Acabo de leer un artículo sobre la lacra de las imitaciones y demás falsificaciones, con unos números que dan el vértigo: millones de empleos destruidos y un lucro cesante de miles de millones de € tanto para las empresas afectadas como para los gobiernos. Bolsos, relojes, gafas, esto para la parte conocida, en la que uno compra a un precio irrisorio un bien malamente copiado. Pero mucho menos conocidos lo son otros sectores en los que puedes adquirir sin saberlo productos imitados lejos de ofrecer las mismas garantías de seguridad, como medicamentos, sacos de cemento, pilas o piezas de automóvil. ¿Ays, será mi Frenadol Hot Lemon un fake?
Martin L. Gore – Counterfeit
Responder