Devil’s Anvil – Hard Rock From The Middle East

Después de la solemnidad del post de ayer sobre Maria Callas, un poco de delirio iconoclasta viene bien. Relax. Además apuesto un gintonic –Plymouth, para que veas- que en tu vida habías oído hablar de The Devil’s Anvil. Igual que yo hasta hace diez días. Te gano, tengo un pool de recomendadores muy puesto.

The Devil’s Anvil –el yunque del diablo- es un grupo neoyorquino de mediados de los 60’s. Una banda increíblemente moderna por tener la edad que tiene, casi cuarenta años. Desaparecieron después de un único disco y es una pena porque no estaría mal saber qué le echaban al café para poder producir semejante música. Un rock psicodélico con claros sonidos árabes. Veinte años antes del Raï y su ejército de Chebs, Khaled, Mami, Hasni, y Chebas, Fadila, Zahouania. Treinta antes de Rachid Taha. Les descubrió el productor Felix Papparladi, en 1966, en Greenwich Village, donde solían producirse en pequeños clubs, en plena efervescencia hippie y folk. Papparladi no era precisamente un desconocido, era bajista de la banda Mountain y luego se le conoció sobre todo como el cuarto miembro de Cream, a pesar de sólo realizar los arreglos de la banda a partir de su segundo álbum Disraeli Gears –que Rolling Stones sitúa en el puesto #114 de su lista de los 500 álbumes más grandes de la historia-. Total que, un día que iba deambulando por las calles del Village, se cruzó con el grupo tocando frente a un chiringuito. Les propuso llevarles hasta sacar un álbum, que necesariamente iba a funcionar.

devil's anvil

Pero no funcionó. Hard Rock From The Middle East tenía una mala estrella. Fijate en la portada y luego date cuenta de que salió en plena guerra de los seis días, entre Israel y sus vecinos árabes. En los US no se juega con la seguridad del país de las pequeñas paraguas kípas. Así que no se vendió, simplemente los medios de comunicación y especialmente las radios se olvidaron de darle salida y audiencia, y cayó en el olvido. Es injusto, y os habla un especialista en Calimeros. El disco era un bombazo y hoy sigue siendo igual de moderno que en 1967. Steve Knight (guitarra rítmica, bajo, bouzouki), Jerry Satpir (guitarra, canto), Elierzer Adoram (acordeón), y el músico de origen árabe Kareem Issaq (oud, canto) compusieron un álbum brillante, original y sorprendente, de psicodelismo oriental vanguardista, con sonidos procedentes de Turquía, Irán, Grecia y Egipto, todo en un mix muy coherente. Claro que ya se había escuchado antes en otros discos algún instrumento oriental, pero en el caso de este álbum, tenían el absoluto protagonismo, al igual que las guitarras, baterías y bajo. Primero el Oud, un instrumento de cuerdas árabe milenario, se parece a una guitarra en forma de pera cortada en dos. Y el bouzouki, otro instrumento de cuerdas antiguo, esta vez de Grecia, similar a un Oud, pero con forma de medio higo. Y la tanpura, parecida al Bouzouki, aunque de la India, bonita mandarina ligeramente aplastada. Alegre ensalada de frutas acompañada del Goblet Drum, especie de tambor en forma de copa de balón –para el gin tonic-, originario del norte de África y de Oriente próximo.

Así que Hard Rock From The Middle East no funcionó y desapareció del panorama. En 2001 lo reeditaron, para ver si iba a cuajar mejor, pero esta vez coincidió con los atentados contra las torres gemelas y el pentágono. Gafe.

Te dejo con tres temas del disco, muy ilustrativos. No ha envejecido el sonido, tremendo.

 

 

Escucha algunas canciones de un disco sorprendente, Hard Rock From The Middle East, de The Devil’s Anvil