Hazel O’Connor – Breaking Glass

Hoy toca una olvidada aunque digna one hit wonder, rubia para más inri. Lo intentó todo, se agarró, dio pataletas, pero no pudo ser, Hazel O’Connor fue, es y será siempre la de un único éxito, el tema Will You. Esta canción forma parte de la BSO de Breaking Glass, una película “musical” de principios de 1980, casi involuntariamente hecha a medida, ya que cuenta el ascenso y la caída de una cantante punk rock, con todo lo que conlleva de excesos, extravagancias, peleas con la discográfica y errores garrafales en determinadas elecciones.  Sigue leyendo

The Boomtown Rats – I Don’t Like Mondays

The Boomtown Rats, o lo que es lo mismo, su alma máter, Bob Geldof. Empezó rabioso y terminó meloso. Nació en un entorno más que humilde –Irlanda, tierra áspera, ruda y hosca pero cuna de grandes figuras de la literatura y la cultura y de borracheras saludables-, terminó con un melón enorme como activista incansable, defensor de causas nobles, a la vez que empresario exitoso en el sector de los medios TV y la informática. Un pelín irritante, aunque entiendo que uno no vive del agua de lluvia, y que es muy fácil criticar cuando –hablo por mi- uno se limita a una aportación anual a la Cruz Roja y a la Wikipedia –yaaaa, ¿y qué?-, y a otras más puntuales a otros iniciativas socialmente comprometidas.

Robert Frederick Zenon Geldof. Es curioso como a veces cuando uno no tiene nada, le transmite a sus retoños una serie de nombres para parecer descendientes directos de la más poderosa dinastía industrial y burguesa de algún estado improbable, EEUU por ejemplo. Total, al rato ya le llamaban Bob. Padre vendedor ambulante, madre fallecida cuando tenía siete años, mal alumno, nieto de un cocinero belga y de una judía londinense, Bob Geldof se buscó la vida desde muy joven. Fue matador de reses en un matadero, peón de carreteras y envasador de guisantes. Desembarcó un día en Canadá, y allí –la suerte no lo es siempre todo- encontró un pequeño job como critico musical en una publicación semanal de Vancouver, Georgia Straight. En 1975 vuelve a Irlanda, y ahí baja al underground de Dublín para montar su propio grupo, con otros cinco músicos, todos oriondos de Dún Laoghaire, ciudad natal de Bob. Para su primer concierto, se subieron al escenario como The Nighlife Thugs –algo así como los matones de la vida nocturna- pero para los siguientes tuvieron que cambiar, ante las amenazas de abandono por parte de algún miembro de mantenerse el nombre. Así nació The Boomtown Rats –Las Ratas de la ciudad con rápido crecimiento, francamente no sé dónde está la mejora-. Sale un primer single, Looking After Number One, tema punk del bueno, rabioso pero bien tocado. Estamos en agosto del 77, un sol radiante inunda Dublín durante 14 minutos y la temperatura se acerca peligrosamente a los veinte grados. Desbordados por una repentina alegría, la banda se marcha a Londres.

The Boomtown Rats A tonic for the troops

Después de un primer álbum bien recibido, homónimo, publican rápidamente un segundo, A Tonic For The Troops, con un sonido menos punk y más new wave y una de las portadas más emblemáticas de esta época. Contiene el primer hit del grupo, Rat Trap, de noviembre de 1978. Sube hasta el #1 de los charts ingleses desbancando a la canción Summer Nights, de John Travolta –cienciólogo de los c…- y Olivia Newton John. Sigue una gira por UK que Billboard calificó como la tercera gira más grande después de la de Queen y ELO. En 1979 le toca el turno a un tercer disco –seguirán otros tres-, The Fine Art of Surfacing, que les consagra como una de las mejores bandas rock de finales de los 70’s. Se sigue suavizando el sonido, las canciones son más pop rock, como en el mega hit I Don’t Like Mondays. La canción se vio envuelta en una agria polémica, por estar basada en un hecho real, la historia de Brenda Ann Spencer, que con tan sólo dieciséis años, provocó un tiroteo en su colegio en los US, llegando a matar a dos adultos e hiriendo a muchos niños, y que declaró, al arrestarle, que los lunes se aburría –la chiquilla en cuestión sigue en la cárcel, se le han denegado cuatro peticiones de puesta en libertad anticipada, habiéndose programado la próxima audiencia para 2019-.

