Gnarls Barkley – St Elsewhere

Brian Joseph Burton y Thomas DeCarlo Callaway forman un dúo improbable, Gnarls Barkley. Uno de los nombres de grupo más complicado de pronunciar y escribir para un no inglés. Es más, hasta para un inglés suena retorcido. Lo peor es que hasta el origen del nombre es confuso, en todo caso yo no me enteré. Va de programa de tele satírico en los US y de Bob Marley, aunque no lo certifico. En todo caso, para pillarlo, parece ser que hay que ser yanqui, a poder ser negro, y ver en la tele una fuente inagotable de referencias varias. Entendámonos, yo soy europeo –que sí, que quedan algunos-, blanco –con el invierno que hemos tenido-, y la tele para mi ha dejado de ser fuente de nada, ya que no la veo. Pero me chifla todo lo que hacen.

Brian Joseph Burton y Thomas DeCarlo Callaway son dos genios musicales. Al primero se le conoce como Danger Mouse, DJ y compositor americano. El segundo es Cee-Lo Green, cantante, compositor y productor americano. Tocan e interpretan de todo, soul, rap, hip-hop, electro, R’n’B, pop, funk. Colaboran con todo dios, componen y arreglan con una facilidad pasmosa para los más grandes: Beck, The Black Keys, Gorillaz, Jack White, U2, Norah Jones, etc. En 2009, la revista Esquire clasifica a Danger Mouse en el #75 de las personas más influyentes del siglo XXI. Este se hizo famoso en 2004, por lanzar al mercado pirata un disco llamado The Grey Album, una mezcla del White Album de los cuatro sosos de Liverpool, con el Black Album de Jay-Z. A los pocos días, EMI, ya en decadencia total, defensora de la única joya de la corona que le queda, logra paralizar la difusión del disco. Así, cada año se arma la gorda durante el Grey Tuesday, día en el que muchos sitios webs ofrecen el disco gratis en protesta por la acción de EMI. Total, que los dos comparsas tienen talento, creatividad y ganas de sobra.

StElsewhere

En 2006, ambos, que sólo se conocen de oído y/o por leer en la prensa las hazañas del otro, deciden colaborar. No queda claro quién hace qué y en qué orden, sólo que se mandan cintas grabadas a las que van añadiendo capas e instrumentos. Danger Mouse compone, Cee-Lo canta, más o menos. En abril sale el álbum St Elsewhere. No resulta fácil clasificarlo, nadie da con la fórmula, pero todos se rinden, público y critica, ante la originalidad musical del proyecto. Ayudado por el single Crazy –la primera canción en llegar al #1 de los charts sólo con las ventas digitales, elegida mejor canción de la década 2000-2010 por la revista Rolling Stones-, el álbum alcanza el #1 de las listas UK nada más salir, el #4 en los US, y se hace con el Grammy 2007 al Mejor Disco de Música Alternativa. Alternativa? Será a la mediocridad ambiental! Danger-Lo y Cee Mouse, sois unos p… cracks, lo dice un europeo blanco anti-TV.

 

Escucha entero St Elsewhere, de Gnarls Barkley

George Gershwin – Rhapsody In Blue

George Gershwin murió con 39 años, en 1937. Un tumor cerebral puso prematura y trágicamente fin a la carrera de uno de los compositores contemporáneos más brillante y moderno. Un tipo capaz de componer en tan sólo 11 años Summertime –famosísima canción interpretada en el Musical Porgy And Bess-, An American in Paris y Rhapsody in Blue es un extra terrestre. O como mínimo un genio, de los grandes. Un casi autodidacta que quiso toda su vida tomar clases de los más grandes –Maurice Ravel, Sergueï Prokofiev, y la que fue la más ilustre profesora de piano del siglo XX, Nadia Boulanger-, deseo al que se opusieron todos, considerando que no tenían nada que enseñarle.

Hijo de judíos emigrados de Rusia para evitar los pogromos promovidos por el zar Alejandro III –“pogrom” es una palabra rusa, no alemana-, nace a finales del siglo XIX en Nueva York. Huye de la escuela, vive por y para la calle, hasta que un día su padre le sienta frente a un piano. Revelación. Después de recibir clases de un profesor del barrio que llegará a decir “Tengo un estudiante que dejará una huella en la música, es un genio, no hay duda”, abandona definitivamente la escuela y, con 16 años, entra a trabajar de “vendedor de canciones” –en inglés song-plugger, su trabajo consistía en ir de bar en bar a tocar canciones para que estas llegasen más fácilmente al gran público- en una editorial musical neoyorquina. Durante años intenta colocar sus propias creaciones, pero en vano. Hasta que por fin conoce el éxito con la canción Swanee, escrita en diez minutos en un autobús con su comparsa letrista Irving Caesar. Inicialmente interpretada en un espectáculo de Broadway llamado Demi-Tasse, se hace famosa cuando el cantante Al Jolson la incluye en su propio show, Sinbad. Como anécdota, The Temptations la versioneará 50 años más tarde.

