Yves Montand, sentado a la derecha de Edith Piaf en el trono de los artistas franceses más internacionales. Cual Rubick’s Cube de cuatro caras, Montand se construyó una carrera mezclando facetas de cantante, actor, político y galán. Un Sinatra francés, sin la pata productor, pero mejor actor; y con él que se podía hablar de asuntos de política internacional sin riesgo de que tres matones interrumpiesen la charla y te sacaran por la puerta trasera. Vivió intensamente tantas historias que daría para varios libros. En la ambulancia que le llevaba a urgencias después de sufrir un desmayo durante el último día de rodaje de su última película, le dijo al médico: “Sé que me voy a morir pero no pasa nada, he tenido una hermosa vida”. Murió al día siguiente, el nueve de noviembre de 1991, dejando a Francia huérfana de su artista más querido.
Yves Montand – Les Feuilles Mortes
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