título no tiene el éxito esperado, por lo que su manager Jerry Capehart mueve montañas para darle una oportunidad en una compañías más grande. Es cuando le proponen actuar en una película de Frank Tashlin –The Girl can’t help it-, en la que interpreta una canción, Twenty Flight Rock, uno de los grandes estándares del rockabilly, que será retomada por decenas de artistas, empezando por los mismísimos Rolling Stones, pero también Paul McCartney. Se cuenta que cuando Lennon conoció a McCartney, este tocó Twenty Flight Rock para convencer a Lennon de las bondades de su estilo. De hecho Eddie Cochran tenía a otro fan en Inglaterra, cuando se fue de gira por este país, le siguió fielmente en cada actuación un joven George Harrison.

Eddie

Este corto papel –malo- más la canción le cambian el estatus de un día para el otro. Después de actuar en otra película, publica a finales de 1957 el único álbum de estudio de su carrera, Singin’ to my baby, que incluye su primer hit, Sittin’ in the balcony –parece que Eddie Cochran estaba cabreado con las “g”-. A pesar de que la discográfica le empuja hacia sonidos más pop, él insiste en su proseguir con su faceta rock’n’roll –para futuros músicos: apúntate, si tienes talento, pasa todo lo que puedes de las compañías de disco, si no, cuenta con ellas-. Su empeño le lleva a componer y publicar algunas joyas clásicas del rock de finales de los 50’s: Summertimes Blues, Somethin’ else, C’mon everybody, todas en el panteón del rock. Y luego, lo normal, Inglaterra, gira, éxito, vuelo de retorno, taxi, farola…

 

Bodies Of Water – Twist Again

Los Metcalf, Meredith y David, casados tanto de paisano como con el traje de músico puesto, son fundadores y músicos de la banda indie pop Bodies of Water… Y eso que como todos, muchos veces se les habrá servido el famoso “estás fatal, no trabajes nunca con tu pareja, te llevas las cosas de la cama al curro y las cosas del curro a la cama, fracaso asegurado”. Pero en contra de lo vaticinado, y después de tres álbumes en seis años, si desgaste hay, desde luego por su matrimonio no es. Además no son un caso aislado, anda que no tienen ilustres predecesores, parejas famosas en la historia del rock, hay unas cuantas.

Johnny Cash y June Carter, se conocieron cuando ya estaban casados, pero su amor esquizofrénico por la música y las drogas les llevó a casarse en 1968, cuando ya llevaban catorce años cantando en dúo. Ella murió cuatro meses antes que él, en mayo 2003. Serge Gainsbourg y Jane Birkin, la joven inglesa con el hombre de la cabeza de col, la bella y la bestia, sexo, excesos, escándalos, diez años de unión icónica de los 70’s. Ike y Tina Turner, la pareja infernal, amor y odio, caricias y golpes, triunfo y olvido. Catherine Ringer y Fred Chichin, almas de Los Rita Mitsouko, la más creativa de las bandas rock del país vecino durante veinticinco años, padres de tres niños, enamorados y cómplices hasta el último soplo de Chichin, fallecido de un cáncer en noviembre 2007. Poison Ivy y Lux Interior, fundadores de The Cramps, amor loco, sexualidad desenfrenada, que sólo termina cuando Lux fallece durante una operación médica en 2009. Kim Gordon y Thurston Moore, músicos de Sonic Youth, más de treinta años de relación sentimental y artística, discreta en el primer plano, explosiva en el segundo. Georgia Hubley e Ira Kaplan, del grupo Yo La Tengo, también cerca de treinta años discretamente casados, endiabladamente emparejados cuando se suben a un escenario. Kurt Cobain y Courtney Love, unión trágica llevada hasta sus extremos, tóxica, destructiva. John Lennon y Yoko Ono, miembros de Plastic Ono Band, contra viento y marea, pareja maldita por el papel que se le atribuye a ella en la separación de los cuatro de Liverpool.