En 1981, Bob Geldof se adentra por primera vez en su segunda vida, la dedicada a las grandes causas humanitarias, participando en un concierto organizado en 1981 por Amnesty International, dirigido por John Cleese, de los Monthy Python y rodado por Julien Temple. Tocaron aquel día Sting, Bob Geldog, Eric Clapton, Phil Colins y Midge Ure –Ultravox-. Tres años más tarde, viendo un reportaje en la BBC sobre la hambruna que azotaba Etiopia, decide moverse y crear una canción con un par de amigos para recaudar fondos. Lo que estaba lejos de imaginar aquella noche es la importancia que adquiriera su decisión. Primero con la iniciativa Band Aid y la canción Do They Know It’s Christmas, con su amigo Midge Ure, del que vendieron tres millones de copias sólo en UK, convirtiéndose el single en el más vendido de la historia en este país. Como los yankees no podían quedarse atrás, basándose en el Band Aid, lanzaron el Live Aid y el tema We are the World. En 1985, se realizaron unos macro conciertos en Wembley y en Filadelfia para unificar ambas corrientes y la recaudación, que se estimó llegó a más de 250 millones de dólares.

A partir de ahí, Bob Geldof siempre estuvo al acecho, conocido como el activista del gran corazón, en especial luchando sin parar contra el G8 para resolver el nivel de endeudamiento de los países pobres, cuyas finanzas no dan ni para pagar los intereses que les impide salir de la miseria. No le echemos la piedra a Bob Geldof por posibles errores, ha hecho mucho más que otro colega irlandés suyo, aunque sin salir casi nunca en la foto en cenas benéficas abrazado con los poderosos del planeta.

 

 

Escucha los temas más famosos de The Boomtown Rats

 

Léo Delibes – Lakmé

¿Puedo soltar un taco? Sólo será uno, un poco largo eso sí y algo radical; de estos que te salen naturalmente en los atascos cuando vas fatal de tiempo y ves como el listillo de turno se intenta colar justo cuando estabas pensando en hacer lo mismo. Me dejas? Ya sé que es mi blog y pongo yo los criterios de decoro, pero es que un buen taco queda muy mal por escrito. Si quieres, sáltate el próximo párrafo, nos vemos en el tercero. Allá vamos.

2013, fuck you chierie de ta race de los cojones. Waaaaaa, qué gozada de alivio verdad? Un taco en los tres idiomas del blog, el español para la letra, el inglés para la música y el francés para el autor. Una saludable mezcla para despedir el p… maldito año.

Y darle la bienvenida al nuevo. Pues eso, 2014, bienvenido. No sé por qué, pero parece que tenemos todos asumidos que nos vas a traer un pequeño lote de buenas noticias. O será el método Coué? No nos defraudes, 2014, que estamos hasta los mismísimos del caos de tu primo 2013. Hasta los mismísimos. No podemos seguir así, que se están tensando de verdad los ánimos. Estamos demonizando a todos los sectores de esta sociedad, con los nervios a flor de piel. Yo aquí mismo me he ensañado varias veces con la Gaga y el Guetta, cuando la verdad ni deberían de llamarme la atención. También con Morrissey, Bieber y Gallagher, para que veas. Así que, 2014, apúntate añadir a tu larga lista de cosas que nos tienes que traer, un poco de serenidad.

Leo Delibes Lakme

Serenidad. Es mucho pedir? Venga empiezo yo. Te dejo con uno de los temas de la música clásica que considero, en mi humilde ignorancia, como de lo más hermoso, el famoso Dúo de las Flores, del acto I de la ópera de Leo Delibes, Lakmé. Esta obra, inspirada en el libro Rarahu o la boda de Loti, de Pierre Loti, se estrenó en 1883 en París. La historia, que transcurre en la India dominada por los británicos, cuenta una efímera historia de amor entre Gerald, oficial del ejército inglés y Lakmé, bella hindú recluida en la finca de su padre, brahamin. Romeo y Julieta con cordero vindaloo, nan de queso y arroz basmati. No te digo cómo termina, que luego vas a decir que te he chafado el día.

Desde entonces el tema del Dúo de las Flores forma parte de los típicos recopilatorios de música clásica que se regalan en los reyes cuando falta inspiración, entre Las cuatro estaciones y Rondo Alla Turca. Aparece en la BSO de bastantes películas –entre otras en aquella escena de amor lésbico entre Catherine Deneuve y Susan Sarandon en la película El Ansía, de Tony Scott- y se ha utilizado en muchos anuncios en España y el mundo. Pero no pasa nada, no me canso de escucharlo. De verdad, da serenidad. Hala, 2014, portate bien.

 

 

Escucha el Dúo de las Flores, de la ópera Lakmé, de Léo Delibes