Soak – Before We Forgot How To Dream

Me encanta la vida de barrio el sábado por la mañana antes de que empiece el bullicio propio de ese día. La vida misma. Entré en un bar a desayunar, tenía diez metros de barra para mi solo. A los dos minutos, un señor se colocó justo a mi lado –¿qué parte de “diez metros de barra” no entendería?- y se pidió un Ballantines a secas. Se lo zampó lo que yo tardé en tragar el trozo de tostada que tenía en la boca. No preguntó cuánto era, dejó directamente cinco euros al lado de su vaso y se marchó.

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