Bodies

Así que los Metcalf tienen para elegir, si discretos y apasionados hasta el final, o si mediatizados hasta la explosión. Mientras se lo piensan, sacan discos, llenos de una música pop indie con clase, energizante o melancólica, creativa y variada, siempre renovada. Son de Los Angeles, empezaron a tocar juntos en 2003; ellos son el núcleo inamovible del grupo, mientras los demás músicos cambian periódicamente. Un primer disco en 2007, Ears Will Pop & Eyes Will Blink, se gana la estima de la prensa pero pasa desapercibido. El segundo, A Certain Feeling, publicado en 2008, se gana la estima de la prensa pero pasa desapercibido. El tercero, Twist Again, editado hace dos años, se gana la estima de la prensa pero pasa desapercibido. Esa regularidad en la acogida por parte de los medios y el entusiasmo con encefalograma plano del público no parecen detenerles en su empeño, se rumorea que un cuarto álbum estaría en preparación. Y otra vez con el tupper en la funda de la guitarra para llevar al estudio.

 

 

Escucha entero Twist again, el tercer disco de Bodies of Water

 

The Christians – The Christians

El nombre del grupo no fue una intentona subliminal de la Conferencia Episcopal de apartar nuestras almas del fango inmoral del rock, simplemente los miembros fundadores se apellidaban así. Roger, Garry –el calvo con gafas negras a lo Morfeo- y Russell, Christian, tres hermanos de una familia de once, con padre jamaicano y madre inglesa. Como en el 99% de los posts de este blog, estos tres cantan desde muy pequeño, a capella, temas procedentes del repertorio de la soul y el R’n’B de los 60 y 70’s, y se producen cada vez que pueden, bajo el nombre de Equal Temperament y más adelante Joe Public.

Ahora toca el momento varita mágica, como tanto te gustan, ja. Un día, les ofrecen participar en programa de tele local –estamos en Liverpool, 1983-, en el que cantan la famosa canción de Cole Porter, So in Love –interpretada por decenas de cantantes desde 1948, busca la de Ella Fitzgerald en Youtube-. El programa lo pilla de casualidad un tal Pete Fulwell, manager de varios grupos como It’s Immaterial y Black, que, impresionado por la calidad vocal del cantante, decide apuntar seguirles sus aventuras, por si las moscas. Y se olvida. Un año después, tachaaaan, se sube a un taxi, cuyo conductor no era otro que el hermano menor de los Christian. En esa época, Pete Fulwell está trabajando en la grabación del primer álbum de It’s Immaterial, Life’s hard and then you die. Organiza un encuentro entre los hermanos y el arreglador y guitarrista, Henry Priestman, quien les pide que hagan los coros en uno de los singles del disco, Ed’s Funky Dinner. A partir de ahí empieza una colaboración creciente entre los cuatro músicos; componen y ensayan canciones propias, y deciden lanzarse a la aventura como The Christians.

The Christians

En 1986 envían demos de su trabajo a varias discográficas, firmando finalmente con Island Records. En enero del año siguiente, se publica el primer single de una serie de cinco que logran entrar en los charts británicos. Forgotten town, Hooverville, When the fingers Point, Ideal World y Born Again. Cinco éxitos que permiten al disco –del mismo nombre que la banda- vender sólo en UK más de un millón de copias y subir hasta el #2 del top álbumes. Para Islands, es el record de ventas para un primer disco. Acostumbrados a cantar a capella desde siempre, los juegos de voces de Garry Christian y sus hermanos, cálidas a la vez que un poco roncas, hacen maravilla. Acompañadas por una impecable mezcla de música soul, pop y funk, las canciones de The Christians triunfan en toda Europa. El típico disco que le gusta incluso a tu suegra –o cómo marcar puntos fácilmente-.

En 1988 realizan una versión desinteresada del Harvest for the world, de los Isley Brothers. El vídeo –una compleja animación muy efectiva-, premiado con varios awards, arrastra la canción hasta el #8 en los charts, y permite recaudar un dinero íntegramente destinado a organizaciones caritativas. En 1989, colaboran con ex artistas de la ciudad –Paul McCartney, Holly Johnson, etc-, interpretando una versión del bonito tema Ferry Cross The Mersey, de Gerry and the Pacemakers (1965). La canción se queda varias semanas en lo más alto de las listas UK, mientras el producto de las ventas fue a parar a una asociación creada para ayudar a las víctimas de la tragedia del estadio de Hillsborogh en Shefield (1989), en el que murieron 95 personas.

