Lizzy Mercier Descloux – The Long Goodbye

¡Puah! Hoy igual no procede reírse, toca día no future, negro negro negro negro, Fiouck’n’roll cumple cincuenta años. Me entenderán los que ya han pasado por ahí. Los demás, os ruego no bostezar de aburrimiento, ya os tocará. Menuda faena cumplir esta m… de medio siglo, me supera, suena a acabado, a calcetines ejecutivos en mocasines de borla, a pantalón salmón demasiado corto, a chaqueta azul marino, a coche familiar, a pareja recelosa, a astemia de las cuatro estaciones, a televisor encendido, a pelo rapado para borrar la tonsura, a tripa de sobremesa, a vinilos polvorientos en el fondo del armario, a lady gaga de sonido de llamada, al hormiguero, a chequeo médico intranquilo. ¡Buaaaah, no quierooo! Pero por si acaso, que sirva el post de hoy para dejar constancia de la canción que quiero escuchar en mi último suspiro –si me pilla de sorpresa, ponerla después, nunca se sabe-: The Long Goodbye, de Lizzy Mercier Descloux.

Martine-Elizabeth Mercier. Nació en Paris en 1956, aunque se crió en Lyon con su madre –no conoció a su padre antes de cumplir cuarenta y siete años, pocos meses antes de que un cáncer se la llevara, en 2004-. Antes de cumplir los dieciocho, subió a Paris para estudiar Bellas Artes, adolescente probablemente atormentada, poeta, dibujante. Encontró un estudio en el 11 rue des Halles, justo en frente de una tienda llamada Harry Cover –un juego de palabras con haricot vert, judía verde, muy malo-, lugar que se iba a convertir en el punto neurálgico parisino de todas las modas y corrientes musicales de finales de los 70’s, punk rock y new wave. Vinilos importados, posters, camisetas, libros, ays, cómo mola. Ahí conoce al dueño, Michel Esteban, con el que entabla una profunda amistad –y algo más al principio-que perduró hasta el último soplo de vida de Lizzy. Michel Esteban fue una figura en el underground parisino. Fundó el fanzine Rock News en 1975, que cubrió toda la actividad rock y punk londinense y neoyorquina durante algunos años. Con Lizzy, presenciaron y relataron todos los conciertos que han marcado esta bendita época, Sex Pistols, Clash, Stooges, Patti Smith, Ramones, Siouxsie, Billy Idol –antes de que se volviera pop-.

suspense

En 1975 ambos se marchan a Nueva York. Allí comparten piso con Patti Smith y Richard Hell. Con John Cale, Esteban funda el sello Ze Records, editor de algunos de los artistas más importantes de la época y apoyo material del movimiento No Wave. Mientras tanto, Lizzy escribe, aprende a tocar, compone sus primeras canciones. En 1978, publica su primer EP, Rosa Yemen, y el año siguiente, el álbum Press Color. Alabado por la crítica, desgraciadamente se distribuye muy mal y no vende apenas, fracaso que ella encaja muy mal. En 1981, desde Las Bahamas, saca un segundo álbum, precursor de la world music, mezcla de sonidos procedentes del Caribe, África, rock, soul y funk. Luego viaja a África, continente que recorre siguiendo los pasos de Arthur Rimbaud, desde Etiopia hasta Soweto, Sudáfrica, en pleno apartheid, y bastante antes de Paul Simon. En 1984 saca su tercer álbum, Zulu Rock, del que CBS saca el único hit de su carrera, Mais où sont passées les gazelles –Pero dónde han ido a parar las gacelas-. En 1986 se va a Brasil, desde donde se publica el cuarto, One for The Soul, acompañada por la trompeta de Chet Baker en cuatro canciones. Dos años más tarde sale Suspense, quinto álbum, desde Londres. Este es el disco que contiene mi marcha fúnebre, The Long Goodbye. Luego ya se cansa, sigue componiendo para otros, bandas sonoras, pinta, escribe poesía, desde el caribe francés durante algunos años, y finalmente en Córcega, l’île de Beauté –la Isla de la Belleza- en la que la más fea de las enfermedades la fulminó en 2004.

Yo me quejo de cumplir cincuenta. Ella no pudo. Me encanta la música que hizo, y me fascina el personaje y su historia. The Long Goodbye.

 

 

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