Tune Yards – Nikki Nak

Si tienes cierta edad, recordarás a un tal Pee Wee, personaje de la tele US que un joven Tim Burton traspasó a la gran pantalla en 1985, en la primera película que rodó, Pee Wee Big Adventure. Pee Wee, un pidehostias en toda regla, me horripilaba este tipo. Por cierto que un par de soplamocos le hubiera venido bien, igual se libraba de ser arrestado por la policía de su país en dos ocasiones. Primero en un cine porno de Sarasota en Florida, por ipsación quiroerastica –me parto, esta expresión me sirve para contrarrestar la palabra pidehostias, muy coloquial me dicen-, segundo por estar en posesión de material vídeo pedófilo. En fin, un personaje nada reluciente. Y a qué viene todo esto Fiouck? A mi no me mires, la culpa la tiene Merrill Garbus.

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Snarky Puppy – Family Dinner

Tenía pendiente escuchar a los Snarky Puppy -cachorros sarcásticos en español-desde que un lector asiduo de este blog me los recomendara hace tiempo. Esta mañana dije, venga Fiouck, ya que tienes que pasar la aspiradora, castígate hasta el final, enchufa Snarky Puppy a ver qué pasa. Pasa que ahora me las pongo en bucle. Lo bueno de la edad es que te vas haciendo menos radical, los criterios cambian, sólo importa disfrutar, lleve el cantante una cresta, el pelo largo o este calvo como el culo de un bebé. O, como dice el sevillano en la gozosa Ocho Apellidos Vascos, «el flequillo relamido y cortado con hacha«.

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Laura Mvula – She

A star is born, indudablemente mi corazonada 2013. Estoy convencido de que no se trata sólo de un flechazo, Laura Mvula está aquí para durar, su talento es asombroso y su música emociona como raras veces. Lo intuyo, porque me provoca los mismos sentimientos que cuando descubrí en su día a Amy Winehouse.

Laura Mvula es inglesa, cómo no. Por qué una nación que come y viste tan mal, tiene tanta facilidad y riqueza para la música? Esto es como la hipótesis de Riemann, se tardarán siglos en dar con una explicación satisfactoria.

Veintiséis años, nacida en Birmingham de padres procedentes del caribe inglés, desde muy joven mostró una predisposición para la música, instrumentos como el piano y violón, estilos como el góspel, el jazz, el R&B, ambientes como los coros de su comunidad. Su tía había fundado la formación Black Voices, muy respetado en la ciudad, a la que se unió poco a poco y muy naturalmente, y donde su don empezó a deslumbrar. Estudió –y es diplomada- en el conservatorio, donde recibió una formación clásica fundamental a la hora de componer sus canciones, y conoció a quien es hoy su marido, Themba Mvula, baritono de origen zambio, con él que se produjo durante varias temporadas en distintos coros amateurs. Después de una primera experiencia con un grupo de jazz y nu soul llamado Judyshouse, aprovechó el tiempo que le dejaba un trabajo de recepcionista para escribir canciones.

laura mvula

En 2012 publica un primer EP que incluye la maravillosa She. Desde entonces se ha escrito mucho sobre ella, logrando lo que pocos: una total unanimidad en las críticas y comentarios a la hora de dar la bienvenida a esta nueva estrella. Un periodista de The Guardian hasta acunó un nuevo estilo para ella, la gospeldelia -qué rayos querría decir este señor?-. Laura Mvula tiene una receta, se conocen los ingredientes, pero no las proporciones. Una base grande de talento y originalidad, un toque místico y religioso, una pizca de felicidad, y luego mucha alegría, corazón y alma. Lo que la hace única, es su capacidad, gracias a su formación clásica, a componer con instrumentos casi olvidados –arpa, glockenspiel, theremín, campanillas-, y realizar arreglos muy sofisticados, mezclando con una facilidad pasmosa suaves coros soul con cierta exaltación sinfónica. Un concentrado de todas las emociones. En su primer álbum, Sing to the moon, publicado hace dos meses, consigue ofrecer doce canciones que no se parecen mucho entre si, aunque suenen todas unidas por un fino hilo de soul góspel revitalizante, con una variedad de sonidos, tonos y ritmos digna de las más grandes.

Laura Mvula, artista absolutamente vital, revelación 2013, heredera de la mejor Nina Simone, entra directamente en mi top 50.

 

 

 

Escucha algunos temas de Laura Mvula.

