Omar Souleyman – Bahdeni Nami

Ayer no me aplastó un autobús de la EMT de milagro. Realmente no cruce la calle delante de ninguno y el más cercano que vi pasaría bastante lejos. ¿Entonces qué? Es una reflexión mía que me hago a menudo –uno se tortura la mente como puede-: cuando ocurre una desgracia fruta del azar, piensas en cada detalle de los pequeños acontecimientos que podrían haber llevado a la víctima justo en el momento y lugar equivocado, maldiciendo estos segundos de menos o de más que la hicieron coincidir con, por ejemplo, el piano que se descuelga y cae al vacío. Así que ayer supongo que la suma de los segundos ganados o perdidos se quedaría en cero y el autobús pasó de largo. Qué guay, estoy vivo. Celebrémoslo.

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Koudlam – Benidorm Dream

Hoy, es decir ayer, ando con unas ganas de escribir una entrada para el blog parecidas a las de colgarme por los testículos encima de una cloaca repleta de enormes cucarachas ansiosas por probar carne de Calimero. Para que veas si pasaría de largo, si pudiera. Pero no puedo, dije que a 1.000 llegaría, así que a 1.000 llegaré. Mama, quiero mi mamaaaaaa.

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