A partir de este momento, la carrera de Gershwin se dispara. Se asocia con su hermano Ira, que hará de letrista hasta la muerte de George, descubre Londres y Paris, donde se le adora, acompaña a las voces más grandes de la época, conoce y comparte el éxito con los AstaireFred y Adele– en el show Lady, Be Good, sale en la portada de Time Magazine con 27 años –el primer compositor en recibir este honor-, escribe la música de una de las primeras películas musicales –Delicious, 1931-, recibe el Pulltizer en 1932 –¡tan sólo tenía 34 años!-por la comedia musical Of Thee I Sing, vive una temporada en París donde se hace íntimo de la diáspora intelectual de la época –Ezra Pound, Hemingway, Picasso, Yeats-. Lamentablemente, empieza a sufrir cefaleas y después de muchos meses padeciéndolas, se le descubre demasiado tarde un tumor cerebral que le provoca la muerte en julio de 1937.

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Trece años antes, ocurrió una de estas historias que hacen que la música sea tan grande y esencial. Un día de este año, conoce al director de orquesta Paul Whiteman, que le encarga un concerto para presentar durante un espectáculo de jazz. Pero George Gershwin se olvida, hasta que una mañana, su hermano Ira, al abrir la prensa, lee un artículo titulado “¿Qué es la música americana?”, en el que se menciona el próximo espectáculo de Whiteman, precisando que George Gershwin presentaría una creación inédita. Quedaban cinco semanas, tardará cuatro. Menos de un mes para componer uno de los temas musicales atemporales más famosos y más veces interpretados por todo el planeta, Rhapsody in Blue. El 12 de febrero de 1924, Paul Whiteman y su orquesta Palais Royal Orchestra la tocan por primera vez en el Aeolian Hall de NYC, delante de una sala atestada de famosos y compositores de renombre, como Rajmáninov. Quitando los aguafiestas de siempre, la obra recibe un triunfo monumental, llegando al millón de copias vendidas en tan sólo tres años, todo un record para la época. Me lo conozco de memoria.

 

Escucha Rhapsody In Blue, de George Gershwin

M.I.A. – Born Free

Domingo. Dormir la mañana. La 1. Arrastrarse de la cama. Rascarse preocupado. Bostezar distraído. Espanto de aliento. ¿Hará bueno? Levantar las persianas. Llueve. Cocina. Apuntar, para el próximo sábado, vaciar los ceniceros antes de ir a la cama. Aspirina. Café. Cigarro. Whatsapp vacío. Pan duro tostado. Coca-cola zero. Café. Cigarro. Ducha. Las uñas, que es domingo. Pasar de afeitarse. Ojo, chándal no, que mola la kioskera nueva. Kioskera nueva malita, está su prima, lleva chándal. El País. Una oferta de empleo para ti, en el Kurdistán de Irak. Nueva derrota del Madrid. Volver a casa. Ascensor bloqueado, cinco plantas. Maldito tabaco. Café. Whatsapp vacío. Llaman a la puerta. ¡Mama, papa, qué sorpresa! Confundirse en excusas, habrá fallado la alarma del móvil. No abrir la nevera, uno tiene su dignidad. Tapear abajo. Cagarse en Mourinho con Papa, cagarse en la infanta con Mama. Café. Cigarro. Pacharán. Dejarse invitar. Besos a los progenitores. Mamaaaaa, es que no me quedaba espuma. Subir a casa. Mierda ascensor y mierda tabaco. Sofa. Música. M.I.A., Born Free. Este mundo es un asco. Hala, a dormir.

MIABornFree

Ve el vídeo aquí. Born Free, de MIA.

