Midnight Oil – Beds Are Burning

El Gigante Verde. A Peter Garrett se le apodó desde el principio con este mote por su talla -1m93- y su compromiso con el medio ambiente. No, no soltaré el chiste de las calabazas, porque el líder de Midnight Oil se merece respeto –me haré viejo?-. Raras veces un artista ha utilizado su condición de rock star para defender sus principios ecológicos y humanistas como lo hizo este hombre. Y lo sigue haciendo. Una vez retirado de la música, se metió de lleno en la política de su país -fue varias veces músico de distintos gobiernos-, y se involucró especialmente en el reconocimiento de Australia a su población e historia aborigen. Aunque le deba mucho a la música, Peter Garrett es hoy en día uno de los pocos personajes australianos conocidos fuera de sus fronteras por su acción social y política.

Midnight Oil. El nombre viene de una vieja expresión, Burning the midnight oil, que se refiere al aceite de lámpara que se utilizaba antaño cuando uno necesitaba trabajar hasta tarde. Esta misma expresión utilizó Jimi Hendrix en su canción Burning of the Midnight Lampo. Y trabajar mucho Peter Garrett sabe lo que es. Su padre falleció cuando era joven, y su madre murió en un incendio cuando estaba en la Universidad, por lo que se tuvo que hacer cargo de sus hermanos. En 1971, recién cumplido los dieciocho años, se incorporó a una banda llamada Farm, como cantante. Al principio más como pasatiempo que otra cosa. Pasan los años, con mini giras sin salir de Australia, pero no es hasta 1976, una vez licenciado, que Peter Garrett se lo toma en serio. Cambian el nombre por el de Midnight Oil, crean un sello para auto-editarse, Powderworks, pasan a endurecer su sonido, y empiezan a crecer en el panorama musical del país.

De 1978 a 1982, Midnight Oil va a sacar un álbum por año, aunque si se hacen medianamente famosos, se lo deben esencialmente a sus actuaciones en vivo, poderosas y brutas. Fuera de sus fronteras, la música de estos canguros del otro extremo del planeta no cuaja, por demasiado simplista. En 1984, con el disco Red Sails in the Sunset, Midnight Oil sube un escalón. La portada del disco muestra una ciudad de Sydney devastada por una bomba atómica, para acompañar e ilustrar el combate de Peter Garrett contra cualquier uso de la energía nuclear -durante muchos años el cantante será un incansable anti ensayos nucleares franceses en el pacífico-. El disco se coloca en el #1 de las listas del país. Sin embargo a Peter la fama no le come el coco, y a petición de la banda aborigen The Warumpi Band, pasa casi un año entero en el legendario bush australiano.

Diesel

Y llegó Diesel & Dust. En 1987, Midnight Oil saca su sexto álbum. El disco de la consagración, ya no a nivel de su país, sino del mundo entero. Tuvo varios méritos, a parte de ser un disco musicalmente enorme, sirviendo un rock bruto y épico. Muy centrado en la lucha de los aborígenes para devolverles un sitio social y cultural en un país cuya política en su contra no estuvo muy lejos del apartheid africano, el mundo descubrió un pueblo ignorado, con derechos denegados, y un sufrimiento no propio en un país desarrollado. Más de 15 millones de ejemplares se vendieron en el mundo, y yo recuerdo el vendaval Midnight Oil como si fuera ayer. Claro que se lo debe mucho a la canción que abría el álbum, Beds are Burning, incluida en las 500 canciones que forman parte del Rock & Roll Hall of Fame. Muy comprometida políticamente, hablaba de devolver a los aborígenes las tierras que las autoridades australianas les quitaron a lo largo de la expansión colona por la isla. Es indudablemente uno de los himnos más cantados en Australia, hasta el primer ministro John Howard, declaró durante los JJOO de 2000 que era su canción preferida de Midnight Oil –el grupo la interpretó con la palabra Sorry pintada en sus trajes durante la ceremonia de cierre-. Ese mismo John Howard que siempre se negó a pedir disculpas al pueblo aborigen. Se ve que queda mucho por hacer, pero, en nombre de todos los Fioucks, gracias Peter Garrett por intentarlo. El rock debe ser eso, concienciar y reclamar. Y lograr.

