Producir el mejor garaje rock en Nashville, ciudad del country y del blues por excelencia, tiene su mérito. Hay que soportar las miradas negras y las muecas de desaprobación hasta en la sopa. Pero los hermanos Followill tuvieron un padre predicador, así que curtidos en la adversidad estaban.
La juventud de los hermanos Caleb, Nathan y Jared Followill, fue marcada por los viajes en las carreteras de todos los estados sureños, con un padre que iba predicando donde se le solicitaba. Carreteras polvorientas, calor de mil demonios, capirotes temibles, hogueras sospechosas, recuerdos para luego eh? Al fallecer el padre de la fratría, los retoños se establecen en Nashville a finales de los 90. Rápidamente montan un grupo de rock, en el que se integra un primo, Matthew, de apellido Followill cómo no. La banda utiliza los servicios de un “técnico de sonido”, un tal Christopher Followill. Otro primo. En los primeros conciertos, el reducido público son todos Followill, padres, abuelos, hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, bichoznos, tíos, tíos abuelos, tíos segundos, tíos abuelos segundos, hermanos, medio hermanos, primos carnales, primos segundos, sobrinos, sobrinos nietos, sobrinos segundos, cónyuges, concubinos, suegros, padrastros, tíos políticos, cuñados, hermanastros, primos políticos, concuñados, consuegros, yernos, nueras e hijastros. Following the Followill.
Sus dos primeros álbums “Youth and Young Manhood” (2003) y “Aha Shake Heartbreak” (2004) les confieren cierta fama, U2 y The Strokes les eligen de teloneros para sus giras en EEUU, y el NME llega a tachar el primer trabajo como el mejor disco de debut de la década.
No obstante la consagración viene con el tercer álbum, “Because of the Times”. El sonido del grupo ha madurado pero sigue único, tanto con la voz de Caleb (Followill, os acordais?) como con las guitarras líricas y épicas del primo. El disco abre con los 8 minutos de “Knocked up”, formidable y energizante pieza que me pongo en bucle cuando quiero despertar.