Soak – Before We Forgot How To Dream

Me encanta la vida de barrio el sábado por la mañana antes de que empiece el bullicio propio de ese día. La vida misma. Entré en un bar a desayunar, tenía diez metros de barra para mi solo. A los dos minutos, un señor se colocó justo a mi lado –¿qué parte de “diez metros de barra” no entendería?- y se pidió un Ballantines a secas. Se lo zampó lo que yo tardé en tragar el trozo de tostada que tenía en la boca. No preguntó cuánto era, dejó directamente cinco euros al lado de su vaso y se marchó.

Luego entraron dos chicos de risa contagiosa, pidieron cervezas y luego otras dos. Les siguió un anciano con cara de pocos amigos, se tragó su carajillo como un autómata. Finalmente cuando me disponía a pagar, se instaló una mujer de edad indefinible y triste como un día sin pan, al que el camarero sirvió una copita de tinto sin que tuviera que abrir la boca esta pobre mujer. ¡Y no eran ni las diez!

Para más inri la tele estuvo escupiendo un concentrado de toda esta bazofia musical que aborrezco. Llegué a la conclusión de que la gente se pone como una cuba pronto por la mañana para no tener que soportar al canal de los 40. Vídeos insoportables de petardas, pedorras y latinos cutres. Lo más llamativo son los clichés, será que siempre llaman al mismo guionista para contar sus patéticas historietas.

SOAK Before We Forgot How To Dream

Así que volví a casa sin haber encontrado al artista de hoy. Tuve que bucear por mis fuentes de siempre y al final decidí quedarme un día más en Irlanda. Ayer Hozier, hoy Soak. Diecinueve años, diminuta, pecas, despeinada, Soak es el arquetipo de la cantante melancólica ya no adolescente pero que se resiste a entrar en el mundo de los adultos.

Irlanda is no country for happy girls. El cielo plomizo y una tradición religiosa oprimente no invitan a ver la vida en colores. Soak –Bridie Monds Watson- se alimenta de tormentos a lo Rimbaud y nos los sirve con el talento de las elegidas, cual King Krule con faldita. Entre frescura y gravedad, niñez y madurez, está a punto de convertirse en el nuevo referente de las cuasi-mujeres del continente.

Una de las posibles traducciones de soak es borracho. Igual se vino para mi barrio y se inspiró en los clientes de mi chiringuito de esta mañana. Si la vuelvo a ver por aquí, le invitaré a una copita de Rueda para que ponga un poco de alegría en su cara y su música. Pero esperaremos a la hora del aperitivo, ella es muy joven para tirar la toalla.

Te dejo con cuatro canciones de su primer álbum, Before We Forgot How To Dream, publicado a principios de mes. Música sensible, melodías languidas, letra taciturna, se la ve vulnerable ante la incomprensión que genera su condición homosexual. Mira, Bridie, ahora te puedes casar oficialmente en tu país. Algo es algo. Y tómate un trago, invitan los lectores del blog.

Tú ya sabes, zumito sin alcohol, luego a misa. Reza por Soak.

 

 

 

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