Deliverance – Dueling Banjos

En 1972, cuando John Boorman –Excalibur, La Selva Esmeralda, Zardoz, Hope en Glory, etc- realiza Deliverance, sólo intuye que ha hecho una buena película. Lo que no imaginaba, es el revuelo que se armaría nada más estrenarse, ni tampoco que cuarenta años más tarde, la gente seguiría sin saber si la recuerda por la aterradora escena de violación o por el duelo de cuerdas, guitarra vs banjo.

La película -con John Voight, padre de Angelina Pato Donald Jolie, Burt Reynolds, Ned Beatty y Ronny Cox- transcurre íntegramente por el norte del estado de Georgia. Cuatro ejecutivos de Atlanta deciden bajar en canoa un río condenado a desaparecer por la construcción de una presa. Viajan en coche hasta la zona de salida, para iniciar lo que iba a ser la aventura de sus vidas, pero que inesperadamente se convierte en una pesadilla mortal. En esta época, en los bosques profundos de este estado sureño –situado en la parte del país más avanzada en temas de derechos humanos e igualdad de condiciones entre las razas-, los habitantes todavía están asimilando los avances del siglo XIII: consanguinidad, incestos, endogamia. Después de siglos de estas prácticas de alta moralidad y desarrollo cognitivo, la población local alcanza un nivel intelectual del que muchos simios podrían avergonzarse, violentos, sucios, incultos, sin ley ni tabúes. Y por un motivo no muy claro, algunos de estos energúmenos deciden cebarse con los cuatros urbanos educados, y toda la película relata la lucha entre los turistas atemorizados y los tarados locales, con algunas escenas realmente crudas, que alcanzan su cima cuando uno de los degenerados viola a Ned Beatty, obligándole a chillar como un cerdo.

Dueling Banjos

Justo antes del inicio de las hostilidades, cuando todavía se encuentran en la salida, negociando con un local el precio a pagar para bajar los dos coches hasta la llegada del descenso, uno de los cuatro coge su guitarra, se pone de pie frente a un niño con pinta de retrasado mental que asusta y banjo en mano. El hombre empieza a tocar, le sigue el niño, y durante tres minutos luminosos, ambos se enfrentan en un duelo legendario, guitarra contra banjo, ciudad contra campo, luz contra oscuridad. El tema se ha convertido desde entonces en una obra culta. Procede inicialmente de una canción creada por Arthur Smith, en 1955, llamada Feudin’ Banjos. La versión de la película fue re-interpretada por Eric Weissberg, multi instrumentista, y Steve Mandell. Realmente el niño, Billy Redden, no sabía tocar, y fue un músico local, Mike Addis, quien prestó su virtuosismo con el banjo para el rodaje. La obra final, se quedará cuatro semanas en el #2 de los charts US, sólo detrás de una canción de Roberta Flack.

Dueling Banjos, uno de los temas cinematográficos más famoso del cine. Sólo con escucharlo, estremece lo que sigue. Inmensa joya de la música popular.

Escucha Dueling Banjos, de la película Deliverance

Laura Mvula – She

A star is born, indudablemente mi corazonada 2013. Estoy convencido de que no se trata sólo de un flechazo, Laura Mvula está aquí para durar, su talento es asombroso y su música emociona como raras veces. Lo intuyo, porque me provoca los mismos sentimientos que cuando descubrí en su día a Amy Winehouse.

Laura Mvula es inglesa, cómo no. Por qué una nación que come y viste tan mal, tiene tanta facilidad y riqueza para la música? Esto es como la hipótesis de Riemann, se tardarán siglos en dar con una explicación satisfactoria.

Veintiséis años, nacida en Birmingham de padres procedentes del caribe inglés, desde muy joven mostró una predisposición para la música, instrumentos como el piano y violón, estilos como el góspel, el jazz, el R&B, ambientes como los coros de su comunidad. Su tía había fundado la formación Black Voices, muy respetado en la ciudad, a la que se unió poco a poco y muy naturalmente, y donde su don empezó a deslumbrar. Estudió –y es diplomada- en el conservatorio, donde recibió una formación clásica fundamental a la hora de componer sus canciones, y conoció a quien es hoy su marido, Themba Mvula, baritono de origen zambio, con él que se produjo durante varias temporadas en distintos coros amateurs. Después de una primera experiencia con un grupo de jazz y nu soul llamado Judyshouse, aprovechó el tiempo que le dejaba un trabajo de recepcionista para escribir canciones.