Des’ree – Feel So High

Si tuviera que elegir la canción que tarareaba sin parar cuando llegué a España, ésta sería sin duda Feel So High, de una joven cantante inglesa llamada Des’ree. El tema formaba parte de su primer álbum, Mind Adventures, publicado pocos meses antes de mi llegada aquí. 1992, España está en boca de todos. Que si los JJOO de Barcelona, que si la Expo de Sevilla, que si Madrid con la estampa de “Capital Cultural Europea”. En todo el continente se la empieza a llamar La California de Europa. Ya. Más bien Californication, como decía los Red Hot Chili Peppers, porque perdura esa desagradable sensación de que nos han jodido, y bien.

Desiree Annette Weeks había nacido veinticuatro años antes, en Londres. Madre de British Guyana, padre de Barbados, creció en un ambiente muy musical, con ración diaria de Reggae, Calypso y Jazz. Desde muy pronto sabía que se iba a dedicar a la música, y se puso en marcha a la vuelta de un periodo de varios años en Barbados con su familia. Encontró un trabajo en la Tate Gallery de Londres, como asistente de investigación, y aprovechó que transcurrían los días de forma muy aburrida para componer y escribir sus primeras melodías y letras. Cuando por fin se lanzó, juró solemnemente que nunca más volvería a hacer de asistente en la Tate.

Des'ree

Mind adventures fue muy bien recibido tanto por la crítica como por el público. Esa mezcla suave de soul, dance y R&B encontró su hueco en los charts de media Europa. Se benefició de una vía abierta cuatros años antes por Tracy Chapman y su Talkin’ Bout a Revolution. Menos comprometida, más ligera, Des’ree me deleitaba los oídos con su voz grave, pelín ronca. Logró la consagración con su segundo disco, I ain’t movin’, dos años más tarde. El primer single, You Gotta Be, arrasó. La letra no era gran cosa, parecía uno de estos libros tipo Cómo sentirse seguro o 10 lecciones de autoestima. Pero la melodía suave, el tono alegre y un vídeo elegante y muy efectivo ayudó a vender varios millones de copias.

En 1998, Des’ree saca un tercer álbum. Con Supernatural, va a afianzar su éxito en ventas, a la vez que estar el centro de una pequeña controversia acerca de la letra de Life, el tercer single extraído del disco. Life fue sin duda el gran éxito de su vida, se colocó #1 en muchos países europeos, aquí en España también. Pero fue también, de alguna forma, el principio del fin para esta artista. En una curiosa encuesta radiofónica de la BBC, a la pregunta ¿cuál es la peor canción pop jamás escrita? (en cuanto a la letra se refería), se hizo con el primer puesto con Life, por, bien es cierto, unos versos tontos –muy-, juzga tú mismo :

I don’t want to see a ghost  /  It’s the sight that I fear most  /  I’d rather have a piece of toast  /  Watch the evening news

No quiero ver a un fantasma  /  Es la visión que más temo  /  Prefiero comer una tostada   /  Ver las noticias

Ya, muy brillante no es la verdad. En esta votación, la seguía Snap (Rythm is a dancer, por la frase I’m as serious as cancer /  When I say rhythm is a dancer), Razorlight (Somewhere else, And I met a girl/ She asked me my name/ I told her what it was), pero también Oasis, U2, Black Sabbath, etc

Años más tarde denunció a la BBC por el trato vejatorio recibido en esta encuesta. Lo que está claro, es que nunca volvió a ser la misma, sacó otros dos discos, pero de forma discreta, el último hace ya diez años. Y por cierto, desde entonces pasó algunos años en una universidad de Londres para completar su formación, y mientras estudiaba, volvió a hacer de asistente de investigación en la Tate Gallery. Mujeres…

Escucha las mejores canciones de Des’ree.

Lionel Richie – All Night Long

Lionel Richie es un “copiar/pegar mix” de muchos cantantes a la vez. Pop a lo Michael Jackson, soul como Marvin Gaye, R’n’B estilo Stevie Wonder, y sabor dulzón tipo Barry White. Es complicado atribuirle un estilo propio, y lo poco que se había ganado en su época dorada se va borrando a medida que van desapareciendo sus originales –de los cuatro ya sólo queda Stevie Wonder-. Debió pararse en plena gloria, cuando vendía discos como churros, ahora sería medio mito, como muchos. Porque discos ha vendido como muy pocos en la historia de la música popular, se habla de más de 100 millones de copias. Los números bailan –all night long– de una fuente a otra, en todo caso es un super seller. Chapeau.

