John Simon Ritchie fue algo así como un pobre cretino.
Prácticamente todos los que le conocieron están de acuerdo. Sin embargo es de los pocos que logró realizar su sueño, “Vive rápido, muere joven y conviértete en mito”. Sid Vicious es el ícono punk, o como dijo Malcolm McLaren, manager de The Sex Pistols, “Rotten es la voz del punk, Vicious la actitud”.
Curiosamente, vivió sus primeros ocho año en Ibiza, con su madre, que les mantenía vendiendo drogas. Después de regresar a Londres, tuvo una adolescencia a la Dickens, viviendo la mayor parte del tiempo en la calle, haciendo de camello en los conciertos en los que se colaba. Fue John Lydon, al que conoció con 16 años, que le encontró su apodo, Sid Vicious, del nombre de su hámster que le había mordido en un dedo. Ambos compartían un tugurio, donde escuchaban Bowie, T Rex y The Ramones. Cuando Rotten empieza con The Sex Pistols, Vicious se convierte en el máximo fan, miembro más visible del Bromley Contingent, grupo de seguidores de la banda. De natural más bien tranquilo, a veces se le saltaban los plomos, como en aquel concierto de junio 76, cuando agrede al periodista Nick Kent y le golpea con una cadena de bici. Se dice de él que inventó el pogo, el famoso baile frenético que nunca faltaba en los conciertos de los Sex Pistols, cuando en realidad si saltaba era porque era pequeño y muchas veces no veía nada. Rechazó una propuesta de matrimonio con Chryssie Hynde, futura cantante de The Pretenders, que buscaba así conseguir su permiso de residencia en UK.
Cuando el grupo de Johnny Rotten despidió a su bajista, le pidieron que le sustituyese, cuando no había tocado un bajo en su vida. Se cuenta que en las sesiones de grabación, tocaba el guitarrista en su lugar, y que en muchos conciertos desenchufaban el bajo. Su novia, Nancy Spungen, le inició con las drogas duras, convirtiéndole en pocas semanas en verdadero yonki. Cuando el grupo se separa durante la gira en los US en 77, él se queda con ella en Nueva York. Se alojan en el Chelsea Hotel, donde un día la encuentran a ella en la bañera, con un cuchillo en el vientre.
Acusado de haberle matado, Sid Vicious fue absuelto gracias a la labor de un abogado contratado por McLaren. Nada más salir de la cárcel, intentó suicidarse, por lo que le ingresaron dos semanas en un hospital. A su regreso, volvió a su vida patética de “estrella” de rock, y en una fiesta en su honor, casi mata al hermano de Patti Smith de un botellazo. De nuevo encarcelado, el mismo abogado le vuelve a sacar a los dos meses. Durante su primera noche de libertad, el dos de febrero de 1979, su propia madre le da sus dosis de heroína que le llevarán a la muerte.
Incinerado, será Malcolm McLaren el encargado de entregar las cenizas a su madre, en el aeropuerto londinense de Heathrow. Ella dejará caer la urna, y las cenizas terminarán barridas por el personal de limpieza del aeropuerto. “Vive rápido, muere joven y conviértete en mito”. Ya… no sé yo…
Antes, y para los siglos de los siglos, grabará una versión furiosa de My Way, de Sinatra. Muchas veces he dicho que es mi canción favorita. Sid, eras un pobre cretino, pero qué canción…
Escucha My Way, de Sid Vicious…