Franck Sinatra, incansable cantante, actor, empresario, mafioso, marido, amante, amigo y… socialmente comprometido durante más de 65 años, una leyenda, un mito, el hombre de las 1.300 canciones, cincuenta películas, cuatro esposas y tantos ligues como un actor porno, un hombre tan popular a lo largo de todo el siglo XX que se le perdonaba todos sus excesos, mentiras y engaños.

A Sinatra se le recordará como actor, labor por la que obtendrá un óscar al mejor actor de reparto en 1950 para su papel en “De aquí a la eternidad”, de Fred Zinnermann. También como hombre de mujeres, después de casarse cuatro veces -Nancy Barbato, Ava Gardner, Mia Farrow y Barbara Marx- y ser el amante de múltiples estrellas -Lana Turner, Judy Garland, Kim Novak, Lauren Bacall, Marilyn Monroe, sólo por nombrar algunas de ellas-. Igualmente como empresario y dueño de muchas compañías de producción musical y cinematográfica, así como socio de varios casinos en Las Vegas. De ahí también su fama de íntimo de la mafia. Se le relacionaba con un capo llamado Sam Giancana, pero también con el mítico Lucky Luciano. Fue varias veces investigado por las autoridades de EEUU, su dosier en el FBI constaba de más de 2.400 páginas -ninguna con partituras-, aunque nunca se le pudo imputar ningún delito.

Showman como pocos, Sinatra fue el primer cantante en generar escenas de histeria colectiva en las quinceañeras -en el Teatro Paramount de NYC, como invitado especial en un show de Benny Goodman, el 30 de diciembre de 1942-. En 1960, invitó a su programa semanal en la televisión americana al mismísimo dios Elvis Presley, pagándole 125.000 dólares para que el King aceptara cantar durante 8 minutos –Sinatra odiaba al rock’n’roll y Elvis a Sinatra-. Last but not least, en 1980  llegó a actuar ante 175.000 personas en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro.

Sinatra fue también un hombre que prestó su apoyo incondicional a sus amigos, dentro o fuera del Rat Pack, aquel grupo de amigos ideado por Bogart y Lauren Bacall, pandilla de fiesteros -sex and drugs and rock’n’roll jazz/swing- en la que estaban Dean Martin, Sammy Davis Jr., Judy Garland, David Niven y muchos más. Se comprometió toda su vida con causas humanitarias por lo que se le concedió en 1970 el Premio Jean Hersholt. También apoyó económicamente al partido demócrata, de Roosevelt a Kennedy -menos al final, cuando se declaró a favor de Reagan en 1980-.

Pero se le recordará ante todo como intérprete de algunas de las canciones con las que todos nacimos y nos moriremos, todas emblemáticas de la musical popular del siglo XX. Sinatra o La Voz, maravillosa e inconfundible. My Way, New York New York, I’ve got you under my skin, Come Fly With me, My Funny Valentine, Fly me to the moon, la lista no se acabaría nunca ni tampoco la emoción nostálgica intacta de una época pasada.

Te dejo con “Strangers in the Night”, álbum publicado en 1966 y que le permitirá relanzar una carrera en horas bajas. Su álbum de estudio más vendido.

Strangers in the night

Two lonely people, we were strangers in the night

Up to the moment when we said our first hello little did we know

Love was just a glance away, a warm embracing dance away

Wow…