Aimee Mann – BSO de Magnolia

Magnolia, película realizada por Paul Thomas Anderson en 1999, es, para mi, una de las obras maestras de los últimos 15 años. Mosaico de varios personajes, perdidos en sus propias vidas, persiguiendo el perdón o buscando el jodido significado de tanto dolor, falta de amor, soledad y desesperanza. Nominada a tres óscars – guión, canción original y actor de reparto-, aunque no se hizo con ninguno. Oso de oro en Berlín para Anderson, Golden Globe para Tom Cruise, grammy para Aimee Mann. No suelo hablar bien –por decirlo así- de los scientólogos, pero he de reconocer que en esta película, Tom Cruise deslumbra, posiblemente el papel de su vida. Julianne Moore es fabulosa, mientras que John C. Reilly y Philip Seymour Hoffman son, como siempre, enormes. Y luego está la banda sonora, wow…

Aimee-Mann-Magnolia-149231Aimee Mann viene de lejos. En su juventud, cantó en una banda punk rock, The Young Snakes, con un único EP sacado en 1982. Al año siguiente, monta un grupo más suave, new wave soft rock, llamado Till Tuesday. Sacan tres álbumes –tengo un vinilo- y se separan. A principios de los 90, emprende una carrera en solitario, recibe siempre buenas críticas pero incomprensiblemente pasa bastante desapercibida. Hasta que Paul Thomas Anderson le encarga la realización de la banda sonora de Magnolia.

La BSO consta de 13 temas, dos de ellas de SupertrampGoodbye Stranger y Logical Song-, una de GabrielleDreams-, otra de Jon Brion, y nueve compuestas e interpretadas por Aimee Mann. De las nueve, sólo dos fueron expresamente creadas para la películas –You Do y Save Me-, mientras que las otras siete ya existían pero nunca habían sido publicadas en ningún disco. Todas encajan perfectamente con la atmosfera de la película, alcanzando una emoción, una melancolía y un lirismo perfecto. Save Me será nominada al óscar a la mejor canción original, pero se lo arrebatará Phil Collins –por dios, ¿es este mundo serio?- por la canción de Tarzán.

Pero, y me pregunto, por qué Save Me cuando está Wise Up? Esta última canción fue originalmente escrita en 1996 para Cameron Crowe y su película Jerry Maguire, con también Tom Cruise como principal protagonista. Por un motivo que el realizador sigue sin explicarse –callaré-, la rechaza para el montaje final, aunque sí la incluye en el álbum de la BSO. Anderson, él, no lo duda dos veces; no sólo la incluye en la película, sino que le dedica un momento muy especial, en el que todos los protagonistas la cantan, unos tras otros, acompañando la magnífica voz de Aimee Mann. Wise Up es una balada triste y pesimista, un hermoso canto al desaliento. La escena de más de tres minutos de duración en la que todos salen susurrándola con ella es dramática, conmovedora. Ays qué bella…

Escucha entera la banda sonora original de Magnolia, por Aimee Mann

 

Willy Moon – Here’s Willy Moon

Willy Moon. No llega a 25 años, su primer álbum –Here’s Willy Moon– se acaba de estrenar hace 10 días, y ya está en boca de todos. Qué nervios. Consulto su web casi a diario para ver si anuncia concierto en España, pero como siempre, aquí los últimos en la cola. Ni sabrá dónde estamos. Pero ya sabemos cómo va esto, basta con que me descuide dos días para que se agoten todas las entradas de un hipotético concierto en la sala Cats –la sala perfecta para un primer show ibérico-. O la Riviera si se infla la bola mucho.

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A ver, y quién es este tipo para figurar en este blog con menos de dos semanas de vida? Es el cruce perfecto entre música buena y energizante, look impecable y ganas de bailar. Mezcla rockabilly con sonidos electrónicos, viste trajes ceñidos, se gasta todo lo que tiene en gomina, baila y se mueve como Dios Elvis con 50 kilos menos.  Tiene un aire retro y todo el futuro por delante.

Nació en Nueva Zelanda, tuvo una infancia jodida por culpa de la pobreza, llegó a convivir con sus padres y su hermana en una habitación de YMCA cuando se fueron a Londres. Lo poco que tenían casi lo robaba él entero. Así lo llegó a contar en una entrevista: “He aprendido que la mejor manera de robar es hacerlo tan descarado y abiertamente como sea posible. No trataba de ocultar las cosas, actuaba naturalmente y seguro de mí mismo”. Tal vez eso explique por qué se siente tan inspirado por la música de los 50’s: en este época la música no pretende transmitir ningún mensaje, es diversión y entretenimiento puro. Tiene ganas de disfrutar después de pasarlas canutas. Venga Guillermo Luna, vente a Madrid de fiesta, estaremos a la altura, en eso y en fútbol somos los campeones.

Y tú, a escuchar su disco urgentemente. Here’s Willy Moon. ¡Rock’n’roll!

Escucha entero Here’s Willy Moon, de Willy Moon.

