Le Mystère Des Voix Bulgares – Volumen 2

Cuando piensas Búlgaro, instantáneamente te imaginas a un halterófilo sudoroso y achaparrado, de estos que se reconvierten luego en recadero redentor de morosos, con la tasa de recobro más alta del gremio. Sólo con verle las manos, sueltas el doble de lo que debes. Eso sí, hay algunas figuras más amigables. Los culés recordarán a Stoichkov, los geeks a Atanasov (co-inventor en 1937 del ABC, primer ordenador numérico electrónico, casi diez años antes del ENIAC), y los cultos a Elias Canetti (escritor en lengua alemana pero búlgaro de nacimiento, Nobel de literatura en 1981). Y luego están las búlgaras, wow. Por ejemplo, yo recuerdo a Le Mystère des Voix Bulgares, Coro a cappella extraterrestre, que tuve el enorme privilegio de descubrir en concierto en París en 1988.

En 1952, un responsable de la Radio Televisión Búlgara, Philip Koutev, monta un coro femenino, compuesto por voces cuidadosamente seleccionadas, procedentes de todas las regiones del país. De no ser por la valiosa labor del suizo Marcel Cellier, es probable que el Coro hubiera pasado a mejor vida con el paso de los años. Pero este etnomusicólogo, músico poli intrumental, editor y productor durante décadas de las músicas de Europa del Este más variadas, se enamoró de las búlgaras a principios de los  70’s. En 1972 –al muro le quedan todavía 17 años para ser derrumbado-, realiza distintas grabaciones del Coro y empieza a emitirlas por radios nacionales francófonas, en varios programas titulados Le Mystère des Voix Bulgares. Ante el éxito de las emisiones, la Radio Televisión Bulgara decide adoptar el nombre para el Coro. Las grabaciones recibieron muchos premios a lo largo de los años, cosa que no impide que caigan en el olvido pocos años después.

Mystère

Ahí es cuando me fascina la música, esa capacidad única que tiene para enlazar polos/comunidades/razas/religiones, aparentemente opuestos. Peter Murphy, ex cantante de Bauhaus, grupo post punk cold wave por excelencia, resulta ser fan histórico del Coro y decide transmitir su pasión a Ivo Watts-Russell, dueño del sello 4AD, editora de los discos de Bauhaus. Este último no lo duda un instante, y después de dejarse embriagar por las voces Búlgaras, se pone en busca del suizo para firmar un acuerdo de re-distribución del material ya editado. 1986, sale el primer álbum de Le Mystère des Voix Bulgares, que sacude a buena parte de Europa. Dos años más tarde, se edita el segundo volumen, que recibe un Grammy Award en 1989.

4AD fue el sello de unos cuantos grupos emblemáticos y atípicos –Cocteau Twins, Bauhaus, Pixies, The The, Tindersticks, The National-, no es de extrañar que le correspondiera darle luz al Coro búlgaro. Son sólo dos discos, pero no dejan de ser íconos de una época en la que la sensibilidad, la elegancia y la belleza importaban más que ahora. Como soy consciente de lo difícil que resulta convencerte por escrito, te dejo con el volumen II. Escucha los temas 2, 10 y 12. Y luego el resto. Estas voces, por dios. Son conmovedoras. Hermosas. Luego qué más da…

  

  

Escucha entero el volumen 2 de El Mystère des Voix Bulgares