El otro día me llegó una de estas imágenes que viajan vía mail o whatsapp, rebotando de pc en pc durante una semana hasta que la sustituya una nueva, más divertida o impactante. Pero esta me la quedé, la tengo en el escritorio, me parece muy acertada, emblemática de una visión empresarial timorata de otro siglo, digamos que el anterior al pasado. La imagen dice: “Director Financiero preguntando al CEO: Qué pasa si invertimos en formar a nuestros empleados y luego se marchan?. Responde el CEO: Y qué pasa si no lo hacemos, ¿y se quedan?”. Bien CEO bien, ahí te veo. Aunque yo añadiría “Y qué pasa si no lo hacemos, y se marchan por no sentirse valorados?”. Sobre ello debieron reflexionar los músicos de The Great Society en octubre de 1966, cuando dejaron marcharse a su cantante, Grace Slick. Hoy Fiouck haría un post sobre ellos, no sobre Jefferson Airplane.
Archivo por meses: enero 2014
Lee Hazlewood – The Very Special World of Lee Hazlewood
Hoy te voy a hacer un regalo. Con un poco de suerte cumples años, aunque realmente para regalar cualquier ocasión es buena. Así que tengo un regalo para ti. Una de las canciones más hermosas que he publicado en este blog. Que conste que en 357 posts y 2.399 temas subidos, canciones muy muy bonitas, ha habido unas cuantas. Pero la de hoy tiene un no sé qué especial. Además apuesto un Plymouth con Fever Tree en copa de sidra y poco hielo que no conoces a su autor e intérprete.
Little Dragon – Ritual Union
Suecia es un país imposible, sobre todo ahora, en pleno invierno. Es otro planeta, casi una singularidad, donde los referentes mil veces aplicados pierden su sentido. Imagina la escena, tú en la cama por la mañana. De repente se levanta el sol y tú abres un ojo, dos, la boca –bostezo-, te estiras, tiras los 37 kilos de sábanas, mantas y edredón, te levantas como un robot, apartas el reno, corres hacia el lavabo, coges tu cepillo y el dentífrico, le das a la muñeca como un poseso, de arriba abajo, delante detrás laterales, y justo cuando lo colocabas de nuevo en el vaso para hacerte con un sorbo de Listerine –no es publicidad, es sentido común-, el sol se vuelve a poner. Dos jodidos minutos y veintisiete segundos de luz de día. A alguien le entra la cosa?
Gershon Kingsley – Pop Corn
Es Pop Corn la canción más pesada y odiada de la historia de la música popular? O todo lo contrario, es Pop Corn el tema más vanguardista que se recuerde? Hoy, en nuestra serie “Fiouck y las preguntas esenciales de la vida”, abordemos el singular engendro Pop Corn, publicado en 1969, uno de los primeros éxitos de la música electrónica. Bueno, con permiso del tema Messe pour le Temps Présent, creado dos años antes por Pierre Henry.
Monty Python – La Vida de Brian
El 21 de noviembre de 2013, ocurrió la mejor noticia que el mundo entero había escuchado en muuuucho tiempo: iban a volver los Monty Python, por fin. Anunciaron un nuevo espectáculo para este verano, en el O2 de Londres, la sala reservada a los grandes conciertos musicales. La primera aparición de la legendaria banda de cómicos chalados británicos en cuatro décadas. Lo anunciaron a su estilo, haciendo reírse a carcajadas a las decenas de periodistas presentes durante su rueda de prensa y a los millones de ingleses que la siguieron en directo en la televisión. Es que a los Monty Python sólo les hace sombra la Momia Real y su sequito de retoños de todo menos divertidos. De hecho 43,5 segundos después de ponerse a la venta las entradas, ya se habían agotado, obligando a la organización a ampliar a cinco el número de representaciones previstas. Vamos, hacerse con un preciado ticket fue más complicado que conseguir una mesa en su día en El Bulli del Sr. Adrià.
The Cramps – Gravest Hits
El domingo es un día raro. En principio no tienes que ir a currar y deberías de alegrarte por ello, pero al final muchas veces lo pides a gritos. Ya desde muy chiquitín aprendes a mirarlo mal, porque no tienes más remedio que hacer los deberes, aún cruzando los dedos para pillar un buen trancazo y no ir al cole al día siguiente. Es un día que huele a aburrimiento, a comilona con sobremesa excesiva, a reflexión implacable sobre la fatuidad de nuestras vidas y a juramento solemne de que esto va a cambiar. Hasta el domingo siguiente. Así que ya que tienes el día jorobado, te lo voy a estropear un poco más, con uno de los grupos más raros que recuerde.
Erik Satie – Gymnopédies
Erik Satie murió pobre, muy pobre, casi en la indigencia. Se intuía, pero como no permitía que nadie accediera nunca a su pequeño estudio de las afueras de París, sólo se intuía. Cuando falleció, sus amigos que por fin pudieron entrar en la vivienda del pianista se quedaron perplejos –después de constatar que carecía de prácticamente todo- ante lo amontonado: dos pianos atados entre sí, una colección de falsos cuellos y otra de paraguas, y en el armario, trajes idénticos de terciopelo gris, con los que llevaba vistiendo muchos años. Y nada más. Tenía amigos que le podían haber ayudado, muchos amigos que se hubieran dejado la piel por él. Pero Satie nunca pidió. Ni rescate, ni lástima, ni limosna. Sobrevivió como pudo a una relación tumultuosa con el piano, iniciada cuarenta años antes.