laura mvula

En 2012 publica un primer EP que incluye la maravillosa She. Desde entonces se ha escrito mucho sobre ella, logrando lo que pocos: una total unanimidad en las críticas y comentarios a la hora de dar la bienvenida a esta nueva estrella. Un periodista de The Guardian hasta acunó un nuevo estilo para ella, la gospeldelia -qué rayos querría decir este señor?-. Laura Mvula tiene una receta, se conocen los ingredientes, pero no las proporciones. Una base grande de talento y originalidad, un toque místico y religioso, una pizca de felicidad, y luego mucha alegría, corazón y alma. Lo que la hace única, es su capacidad, gracias a su formación clásica, a componer con instrumentos casi olvidados –arpa, glockenspiel, theremín, campanillas-, y realizar arreglos muy sofisticados, mezclando con una facilidad pasmosa suaves coros soul con cierta exaltación sinfónica. Un concentrado de todas las emociones. En su primer álbum, Sing to the moon, publicado hace dos meses, consigue ofrecer doce canciones que no se parecen mucho entre si, aunque suenen todas unidas por un fino hilo de soul góspel revitalizante, con una variedad de sonidos, tonos y ritmos digna de las más grandes.

Laura Mvula, artista absolutamente vital, revelación 2013, heredera de la mejor Nina Simone, entra directamente en mi top 50.

 

 

 

Escucha algunos temas de Laura Mvula.

Des’ree – Feel So High

Si tuviera que elegir la canción que tarareaba sin parar cuando llegué a España, ésta sería sin duda Feel So High, de una joven cantante inglesa llamada Des’ree. El tema formaba parte de su primer álbum, Mind Adventures, publicado pocos meses antes de mi llegada aquí. 1992, España está en boca de todos. Que si los JJOO de Barcelona, que si la Expo de Sevilla, que si Madrid con la estampa de “Capital Cultural Europea”. En todo el continente se la empieza a llamar La California de Europa. Ya. Más bien Californication, como decía los Red Hot Chili Peppers, porque perdura esa desagradable sensación de que nos han jodido, y bien.

Desiree Annette Weeks había nacido veinticuatro años antes, en Londres. Madre de British Guyana, padre de Barbados, creció en un ambiente muy musical, con ración diaria de Reggae, Calypso y Jazz. Desde muy pronto sabía que se iba a dedicar a la música, y se puso en marcha a la vuelta de un periodo de varios años en Barbados con su familia. Encontró un trabajo en la Tate Gallery de Londres, como asistente de investigación, y aprovechó que transcurrían los días de forma muy aburrida para componer y escribir sus primeras melodías y letras. Cuando por fin se lanzó, juró solemnemente que nunca más volvería a hacer de asistente en la Tate.

Des'ree

Mind adventures fue muy bien recibido tanto por la crítica como por el público. Esa mezcla suave de soul, dance y R&B encontró su hueco en los charts de media Europa. Se benefició de una vía abierta cuatros años antes por Tracy Chapman y su Talkin’ Bout a Revolution. Menos comprometida, más ligera, Des’ree me deleitaba los oídos con su voz grave, pelín ronca. Logró la consagración con su segundo disco, I ain’t movin’, dos años más tarde. El primer single, You Gotta Be, arrasó. La letra no era gran cosa, parecía uno de estos libros tipo Cómo sentirse seguro o 10 lecciones de autoestima. Pero la melodía suave, el tono alegre y un vídeo elegante y muy efectivo ayudó a vender varios millones de copias.

En 1998, Des’ree saca un tercer álbum. Con Supernatural, va a afianzar su éxito en ventas, a la vez que estar el centro de una pequeña controversia acerca de la letra de Life, el tercer single extraído del disco. Life fue sin duda el gran éxito de su vida, se colocó #1 en muchos países europeos, aquí en España también. Pero fue también, de alguna forma, el principio del fin para esta artista. En una curiosa encuesta radiofónica de la BBC, a la pregunta ¿cuál es la peor canción pop jamás escrita? (en cuanto a la letra se refería), se hizo con el primer puesto con Life, por, bien es cierto, unos versos tontos –muy-, juzga tú mismo :

I don’t want to see a ghost  /  It’s the sight that I fear most  /  I’d rather have a piece of toast  /  Watch the evening news

No quiero ver a un fantasma  /  Es la visión que más temo  /  Prefiero comer una tostada   /  Ver las noticias

Ya, muy brillante no es la verdad. En esta votación, la seguía Snap (Rythm is a dancer, por la frase I’m as serious as cancer /  When I say rhythm is a dancer), Razorlight (Somewhere else, And I met a girl/ She asked me my name/ I told her what it was), pero también Oasis, U2, Black Sabbath, etc

Años más tarde denunció a la BBC por el trato vejatorio recibido en esta encuesta. Lo que está claro, es que nunca volvió a ser la misma, sacó otros dos discos, pero de forma discreta, el último hace ya diez años. Y por cierto, desde entonces pasó algunos años en una universidad de Londres para completar su formación, y mientras estudiaba, volvió a hacer de asistente de investigación en la Tate Gallery. Mujeres…

Escucha las mejores canciones de Des’ree.