No he montado nunca un grupo de música, pero sí varias empresas. Aunque sean dos aventuras muy distintas, ambas tienen un punto en común: en algún momento hay que darle nombre. Al principio es divertido; se te ocurre un montón de idioteces ideas, absurdas o divertidas muchas. Pero pronto hay que volver a la triste realidad –al registro mercantil la guasa no le va-, como cuando ajustas la corbata después de pasar tres semanas sin cambiar de camiseta –lo digo por ti, yo sólo me he cogido cinco días-. Los grupos lo tienen más fácil, sólo se tienen que preocupar que no este ya cogido, luego cualquier ocurrencia vale. Y siempre me ha gustado averiguar su origen.
The John Steel Singers – Everything’s A Thread
Responder