¡Vaya blog! Diana Krall el martes, Lucio Dalla el jueves, Michael Bublé hoy viernes. Dándole ideas de relleno a la encargada de la sección “Regalos para tu suegra”, del Especial Navidad de El País Semanal. Sólo falta Harry Connick Jr para rematar la faena –no no no, Il Divo no, ya bastante bajo he caído alguna vez-. Me voy a disfrazar de abeto, con tomates colgando; pero tú no tires de la guirnalda.
Pues sí, ya huele a villancicos en los comercios. Esto me supera, cada año me hunde más. Mi reino por saltarme de un chasquido los próximos cincuenta días. Supongo que Michael Bublé no dirá lo mismo, por lo menos en público. A él la Navidad le sabe a pico de ventas. La verdad es que, si quieres marcar puntos con la madre de tu pareja, regálale un CD de Michael Bublé, y ya puestos, el disco original. Porque ojo, por mucha suegra que sea, no descartes que no cuele una portada hecha con impresora matricial y doce mp3 famélicos regrabados encima de tu peli porno favorita.
Por si las moscas –quiero decir, ventas esmirriadas-, en 2011 Michael Bublé se anticipó, y sacó un nuevo disco de estudio, Christmas, muy en la línea de anteriores trabajos, en los que versiona mucho y crea poco. Este es el credo de este artista canadiense, reinterpretar grandes estándares del jazz y la pop del siglo XX, aunque eso sí, con un arte especial. Tiene una voz envidiable, propia de los grandes crooners del siglo XX como Sinatra, Dean Martin o Nat King Cole. Y cuando interpreta sus propias canciones, o nadie se fija o mete la gamba.
En muchas de las entrevistas que lleva dando desde 2003, año de su primer álbum, homónimo, se tiene que defender de las criticas argumentado que versionar no está al alcance de cualquiera: “Me hacen gracia, mucha gente me dice que es fácil re-interpretar canciones de otros y que cualquiera lo podría hacer. Pero de ser cierto, estos mismos artistas hubieran vendido 40 millones de álbumes como yo”. Michael, hijo, no todo es vender discos, también cuenta lo que ves al mirarte en el espejo por la mañana, máquina de afeitar en mano… ¿Qué ves Michael, un artista o un intérprete? ¿No ves nada? Quita el vaho.
Pero no pasa nada, porque en el fondo, más vale versionar como un crack que es, antes que componer como un dolor de eggs. Además lo bueno de Michael Bublé, es que su música vale para acompañar cualquier actividad o falta de ella, es de agradecer. Te vale tanto para lavar como para cocinar. No es de extrañar que guste tanto a las suegras.
El año pasado, el cantante publicó su sexto álbum de estudio, To Be Loved. Como sabía que no iba a repetir la hazaña de Christmas –siete millones de ejemplares, el segundo álbum más vendido en el mundo en 2011, después de “21” de Adele-, pues no se molestó mucho en deslumbrar. Hizo de lo que mejor saber hacer: Michael Bublé; con un guiño recargado a las suegras de medio planeta. Pum Pa, otros 4 millones de discos en el contador. Es pop, es jazz, es crooner a tope. Cuatro temas propios y once versiones, adivina cuáles saben mejor. El disco se benefició del enorme arranque de It’s a Beautiful Day, publicada pocos meses antes que Happy, de Pharrell Williams, que la barrió. Aún así To Be Loved es un disco elegante, como todo lo que hace Michael Bublé. Estate seguro, le gustará a tu suegra. Y tú a marcar puntos con tu pareja.
¡Jajaja! Sólo por las risas que me he echado con el primer párrafo ya me has compensado del disgusto de ver a Bublé aparecer también por aquí. Eso sí: al loro con la última palabra del post, que te ha traicionado el teclado, y aunque una cosa y otra se parecen, no es lo mismo, no es lo mismo… ;P
Jaaaaaaaaaaaaaaaa me parto!!! Corregido!!!