Florence And The Machine – Lungs

Florence Welch era todavía una moza cuando sacó su primer single, pero desde el principio apuntaba alto. Compone temas lo suficientemente buenos y originales como para gustar a un público indie, a la vez que lo suficientemente pop facilón y entretenido como para gustar al gran público. Y eso que es disléxica, insomne y sufre dismetría -se mueve sin medir bien el espacio y el tiempo, con cierta falta de coordinación, tal como se puede apreciar en su primer vídeo, Drumming Song, en el que sus admirables piernas parecen tener vida propia-. Es pelirroja de verdad –menuda melena de fuego-, bella a ratos, un poco torturada narcisista. Un cocktail con los ingredientes justos para convertirse en dos discos en todo un fenómeno respetado y una pieza indie pop incuestionable.

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Bob Dylan – Highway 61 Revisited

A principios de 1965, Bob Dylan saca su quinto álbum, Bringing It All Back Home. Una de las caras es acústica, la otra eléctrica. Por primera vez el rey del folk electriza sus composiciones. Siempre le ha fastidiado bastante que los US no fueran capaces de sacar buenas canciones rock para impedir la imparable invasión británica. Sigue una gira por UK de la que no sale nada satisfecho. La acogida del público inglés no ha sido la esperada. Claro que teniendo en casa a los Rolling Stones, Animals, Who, Yarbirds, Kinks, Shadows –relee esta lista en voz alta y alucina-, para qué se iban a molestar en sacar la alfombra roja al representante del folk yanqui. Al volver a Estados Unidos, hasta piensa en dejar la música.

Después de dejar de un lado la novela que estaba escribiendo –Tarantula, que finalmente se editará en 1971- a Bob se le hace la luz –eléctrica-: “si los ingleses quieren rock, démosles rock, y a la mierda mis fans folk”. Bueno vale, no lo diría así, posiblemente fuera mucho más basto. Así que reúne a músicos esencialmente rock, compone catorce temas, selecciona nueve y los enlata en su sexto álbum de estudio, Highway 61 Revisited. Estamos a finales de agosto de 1965, y la música popular da un giro.

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Desde hace casi cincuenta años, los más grandes artistas han rendido los homenajes más extáticos al disco. Si bien en el lanzamiento no llega al #1 de las ventas en los US, su importancia e influencia en la música rock es innegable. Rolling Stones, la biblia, lo pone en el #4 de la lista de los 500 álbumes más importantes de todos los tiempos. Bob dijo de su obra: “No voy a ser capaz de hacer un disco mejor que aquel… Highway 61 es demasiado bueno. Hay mucho material en él, que yo mismo escucharía”. Mucho material?

Está Like A Rolling Stone. No es que el resto no cuente o sobre –más quisieran miles de grupos haber compuesto la tercera parte de las canciones del disco-, es sólo que Like A Rolling Stone asombra, maravilla, fascina –la lista de sinónimos se podría estirar hasta el infinito-. 6’09” de duración. Bob Dylan revoluciona las ondas –ver el post de ayer sobre Nudozurdo y las canciones largas-, las radios inicialmente se oponen a programarla, incluso la discográfica, Columbia Records, tendrá la osadía de enviar copias a los medios en los que la canción está cortada en dos, publicándose cada parte en su cara. Pero algunos DJ’s se atreven y el público la reclama en su versión íntegra. Desde entonces las canciones han ganado un minuto de duración media, de tres han pasado a cuatro, gracias al efecto Like A Rolling Stones. En su primer día de emisión radiofónica, estaba un joven -15 años- Bruce Springsteen, escuchando la radio en el coche con su madre, cuando salió la canción. Declaró muchos años después: “sonó aquel golpe de caja como si alguien hubiera abierto la puerta de tu mente de una patada. De la forma en que dios Elvis libera tu cuerpo, Dylan libera tu mente y nos demostró que porque la música es física, eso no quiere decir que sea anti-intelectual. Tenía la visión y el talento para componer una canción de pop de forma que contuviera el mundo entero. Inventó una nueva forma en que un cantante de pop pudiera sonar, traspasó las limitaciones de lo que una canción podía alcanzar y cambió la cara del rock and roll para siempre”. Creo que aquel día el Boss necesitaba el coche de Dylan para salir y se pasó, pero no mucho. La canción desde entonces es un caso de escuela, todos los músicos sueñan con crear algo similar. Ninguno lo ha conseguido. Rolling Stones, con toda la razón del mundo –sobre todo si es para fastidiar a los cuatro sosos de Liverpool- la colocó en el #1 de la lista de las 500 canciones más importantes de todos los tiempos. No envejece, es eterna.

 

Escucha entero Highway 61 Revisited, de Bob Dylan