James – Getting Away With It

James es una de estas bandas de toda la vida que me he perdido casi por completo. ¿Por qué? Y yo qué sé… Creo que nadie me mira mal por ello, pero aún así, es algo que no me explico bien. Llevan más de treinta años on the road, han publicado trece álbumes de estudio, de los que se han vendido más de veinticinco millones de copias -¡¡25!!-, y yo tan pancho, como si no existiesen. Y no sirve decir “y ellos, conocen a Fiouck?”. Porque ellos seguro que me conocen, así que no vale. Creo que no he escuchado a ninguno de sus álbumes. No sabría mencionar ninguna de sus canciones.

James

¿Ninguna? No exactamente. Hay una, una única canción de su intensa discografía, una de estas que, de naufragar en una isla desierta, se agradecería que fuera con un reproductor –me conformo con que sea de cassette-, varias cajas de pilas y el tema Getting Away With It. Para bailar alrededor de la hoguera esperando a que el oso se ase –menuda isla-. Porque este tema invita a bailar, a abrir la ventana –me he hecho una cabaña en condiciones-, a levantar los brazos y a bailar, a bailar, a bailar… Empieza suavecito y termina frenético, hay épica y alegría, lirismo y emoción, es grandiosa, wow, James, lo siento, ahora escucharé el resto de vuestra discografía, lo prometo.

Venga, hoy es domingo, ya sabes, escucha Getting Away With It, luego zumito y a misa.

Escucha Getting away with it, de James