Eunice Kathleen Waymon quería ser pianista de concierto. Empezó tocando con tres años. Talentosa, con doce dio su primer recital en la iglesia de su pueblo, pero a sus padres que se habían sentado delante les forzaron a desplazarse al fondo para dejar sitio a los autóctonos blancos (se negó a tocar hasta que sus padres fuesen de nuevo readmitidos delante). Años después, le negaron una beca para estudiar en el prestigioso Curtis Institute of Music de Filadelfia, por, según se enteró tiempo después, ser negra. Estos dos acontecimientos serán clave en su vida: primero por un cambio en su rumbo musical, y segundo por su compromiso con los movimientos en defensa de los derechos civiles.
Obligada a abandonar sus aspiraciones de concertista, vuelve naturalmente al góspel y al jazz. Un novio la llama cariñosamente Nina (niña, pero las Remington y otras Underwood de la época no tenían la “ñ”), y un día de 1954 descubre la película francesa “Casque d’Or”, con Simone Signoret. Coge el mote y el nombre de la actriz, y se inventa un personaje, Nina Simone. Empieza tocando en bares, donde se gana cada vez más adeptos, hasta sacar un primer álbum en 1958. Lamentablemente, si bien será el único de sus álbumes en triunfar en los EEUU, apenas verá el fruto de su trabajo por haber malvendido los derechos antes del estreno del disco. Sigue una serie de álbumes “pop”, que le permiten seguir financiando sus estudios de piano.
La década que sigue la ve involucrarse cada vez más en los derechos cíviles, lucha que traslada a sus canciones, como en “Mississppi Goddam” (en respuesta al asesinato de Medgar Evers, activista que se jugaba la vida a diario haciendo educación electoral en los pueblos de Mississippi) y otras muchas canciones muy comprometidas. Su falta de acierto en temas económicos la llevan a huir de EEUU después de ver cómo el fisco americano le reclama un dinero que su marido/manager de aquel entonces probablemente malgastaría. Vive en los Barbados, luego se marcha a Europa, Suiza, Holanda y finalmente Francia, donde se convertirá en auténtica estrella a principios de los 80’s cuando Chanel utilizará “My Baby Just Cares For Me” en un anuncio para el famoso Nº 5. Grabará el último de sus cuarenta álbumes en 1993, antes de vivir otros 10 años tranquilamente en el sur de Francia. Sus cenizas fueron esparcidas en varios países africanos.
Pastel Blues es el séptimo álbum de estudio de Nina Simone. Sorprende a propios y extraños porque no es jazz, ni góspel, ni blues, ni folk, ni soul. Es todo a la vez, como sólo ella sabía hacer. Toca el piano como a ella le hubiera gustado tocar siempre, clásico (“End of the Line”), canta a capella, sólo acompañada por palmaditas, en “Be My Husband”, reinterpreta dos clásicos de Billie Hollyday («Tell Me More and More and Then Some» y «Strange Fruit«) y sobre todo, deja para la posteridad “Sinnerman”, en una legendaria y asombrosa versión de 10 minutos. Enorme.
Fue Nina Simone la más grande de todas?

