Me han dicho varias personas que mi post de ayer olía a pereza total, como que no muy digna. Que a ver si levantamos cabeza, Fiouckiño. Pues vamos mal. Si ayer fue pereza, hoy es apatía. Peor, se trata de un caso flagrante de astenia otoñal. Odio cuando el verano da las primeras señales de flaqueación, o flaqueamiento, o flaqueismo, como se diga. Unos dirán que de qué hablo, que en Islandia para sentir los efectos de tener 33 grados, se tienen que quemar las botas en las laderas de un volcán con nombre impronunciable. Yaaaaa. Pero se le ve, el verano quiere tirar la toalla y pasar el relevo. ¡¡Si anoche he tenido que taparme con las sábanas!! This is the end, entiéndeme, el muy cabrón me va a dejar tirado.
Moodoid – Le Monde Moo
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