Propaganda – A Secret Wish

Hoy lunes otoñal, tristón. Habrá que acostumbrarse, lo más normal –que por mi no sea- es que la cosa no mejore antes de unos cuantos meses. Buf, cuánto lo odio. No entiendo a la gente que se alegra por los cambios estacionales, la lluvia, algo de frio. Si por debajo de 28 grados no hay vida de la buena. Sólo hay supervivencia. Ahora quedan seis meses de silencio gris y gélido, con esa única pregunta, un día tras otro, “what the fuck estoy haciendo aquí?”. Quiero sol y calor de nuevo, parece que empezó ayer a hacer bueno… Y ya que estamos con las plegarias, súplicas y ruegos, vamos a flagelarnos como humildes penitentes musicales que somos, con la banda posiblemente más representativa de cierto sonido ochentero, Propaganda.

Venga, no huyas. Los ochenta fueron un laboratorio meritorio, torpe filtro de miles de sonidos nuevos, poderoso embudo para allanarle el terreno a los 90’s, tan serios y académicos. A mediados de los 80’s, en esa avalancha de obreros ególatras de la new wave, el synth pop y la electro naciente, Propaganda se lleva parte de la palma, pero gracias a ese no sé qué en el sonido que les aparta del camión escoba, casi treinta años más tarde se les puede seguir escuchando sin sentir vergüenza. He dicho escuchar, no verlos. Más allá de las modas y las corrientes musicales propias de esta década, hay una cosa que todas tenían en común, eran los clips vídeo: ¿cómo se podían realizar semejantes engendros, y cómo éramos capaces de verlos a plena luz de día sin que te entrasen arcadas? En fin, a lo que iba, en 1984, irrumpe, desde Alemania, una banda new wave industrial novadora, que invade las radios, las discotecas –cierto, no todas, digamos que las dignas-, los tocadiscos, las tiendas y las camisetas. Hijos predilectos del sello ZTT de Trevor Horne, Propaganda no nace de las aspiraciones y la mente de adolescentes febriles, sino de las ganas de dos productores geniales, Ralph Dörper y Andreas Thein, de resolver su jubilación.

Propaganda

En 1983, los dos músicos reclutan a Michael Mertens, batería, y Claudia Brücken, cantante. Se inspiran en la new wave y la synt pop, a la vez que añaden toques de rock industrial, chill relajante –aunque en esta época el término todavía no se usa para la música-, y algo de música dance. El mix es explosivo y funciona a la primera. En 1984 se publica el primer single, Dr. Mabuse, que se convierte instantáneamente en éxito de ventas en Alemania y UK. Algunos meses después, sueltan otros dos hits más, Duel y P-Machinery, incluidos los tres en el primer álbum del grupo, A Secret Wish, lanzado en 1985. En este disco también había más joyas, que no tuvieron tanta suerte, pero no es de recibo que la historia no le haya hecho un hueco a Jewel –cuyo remix de más de 6 minutos te dejo escuchar abajo-, sin duda el mejor tema de Propaganda.

Luego les pasó los que les pasa a las bandas creadas artificialmente, no supieron mantener el listón alto, se perdieron en elucubraciones musicales sin mucho sentido. Claudia Brücken lo intentó en solitario en los 90’s, pero sin éxito, aún contando en alguna ocasión con la presencia de Martin Gore a la guitarra.

Qué se le va a hacer, ¿fucking ochenta’s eh?

 

 

Escucha los mejores temas del disco A Secret Wish, de Propaganda

 

Art Of Noise – In No Sense, Nonsense!

Art Of Noise, o cómo hacer música pensando en ruidos de artilugios. Jatetú, cuántos músicos hacen justo lo contrario, ruido, pensando en crear música. Mirando ventas, parece evidente que hacer ruido funciona mejor. A los componentes de AON no les importaban ni los charts ni la fama, durante el tiempo que se quisieron dar, se dedicaron a crear la música que les apetecía, vanguardista a la vez que un poco pretenciosa, muy efectiva, emocionante, siempre original, una especie de collage de múltiples estilos y sonidos. Art Of Noise fue una formación a parte, aunque esencial, en el paisaje de los años ochenta.

Los miembros, más que músicos en el sentido rock’n’roll de la palabra –el sentido que me gusta a mi-, eran técnicos de la música. Gary Langan era ingeniero de sonido, habiendo trabajado en la grabación de varios discos de Queen. Paul Morley era periodista para el NME –New Musical Express-, en la época dorada de este semanal musical nacido en 1952. J.J. Jeczalik era ingeniero electrónico, programador del famoso Fairlight CMI, sintetizador australiano que hizo las delicias de los que investigaban al principio de los 80’s sobre música electrónica –si miras en google, te va a dar un ataque ver cómo este artilugio cabría ahora en tu reloj-. Ann Dudley, la chica del grupo, alma romántica de los ruidos extraídos de los artilugios de Art of Noise, futura compositora de bandas sonoras como la de Full Monthy. Y Trevor Horn, alma mater, fundador con Gary Langan y Paul Morley del sello ZTT, era el que más experiencia tenía como integrante de un grupo, ya que formó parte del dúo Buggles, responsable del mega hit Video Killed The Radio Star de 1979 –que Robbie Williams retomará treinta años después como Reality Killed the Video Star-. ZTT fue, con 4AD, el sello con el que buena parte de la década de los 80’s no existiría hoy. ZTT firmó, publicó y promocionó los discos de artistas como Frankie goes to Hollywood, Grace Jones, Roy Orbison, Propaganda, Tom Jones, y muchos más. Eso, ochenteros, y qué!

Art

A principios de los ochenta, estos cinco deciden investigar qué se le puede sacar al Fairlight CMI y demás sintetizadores antediluvianos, comprando Trevor Horn uno de los primeros ejemplares. En esta época ya son muchos los grupos en integrar trozitos de música –samples- a sus canciones, casi como adornos. Pero Art Of Noise va a ir más allá y “manufacturar” canciones íntegramente con samples sacados del Fairlight, simultáneamente con músicos como el francés Jean Michel Jarre o los suizos de Yello. Antes de publicar sus propios temas, AON trabaja para otros, como ABC o el inefable Malcolm McLaren. En 1983 publican un primer EP, Into battle with the Art of Noise, y un año más tarde, el primer disco, Who’s afraid of The Art of Noise. El disco contiene entre otras rarezas, una de las joyas ochenteras, Moments in Love, de más de diez minutos de duración. Le canción que más se escuchó en los centros comerciales, parkings y ascensores de Europa durante años, sin que nadie acertara a decir who the fuck canta esto. Bueno yo sí sabía, me molan los 80’s, ja. Por cierto, Pitchfork le da un 8,6/10 al disco, algo es algo. En 1985 sale el segundo, con Paranoimia como canción más notable, con un vídeo que ponía en escena un muñeco virtual llamado Max Headroom. Claro, te suena eh? Luego le toca el turno a In No Sense, Nonsense!, tercer disco, publicado en 1987. Conceptual? Vanguardista? Pretencioso? Escuchado entero suena raro y puede resultar cansino. Hay que escucharlo muy por separado, porque contiene algunas perlas fascinantes, como el tema Debut, admirable y bellísima pieza clásica desafortunadamente demasiado corta. Y Yebo, world music alegre a tope. Y Crusoe, intimista. Te dejo con estas tres canciones, más el famoso Moments in Love. Son muy representativas de Art of Noise y su Fairlight. Benditas 80’s!

 

Escucha las mejores canciones de Art Of Noise