Si el rock no ha muerto todavía es porque algunos artistas no se cansan de insuflarle vida, con boca a boca, respiración artificial y masaje cardiaco, como si se jugasen su propia vida en ello. Paul Weller es un o de ellos. Desde The Jam allá por el 1977, hasta Sonic Kicks, último trabajo del maestro editado en solo en 2012, Paul Weller se ha ganado el respeto de todo UK (aunque fuera de las fronteras del reino unido no goza de tanta fama) por ser fiel a si mismo y a cierta idea del rock.
Paul Weller y su primera banda, The Jam, da sus primeros conciertos en UK en 1977, en plena efervescencia punk. No se les sitúa con facilidad en el espectro del momento, mitad punk, mitad new wave, tocan con la misma energía pero con trajes y corbata negra. Se les asocia con el renacimiento del movimiento mods, aunque su primer gran golpe lo dan como teloneros de The Clash en la gira White Riot en 1977. El grupo conoce la gloria en 1980 con la canción “Going underground”, #1 en los charts británicos.
Pero Paul Weller no se conforma con ser una estrella. Quiere explorar nuevos horizontes musicales y se separa de The Jam en 82. Al año siguiente monta una nueva banda con estilos muy distintos, mezclando jazz, pop, soul y ritmos más bailables. The Style Council lidera un movimiento pop jazz con otros artistas como Matt Bianco, Sade, Everything but The Girl. Cuando finiquita esta segunda aventura, Paul Weller está en la cima. Pero siente la necesidad de pasar a otra cosa.
Después de quedar en la sombra algunos años, retoma una carrera en solitario a mediados de los 90, sacando en 20 años más de 10 álbumes, algunos de los cuales permanecen en el UK como referentes, con clase y compromiso. El décimo de la serie es Wake Up the Nation, indudablemente el disco más rock de la trayectoria en solitario de Paul Weller. Rock como no se hacía desde décadas atrás. Nominado a los Mercury Music Prizes el año de su lanzamiento (2010), es el primer trabajo de Weller en contar con un ex The Jam (Bruce Foxton) desde 1982. Un disco soberbio, con una energía envidiable.
Fast car / slow traffic, mi canción preferida de 2010.