James Brown – Live At The Apollo

La vida de James Brown había empezado de la peor forma posible, y terminó igual. Por lo menos entre ambos extremos vivió como el dios que fue, padre del funk, padrino de la soul, hijo del rythm & blues y del góspel. No fue sólo por sus canciones y sus bailes, sino por lo influyente y revitalizador que fue, y lo totalmente entregado a la causa de la música. Una figura del siglo XX, una leyenda y un mito. Amen.

No se sabe a ciencia cierta cuando nace. Él dice que en 1933, pero se cree que fue más bien cinco años antes. Eso sí, nace en un entorno de pobreza radical en el sur de los EEUU. Su madre le abandona al poco de nacer y se le entrega a una tía. Para ayudar a subsistir a su familia de adopción, trabaja de niño en los campos de algodón o como limpiabotas. Pero de adolescente se mete en problemas con la justicia, con dieciséis años le encarcelan en un centro de detención juvenil por un ataque a mano armada. Durante su estancia en el centro, monta una banda góspel con otros tres colegas de rejas, iniciativa que le va cambiar la vida. En un partido de baseball entre el equipo de la cárcel y uno del exterior, conoce a Bobby Byrd, un músico de soul y R&B, que, con la ayuda de su familia, obtiene una puesta en libertad bastantes años antes de lo que marcaba su condena. Estamos en 1956, Bobby Byrd le acoge en el seno de su banda Avons, la rebautizan The Famous Flames y arranca la leyenda James Brown.

Ese mismo año sacan el single Please Please Please, primer éxito del grupo, con más de un millón de copias vendidas. James Brown empieza a deslumbrar. En cada actuación canta como si se jugase la vida en ello, esto es soul señores! Ningún otro artista en la historia de la música popular ha dado tanto a su público como él. Y sus pies, tremendos. Cuando baila, tienen vida propia, se mueven de forma frenética –Michael Jacson le “copiará” bastante años más tarde-. El cantante es carismático, gusta tanto a negros como a blancos, las chicas gritan y se desmayan sin importar el color. Eclipsa por completo a Bobby Byrd y todos se convierten en sus músicos, encantados del rumbo que James Brown está dando a la aventura.

Apollo

Hacia finales de 1962, James Brown quiere sacar un álbum Live. Sabe que es en los conciertos que se gana su fama de showman como nadie. Pero su discográfica no está de acuerdo. Alega que un disco Live sin canción nueva que proponer no va a funcionar, y se opone. James Brown y los músicos de los Famous Flames financian ellos mismos la grabación de la actuación que dan la noche del 24 de octubre de 1962, en el Apollo Theater de Harlem. La discográfica termina aceptando editar el disco, a principios de 1963. Live at The Apollo es un monumento a la música en general, a la soul en particular, se quedó 66 semanas en los charts americanos. Rolling Stone lo clasificó en el #25 de su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. La librería del congreso de EEUU lo eligió con otros 49 discos para figurar en el Registro Nacional Musical –National Recording Registry-. Luego James Brown seguirá sacando enormes hits –Sex Machine, I got you (i feel good), It’s a man world, etc-, logrará lo impensable al conseguir que Michael Jackson y Prince suban a tocar con él durante un concierto, interpretará el papel de un cura loco en The Blues Brothers, pero no evitará recaer en muchos líos de drogas y violencia de género que desgraciadamente mancharán su fama. Por mi que está perdonado este artista inmenso e imprescindible.

 

Escucha entero Live at the Apollo, de James Brown