Ayer whiskey con J J Johanson. Hoy whiskey con J J Burnel. Posts etílicos? Según. Pero con whisky no, lo mío es la ginebra, concretamente el Plymouth, aunque me está costando encontrarla. El whisky sólo lo probé una única vez en mi vida, hace muuuuuchos años. Cómo decirlo sin que suene mal… pillé una cogorza de tres pares de narices, la madre de todas las borracheras. Venga ya, no te hagas el listillo, todos tenemos una experiencia similar, para eso sirve la adolescencia, probar cosas antes de decidir con cuales te quedas. Ahora sólo con olerlo me entra pánico y tengo espasmos. El lado oscuro del puro malta. En esta época también probé a escuchar Jean Jacques Burnel, y con él sí me quedé.
Archivo por meses: febrero 2014
Jay Jay Johanson – Whiskey
Insoportable. Cautivadora. Chillona. Cálida. Nasal. Frágil. Pedante. Luminosa. Aguda. Acariciadora. Desde luego la voz de Jay Jay Johanson no deja indiferente. O te chifla o te saca de quicio. Cosa que puedo entender, porque si bien a mi me encanta, reconozco que a veces está al borde de hacerme saltar de mis casillas. Su voz es la faceta más destacable de un artista al que cuesta encasillar. Al juego de “te gustará si te gusta…”, no es nada fácil poner a alguien que te pueda orientar. O sí, pero no uno, sino muchos y muy variados. Crooner al estilo Sinatra, Trip Hop a lo Portishead, teatral como Neil Hannon de Divine Comedy, Jay Jay Johanson lleva cerca de veinte años liándola con estilos varios y despistando a sus seguidores.
Jack Ary – Mange Des Tomates Mon Amour
Anoche tuve una pesadilla. Aplastaban el tomate. El raf despachurrado. The Green Tomato despanzurrado. Quedaba un charco de funículos, simientes y mesocarpo carnoso. Y algo de columna placentar y epicarpo. Pero ni rastro del pendúculo. Hit the Road Jack. Me desperté sudando y para recobrar la calma, empecé a tararear la única canción que podía traerme serenidad: Mange des Tomates Mon Amour.
Angel Olsen – Burn Your Fire For No Witness
Hoy toca de nuevo un post calimero. No tengo tiempo, cero ganas, inspiración por los suelos. La sola visión de la montaña de cosas que me quedan por hacer -estas que me dan de comer-, me recuerda que hay que ser idiota por haberse fijado el reto tonto de sacar un post al día hasta llegar a 1.000. Me pongo a imaginar a mis amigos, tan panchos en casa viendo fútbol y comiendo bolsas de patatas de 2012, las mejores, o en un bar con los colegas, copa de vino blanco en mano puntuando a las chicas, y me dan ganas de colgar el cartel de “ya está, 1.000, se acabó, iros a otro blog, hala, hop, fiu fiu”. Pero no hay manera, idiota nací, idiota me iré.
Procol Harum – A Whiter Shade Of Pale
Summer of Love, 1967. Los hippies, la contra cultura, los cigarros LP, el Monterrey Pop Festival, Janis Joplin, The Grateful Dead, Jefferson Airplanes, Jimi Hendrix. Los US le pusieron una BSO rock al verano del amor. Pero curiosamente el toque romanticón se lo dieron los ingleses, con una banda recién formada de nombre improbable, Procol Harum, y un lento planetario, A Whiter Shade of Pale.
Gin Wigmore – Gravel & Wine
¿Qué le pasa a Nueva Zelanda? Parece que el país de los millones de ovejas aburridas y las montañas milenarias se ha puesto las pilas y no para de mandarnos artistas con los dedos metidos en un enchufe. Algunos cantando y bailando –Willy Moon y Ladyhawke-, otras vomitando todo lo que pueden sobre sus colegas de trabajo –Lorde, qué mala leche esta chica, una pena que su música sea tan sosa-. No sé cómo será la vida allí, pero viendo las ganas que tienen todos de triunfar para marcharse, muy alegre no será. De joven harían un pacto con el diablo, “haré lo que quieras, Amo, pero por favor no quiero desayunar, comer ni cenar más cordero en mi vidaaaaaaaa”.
INXS – Kick
INXS, o cómo empezar muy bien y terminar… banal -por decir algo sin herir la sensibilidad de las fans del guapetón Hutchence-. Mirando su carrera y discografía, parece que renegaron de sus orígenes en busca del reconocimiento internacional, especialmente de UK, que se les resistió hasta bien entrado mediados de los 80’s. Esto le pasa a menudo a los grupos australianos; están tan lejos del centro neurálgico musical que se temen que nadie les preste atención, así que se pasan la vida buscando la formula, muchas veces en perjuicio de su originalidad y creatividad. Sin quitarles mérito a los hermanos Farriss y a Michael Hutchence, si comparas la música inventiva del primer álbum, INXS, y la pop muy bien hecha del sexto, Kick, se nota un intento –conseguido- de adaptarse a los gustos de los 80’s y de paso hacer caja. La mejor prueba de ello, esta declaración posterior de Kirk Pengilly, uno de los guitarristas de la banda, “queríamos un álbum en el que cada canción pudiera ser un single”. Esto casi lo consiguen.