A mediados de los 60’s, Lionel Richie estudia medicina en Alabama, es buen estudiante y va para médico, tal como querían sus padres. Todos los padres quieren que sus hijos sean médicos –o profesores-, y cuando un retoño anuncia que quiere ser artista, se arma la gorda en casa. Por lo menos hasta que empieza a vender, que luego ya son todo alabanzas. Ja. Padres, sólo hay dos. Eso le pasó a Lionel Richie. En 1968, lo dejó todo para cantar, al frente de The Commodores. Por suerte para él, no tardaron mucho en convertirse en una banda conocida. En 1971 firman con el sello Atlantic y se convierten de un día para el otro en teloneros de nada menos que los Jackson Five. Sííí, con el chiquitín y su bola de pelo a los 118 11. Hacen una música soul funk, bailable, facilona. Encadenan las canciones con cierto éxito, Machine Gun –instrumental-, Easy –versioneada en 1993 por Faith No More-, Still, Brick House, Three Times A Lady. Pero Lionel se aburre, y siente que le iría mejor en solitario. Se separa del grupo y empieza a componer para otros. En 1980, escribe el tema Lady, para Kenny Rogers, tremendo hit del 1980 que Billboard incluirá años más tarde en el #47 de su ranking All Time Top 100. Más empalagosa imposible. EL año siguiente escribe, compone y co-interpreta con Diana Ross la canción Endless Love –BSO de la película del mismo nombre, de Zeffirelli, con Brooke Shields-. Más empalagosa imposible. El Richie está lanzado, en 1982 publica su primer álbum solo, llamado como él. Pum Pa, cuatro millones de copias vendidas para un álbum que contenía nada menos que tres hits: Truly –más empalagosa imposible-, You are y My Love.

Richie

Y llega 1983. Año de Michael Jackson, con Thriller. Año de Bowie, con Let’s Dance. Y Año de Lionel Richie, con Can’t slow down. Por dónde empezar? El álbum recibe el Grammy award al mejor disco en la edición 1985. Ha vendido veinte millones de copias. Y todo por una canción, All Night Long. Nada empalagosa, tan sólo alegre, increíblemente alegre. Es sin duda su mayor éxito. Se quedó arriba de los charts cuatro semanas seguidas en tres listas Billboard distintas –pop, R’n’B y adult temporary, vete tú a saber WTF es esta lista, huele a sexo verdad?-, figura en el #76 de las 100 mejores canciones de los últimos cincuenta años, la interpretó por sorpresa –todo el mundo esperaba al chiquitin 118 11- en la ceremonia de clausura de los JJOO de L.A. en 1984. Tiene el dudoso honor de haber sido escuchada por los soldados yankies en las calles de Bagdad durante la invasión de Irak en 2003, y ha sido interpretada en una sola noche 158 veces seguidas por una pareja de amigos el año pasado –se puede ver una versión resumida aquí, es simpática la hazaña-. El vídeo de All Night Long es del peor estilo ochentera posible, Lionel Richie tiene un look penoso con estos bigotes leather gay, los bailarines visten hortera, pero qué más da, FIESTA FOR EVER! Y a mi me encantaaaa!!!

 

Escucha entero Can’t Slow Down, de Lionel Richie

 

Seal – Seal

Seal sufre lupus eritematoso diseminado por lo que tiene tetas tremendas –ay no, esa es su ex mujer- curiosas marcas en la cara, cicatrices enviadas por dios -Elvis no, el otro-, como él solía decir con pudor al principio de su carrera. También tiene una ex-pareja de infarto voz emocionante y cálida, hecha para la soul, aunque demasiadas veces malgastada en pop facilón.

Seal Henry Olusegun Olumide Adeola Samuel tuvo una infancia dura. Abandonado por sus padres (padre nigeriano y madre brasileña), fue dado en adopción al nacer. Pero a los cuatro años, volvieron sus padres biológicos y de nuevo se lo llevaron. Sin embargo dos años después su madre volvió a marcharse, dejándole con un padre violento. Con quince años estuvo viviendo un tiempo en la calle, cosa que no le impidió graduarse y conseguir un diploma de arquitectura. Ole el crack. Luego estuvo un tiempo tonteando con varias bandas de funk y blues en asia, especialmente Japón y Tailandia, pasó una temporada en la India antes de regresar a Londres. Ahí conoce por fin la suerte, en la persona de Adamski, un DJ residente entre Londres e Ibiza que le encarga poner letra y voz a un tema suyo. La canción se llama Killer y se convierte en un hit internacional. Esta repentina fama le abre las puertas de las discográficas y de un primer álbum.