 

 

 

Escucha Beds are Burning, de Midnight Oil

 

The Temper Trap – Sweet Disposition

Ya sé que va por rachas, pero últimamente no voy casi nada al cine. Además, las últimas dos veces, ha sido para ver dos películas bastante paquetes -con el guapo de Ryan Gosling-, y eso obviamente no ayuda a repetir. Alguna buena me habré perdido, y también más de un bodrio. Y luego están estas películas que no se sabe si has hecho bien en pasar de ellas o si te has lucido por idiota. Saber que hay pelís que se van a quedar para siempre en mi particular limbo cultural, ya que no veo la tele ni descargo, me mosquea. Es el caso de (500) días juntos, realizada por no sé quien, con no sé quien (chico) ni sé quien (chica), una comedia dramática US que tuvo cierto éxito en el año de su estreno (2009), gracias a su acogida en el festival de cine independiente de Sundance –y dos nominaciones a los Golden Globe, que no es poco-. En su día, me llamó mucho la atención la banda sonora, no es usual ver reunidos artistas como Pixies, Feist, Regina Spektor, Black Lips, Doves, Hall & Oates en una misma cinta. Si a la lista añades los australianos de The Temper Trap, vamos, apaga e idiotamonos.

The Temper Trap no llega todavía a los diez años de vida. Y no por ser de la otra punta del globo, pasa el tiempo al revés. No irrumpieron con dos discos en su haber, para terminar en un sótano, buscándose un nombre y soñando con ir de gira por el mundo. De hecho no irrumpieron, se lo tomaron con mucha calma. Cuatro años exactamente, entre el primer sótano y el primer disco. No es que tuviesen que lidiar con un montón de canguros peleones, ni se perdieron por el desierto, es sólo que después de reflexionar meses acerca del nombre de la banda –Temper Temper-, se dieron cuenta de que ya había un grupo americano llamado así. Así que, plof, otra vez encerrados en el sótano viendo vídeos de surf en youtube, hasta que un día uno de los componentes vio la luz –cambió la bombilla- y decidió que serían las trampas de humor. The Temper Trap. A partir de ahí, ensayaron, afinaron su estilo indie pop épico, tocaron en bares, actuaron en conciertos, destacaron en los medios locales, hasta finales de 2008, año en el que llegaron a la misma conclusión que todos los grupos australianos desde hace medio siglo: “esto se está quedando pequeño”. Los más sinceros añaden “y ya me conozco todas las groupies buenas“. Así que volaron hasta UK, donde no tardaron mucho en hacerse un hueco: contrato, conciertos, familla, festivales, entrevistas, artículos, programas, premios. Fundamentalmente, lo mismo que les pasaba a 20.000 kms, pero con canguros más pequeños y forma de oveja.

Conditions

En 2009, The Temper Trap saca un primer álbum, Conditions. En Australia se instala cómodamente en la parte alta de las listas, al igual que en Inglaterra, donde el disco llega durante el verano 2009. Indie pop atmosférico y alegre, para un disco realmente muy bueno –a pesar de lo que digan los de pitchfork que no le dieron ni la media, 4,6 / 10,0-. Les vi en el Moby Dick de Madrid en noviembre de aquel año, en una actuación más que digna. No los volveré a ver, en 2012 sacaron un segundo disco que no me convence, con un primer single, Need Your Love, acompañado de un vídeo a lo Karate Kid bastante ridículo. O algo se me escapa, que también es posible.

 

 

Escucha algunas de las mejores canciones del primer disco de The Temper Trap, Conditions.