“Lo vais a pagar por haber insultado al profeta”, escupieron antes de matar a quemarropa a doce inocentes. Cuando los pille la policía -no me imagino otro desenlace, a no ser que su cobardía no tenga límites y se peguen un tiro-, se instruirá la causa, se les nombrará un abogado, se buscarán y aportarán atenuantes si los hay, se debatirá, asegurándose el marco judicial de que todos los que tengan algo que decir puedan hacerlo desde el máximo respeto a las leyes, rendirán cuentas ante la justicia terrestre y pagarán por sus terribles crímenes. Asumiendo que quedará impune el insulto a nuestro apego indefectible por la libertad, les veremos aterrizando en alguna celda, en las que la administración penitenciaria tendrá a bien ponerles Frederic Chopin, única forma de que algún día sean capaces de captar cuan hermosa puede ser la vida.
Frederic Chopin – Nocturnos
3