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En 1990, el estilo funk soul r&b está un poquito trillado. A la izquierda el enano púrpura, a la derecha el ex boxeador ególatra. Sin embargo Seal va a encontrar su sitio, con un estilo soul r&b más sobrio, un pelín místico –aunque comparando con Prince y Terence Trent d’Arby pueda parecer de risa-, y sobre todo apoyado en una voz cálida llena de emoción. El álbum, llamado como él, llega en un plis plas en el puesto #1 de los charts británicos. De él se extraen 5 singles que arrasan allá por donde pasan: Crazy, Killer, Future Love Paradise, The Beginning, Violet. Realmente no hay ningún tema ni siquiera mediocre, el disco rebosa talento. El sonido es «nuevo», Seal busca la harmonía y la belleza en cada nota. Todo lo hace con un talento impecable, ayudado en ello por el maestro Trevor Horn –ex miembro de Art of Noise, co-fundador del sello ZTT, arreglador para Frankie Goes to Hollywood, Grace Jones, Simple Minds, Tom Jones, Tina Turner, Pet Shop Boys, por sólo mencionar algunos-. El disco vende tres millones de copias el primer año y recibe el Brit Award al mejor disco en 1992. Luego vendrán otros siete álbumes –de los que dos con versiones de grandes estándares de la soul music-, pero la magia del primero poco a poco se irá perdiendo.

Stevie Wonder – Talking Book

Stevie Wonder no ve nada desde su sexta semana de vida, tampoco huele nada desde los 23 años después de sufrir un accidente, si a ello añadimos que es negro vas y dices de forma compungida pensando en qué vas a cenar esta noche, “pobre señor, qué va a ser de el”. Descuida, este pobre señor es uno de los músicos y compositores más talentoso y genial que la Motown haya dado, canta desde hace más de medio siglo, ha vendido más de 100 millones de discos, ha ganado 25 grammys (record absoluto para un artista vivo), figura en el Rock’n’Roll Hall of Fame y en el #9 de la lista de los mejores cantantes de la historia de la revista Rolling Stone, tiene un Polar Music Prize y un Gerschwin Prize, ha colocado 10 canciones en el #1 en los charts de EEUU -algunas de ellas más melosas que las más pegajosas de Barry White, todo un hito.

Y eso que nacer negro, ciego y anósmico (sí, esa es la palabra, gracias Fiouck) en los EEUU de los 50 en principio no es exactamente el mejor trampolín de salida para triunfar. Pero Stevie Wonder era un niño prodigio, al igual que Michael Jackson, con el que interpretará en 1987 el dúo «Just Good Friends» en el álbum Bad. Con pocos años ya tocaba el piano, la armónica y la batería, y era un miembro destacado de los coros de la iglesia del vecindario. Con 11 años, le ficha un tal Ronnie White de The Miracles y le lleva a la Motown, acompañado de su madre. Hasta el propio CEO de la discográfica queda asombrado por la voz y los talentos del chaval. Le firman un contrato y con tan solo 12 años saca dos álbumes, como Little Stevie Wonder. El año siguiente, Litlle Stevie saca la canción “Fingertips”, en la que canta y toca los bongos y la armónica, dejando el bajo a un joven Marvin Gaye. Alcanza el #1 del Bilboard Hot 100, haciendo de Stevie Wonder el artista más joven de la historia en conseguir el puesto.

Talking_Book

Seguirán más de 20 álbumes de estudio, éxitos, gloria, fama, mujeres (entre otras dos esposas), siete niños (dedicará la maravillosa “Isn’t she lovely” a la primera de la lista), colaboraciones (Andrea Bocelli, Aretha Franklin, Dionne Warwick, Michael Jackson, por sólo nombrar algunas de ellas), compromisos políticos (canta en la presentación inaugural de Obama en 2009 con Usher y Shakira) y benéficos. Cuatro de sus discos figuran en la lista de los 500 mejores de todos los tiempos de la revista Rolling Stone, entre otros Talking Book, #90.

Stevie Wonder es un genio. Talking Book sale en 1972, después de una gira como telonero de los Rolling Stones. En el estudio se invitan artistas como Jeff Beck, Ray Parker Jr. y David Sanborn (saxofonista en algunos álbumes de Bowie). El disco conoce el éxito de forma inmediata, como uno de los primeros de R&B capaz de gustar a una audiencia más rock. Alcanza el #1 del Top R&B por primera vez en la carrera de Stevie Wonder, y recibe tres Grammys el año siguiente. Talking Book contiene dos joyas intemporales, “You are the sunshine of my life” y “Superstition”. En su edición original, la portada tenía grabado un mensaje del cantante en braile : “Esta es mi música. Es todo lo que tengo para decirte cómo me siento. Sé que tu amor hacen mis canciones más fuertes”. Hala, a secarse los ojos, y al tajo.

Escucha entero Talking Book de Stevie Wonder