Estos hippies… Más vagos! Sacan un álbum con tan solo cuatro canciones -la quinta es la segunda parte de la primera- y se incendian las tiendas de discos de medio mundo. Para el lanzamiento se imprimieron 250M copias en UK y 900M en EEUU. Nunca antes se había anticipando tanto en números para un estreno. No se equivocaron las cabezas pensantes de la discográfica -que sí, que los hay-, en total se vendieron trece millones de discos de Wish You Were Here. Una auténtica joya, una obra asombrosa y eterna.
Ya sin Syd Barrett -este les hizo una visita durante la grabación pero nadie le reconoció por lo gordo que se había puesto-, David Gilmour y Roger Waters aprovecharon su ausencia para meterse con él en Shine on you crazy diamond, por sus problemas mentales derivados del consumo abusivo de drogas -con lo bueno que es la leche de soja-. Remember when you were young, you shone like the sun y otras lindezas del estilo, pobre Syd, se cuenta que nadie más del grupo le vio hasta su muerte en 2006.
También le dan un repaso a la industria musical –Welcome to the Machine y Have a Cigar– por su avaricia y el foco sólo puesto en el éxito. Criticando en público, cerrando un buen contrato en privado, con esa dualidad los Pink Floyd venderán la friolera de 300 millones de discos en el mundo en 40 años.
Wish you were here es el disco preferido de la banda y el disco de Pink Floyd preferido por la critica. Y los 25’22” de Shine on you crazy diamond -la duración total de la canción superaba la capacidad de una cara de vinilo, por ello se tuvo que partir en dos- son… míticos. Fabuloso tema.