En 1990, publican su segundo álbum, Colour, con el que repiten triunfo. Pero la banda no aguantó mucha más presión; los miembros empezaron a irse, llevándose parte de la receta y la inspiración. The Christians, dos bonitos discos emblemáticos de la época –te dejo con el primero-. Luego llegaría Seal, con el terreno allanado.

 

Escucha entero The Christians, de The Christians

 

Inna Modja – Big Apple

Lunes 26 de agosto. Oooh, pobrecito, seguro que se te ha acabado el chollo de las vacaciones, ¿verdad?. No sabes cuánto lo lamento. Pobre cosita… que has tenido que levantarte de nuevo a las siete… ya, duele ah que sí… ¿Cómo? Que no hay más hasta el año que viene? Ooooh, golosón, eso sí que es una faena eh? Ay calimero… vale que un poco de pena me das, veamos cómo alegrar esta cara de pocos amigos que llevas arrastrando desde el bip-bip de la alarma. Qué te parece si enchufamos uno de los temas más alegre y energizante de 2011, el Big Apple de Inna Modja?

Inna Modja es de Malí, nació en Bamako hace veintinueve años, en una familia peul de siete niños donde ella ocupa la sexta posición. Se llamaba Inna Bocoum, pero por lo visto no se portaba del todo bien, así que su madre le pegó el mote Inna Modja, que significa Inna la mala. Pobrecita, con su cara tan mona, escondida detrás de una mota de pelo afro gigantesca. Realmente de pobrecita lo tiene todo, con cinco años, sin que sus padres se enteren, unas conocidas de la familia le practican la ablación del clítoris, “en respeto a la tradición”. ¿Cuándo se va a erradicar de una vez por todas esta práctica espantosa perpetuada por mentes religiosas enfermas? Con seis años sus padres la inscriben en un coro, parece que la niña tiene voz. En casa la animan a trabajar y mejorarla, poniendo viejos vinilos y cassettes de Ray Charles, Ella Fitzgerald y Sarah Vaughan, aunque también se siente atraída por la música que escuchan sus hermanos mayores, punk, rap, metal –¡menuda familia peul!-. A llegar a la adolescencia, dudando de su talento, se presenta en casa de un ilustre vecino, Salif Keita; después de escucharla un rato, la integra inmediatamente al Rail Band de Bamako, una banda de abueletes del swing, bossa nova y jazz, en el que Salif Keita y luego Mory Kanté empezaron a cantar en los años 70. En paralelo, con dieciséis años, empieza a prestar su cara para marcas y portadas de medios locales; como le predicen una bonita carrera de modelo, con dieciocho años se marcha a Francia –Mali se independizó de Francia en 1960-. Una vez en París, ficha por una agencia y en pocos meses su hermoso rostro empieza a aparecer al lado de las mejoras marcas. Sigue algunos años con su trabajo como modelo, aunque la música nunca anda muy lejos.

Inna

En 2009, publica un primer single, Mister H, que llama la atención de los tiburones de las discográficas. Gana Warner, cómo no, de tiburones estos sí que saben. En 2011 edita su primer álbum, Love Revolution. De este disco, se sacan dos singles que arrasan en las radios y discotecas del país vecino, French Cancan y La Fille du Lido. Bueno, si lo quieres saber, es un bodrio de álbum, una pop tan ligera que por muy alto que la pongas, se evapora antes de llegar a tus oídos. Pero, porque hay un pero, incomprensiblemente el público galo –y los medios-, se perdieron por completo o no vieron la pequeña perla, el tema Big Apple, que abre el álbum. Es pop, es bailable, y es energía y alegría pura. Imposible no mover el culo y no ponerse de buen humor.

Hala, te toca. Luego atasco y a currar.

[Por cierto, con el dinero de sus primeras campañas como modelo, pudo pagarse una operación de reconstrucción del clítoris, gracias a una nueva técnica médica. Operación exitosa, con la que declaró sentirse plenamente mujer y feliz como nunca.]

