Laura Marling – Alas, I Cannot Swim

La música está llena de consideraciones en principio antagónicas, como mínimo incompatibles. Veamos el caso Laura Marling. Ella es una digna representante de la folk music inglesa. No soy muy de este género, salvo contadas excepciones –como la de esta rubita por ejemplo-, pero entiendo que es la música de los hippies, los peludos peace and love de los sesenta, anti establishment, anti sistema, pro amor y sexo libre, grandes cigarros y gafas redondas. Meditar, trabajar lo mínimo y vivir del cuento. Pero curiosamente ella procede de un entorno familiar justo en lo opuesto. Su padre es baronet. Algo así como un barón chiquitín. Más que un Caballero, pero no lo suficiente como para tener su asiento en la cámara de los Lores. Casi un don nadie jatetu, pero que se hace llamar Sir, ama a una única mujer en su vida, no tolera descarríos sexuales –sobre todo si no son suyos-, fuma habanas, lleva monóculo, y va a la iglesia. Por lo demás eso sí es bastante parecido, trabaja lo mínimo y vive del cuento.

Pues la Marling, aún procediendo de una finca azul, se ha convertido en una de las grandes figuras de la música folk. Se veía venir; estudió en un colegio Quaker –nada que ver con los cereales- y años más tarde declaró que ahí dentro se sentía rara. No es para menos. Con 16 años, se marcha a Londres –era la última retoña Marling, y el título de barón chiquitín se transmite al hijo mayor, para qué quedarse francamente- y muy rápidamente integra un movimiento musical naciente, llamado nu-folk, donde se hace un montón de amigos con gafas de pasta –la moda cambia, ya nadie respeta nada-. Colabora y canta con bandas “famosas” –no nos pasemos eh?-, Noah and the Whale, The Rakes, e incluso sale en el clip de la canción Young Love, de Mystery Jets. Aplica las buenas viejas reglas hippies coleccionando novios y rollos –todos músicos de bandas que le ayudaron a hacerse un hueco, qué mal pensado eres Fiouck-, compone y escribe canciones propias, que auto edita en EPs de los que luego renegó, antes de firmar con Virgin para publicar un primer álbum, Alas, I Cannot Swim –probar con aletas, listilla-.

Laura Marling

Sale en 2008, de la mano de su free rollo de aquel entonces, Charlie Fink, de Noah and the Whale. La acogida fue muy buena. Para que me guste a mi un disco de folk tiene que tener un algo que no me saque de quicio a los dos minutos. Vendió más de cien mil discos en UK, un dato revelador del talente de la chiquilla, que acababa de cumplir 18 años (¡¡dieciocho!!). Fue nominado a los Mercury Music Prize –algo así como los Oscars de la música en UK-, recibió criticas calurosas –la que más sonó fue que era la digna sucesora de Joni Mitchell-, y NME situó el tema My Manic and I en el #146 de su lista de las 150 mejores canciones de los últimos 15 años. El disco es realmente muy bonito, su voz suena fuerte y las melodías frescas. Vamos, que lo puedes escuchar un día lluvioso y triste, no te vas a pegar un tiro.

Escucha entero Alas, I Cannot Swim, de Laura Marling