Cuando rascas esta fina capa de lentejuelas que cubre el show business americano, enseguida das con una espesa corteza de puritanismo rancio. Y debajo de ella, sólo encuentras dinero, una montaña de dinero, y perfidia. Jobriath, miserable títere tirado por la borda por este gran circo, más fake que buzz, se dio cuenta demasiado tarde. Él sólo quería las lentejuelas –y toda la panoplia de maquillaje, pose, esmalte, plumas- y sentarse en su trono dorado. Pero ni una cosa ni otra, sino jeringuillas y acera.
Jobriath – Jobriath
Responder