 

Escucha Big Apple, de Inna Modja

Public Image Ltd. – Metal Box

Dos cientos. Two hundreds. Deux cents. Zwei hundert. Duecento. 2

Hoy post #200. 200 posts, 200 días, 200 discos –aunque a veces sólo una canción-. Algo más de seis meses hablando de la música que me gusta, y mal de otras –esa parte es necesaria, es como la EPO de los ciclistas, ayuda a llegar arriba-. Recuerdo muy bien el primero, The Sex Pistols y el Never mind the bollocks. No podía ser de otra forma. Recuerdo muy bien el #100, John Lydon –ex Pistols- y su Psycho’s Path. Lo pillas? Pues sí, el #200 también habla del Juanito el podrido. Y el #300, el #400, … aunque no tengo mucha idea de qué discos serán, ya que el amigo Lydon no ha sido muy prolijo en su carrera musical. Algo encontraremos. Bienvenidas sugerencias.

1978, en plen gira caótica en los US, Johnny Rotten es expulsado -¿se auto expulsa?- de los Sex Pistols. A su vuelta a Londres, recupera su verdadero nombre y va a ver a Richard Branson, fundador de Virgin, editora del Never Mind The Bollocks, que le manda tres semanas a Jamaica, con el objetivo de descubrir nuevos talentos en reggae. A la vuelta, Lydon contacta con Jah Wobble, amigo de juventud, y Keith Levene, ex miembro de The Clash, para iniciar un nuevo proyecto, Public Image Ltd. El primer single, Public Image, editado con la ayuda de Virgin, parece una clara continuidad de los Sex Pistols. Misma rabia, misma voz, bajo poderoso y guitarra agresiva. La critica y las ventas son buenas –en 2005 la revista Q Magazine la colocó en el #45 de la lista de las 100 mejores canciones con guitarra-, y pocos meses después sigue un álbum, Firt Issue. La portada da mucho que hablar, en ella se ve a un John Lydon guapo y repeinado –¡repeinado! en su vida su pelo había visto un peine-, aunque la mirada, no sé yo, parece que esconde algo. Aparece por primera vez el famoso logo de PIL, basado en una aspirina –pil en ingles-. Sin embargo las otras canciones anuncian una ruptura total con el punk de los Pistols, el bajo es tan profundo que por primera vez se escucha la palabra gótica para describir una música. Y el sonido acerado de las guitarras de Levene hace maravillas –usaba instrumentos de aluminio-; se cuenta que el joven The Edge, de U2, le copió directamente. El álbum entra en los charts hasta el #22, hecho que autoriza la grabación de un nuevo disco.

Metal Box

Y el segundo, Metal Box, es un monumento, de estos que marcan época. Se cuece en interminables sesiones de grabación, de marzo a noviembre 1979, durante las que no paran de cambiar de batería –cuatro en total, ninguno sale en los créditos-. Cuando sale a finales del año, es una deflagración. Difícil resumir un álbum así. Una especie de dub claustrofóbico y torturado, basado en el bajo de Wobble –nunca antes un bajo había tenido tanto protagonismo- la guitarra metálica de Levene y la voz críptica de Lydon. El disco en sí es innovador, las canciones que lo componen se graban en tres 45t metidos en una caja metálica –Metal Box-, tipo cinta de cine, con el logo PIL en relieve. Se editan primero 60.000, que se venden como churros –posiblemente tanto por las canciones como por la caja-. A principios de 1980, se re-edita, pero esta vez en una funda normal de cartón, y el álbum pasa a llamarse Second Edition. Metal Box es el mejor trabajo de la banda, no se parece a nada conocido y desde el principio se le considera como uno de los discos esenciales de estos años. Rolling Stone lo sitúa en el #469 de su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. En la de los cien discos de los 80’s editada por Pitchfork, figura en el #19. Allmusic le da un 5/5. Y Fiouck un 19/20. Este álbum me impactó muchísimo, guardo religiosamente el vinilo de Second Edition –a mi ciudad no llegaron ninguno de los 60.000 ejemplares de Metal Box-. Escucharlo de vez en cuando es de obligado cumplimiento. Y verlos?

23 de octubre 2013, París, Cité de la Musique, concierto de Public Image Ltd. Con mi Johnny. Allí estaré. Rock’n’roll!

 

 

 

Escucha Metal Box de Public Image Ltd. [lamento informar que por una oscura razón no logro subir todo el track list]